La Ley de Protección de Datos Personales entrará en vigencia el 26 de mayo de 2023, pero, a pocos días, hay una serie de preguntas sin resolver. Recordemos que esta normativa fue emitida hace dos años, después de haber sido socializada y haber pasado por todos los movimientos conceptuales que una ley requiere. Sin embargo, a la presente fecha podemos decir que existen más preguntas que respuestas respecto a esta Ley De Protección de Datos, posiblemente lo único claro es la multa y que es económica.

Una de las preguntas es: Cuando será nombrado el Superintendente de Protección de Datos y lo decimos ya que según la ley y otras legislaciones vecinas en Perú, Colombia y México, por hablar de Latinoámerica entendemos que será esta Superintendencia de Administración y Protección de Datos, sin embargo hasta ahora, podemos colegir que todo la información está a cargo de la de la Dirección Nacional de Registros Públicos (Dinardap).

Otro aspecto a considerar es que, si bien es cierto ya está definido que cada compañía va a tener un responsable interno de la protección de datos, ¿cuáles serán las características detalladas de este? Preguntas como ¿va a estar vinculado en relación de dependencia o será un agente externo?, ¿qué calificaciones de independencia tendrá dentro de la organización?, ¿qué tipo de cualificaciones profesionales debe tener?, ¿cuál es el perfil profesional que esta persona debe tener, debe ser un ingeniero en finanzas, un ingeniero en sistemas, un abogado, un especialista en procesos?

Es de vital urgencia que estas y otras inquietudes sean resueltas, dada la delicadeza del tema.  Evidentemente, las respuestas se darían a través de la emisión del reglamento de la Ley, pero dado que ya estamos a pocos días, es preocupante que, al menos de lo que sabemos, este reglamento todavía no lo tengamos formalmente emitido. Y es que el manejo de los datos camina de la mano de la seguridad, para que nadie haga mal uso de estos. 

Otra de las inquietudes legales es ¿Qué significa el mal uso de los datos hoy por hoy? Pues, por ejemplo, esas llamadas que recibimos para decirnos que hemos sido elegidos para tal o cual cosa o nos hemos ganado algo y en las que saben nuestro nombre, número de cédula, número de teléfono y quién sabe qué más. 

Y cada vez que esto nos sucede, no dejamos de preguntarnos ¿cómo tienen nuestra información?, ¿por qué toda esa data que damos en los lugares donde compramos no se mantienen en confidencialidad? 

Lamentablemente, con la difícil situación de inseguridad que vivimos en estos momentos en el país, la mayor parte de ciudadanos queremos mantenernos en el anonimato.  Entonces, la importancia de esta ley está dada sobre la base de estos dos temas, de la delicadeza, de la importancia de los datos, y también de que estos datos estén protegidos y no puedan seguir siendo mal utilizados, a nombre de la competencia de mercado. 

¿Será posible dar un giro a esta situación? Solo nos queda, como dijo Wiston Churchill, ser positivos y saber que esto va a cambiar ya que es indudable que esta Ley vino para quedarse y al ser una Ley tenemos que cumplirla, avanzar como ciudadanos, como comunidades, como ciudades, como países. Quedarnos atrás en este requerimiento vital no debe ser siquiera una opción. 

Por lo tanto, más allá de que falte un reglamento a la Ley de Protección de Datos Personales, estoy convencido que la implementación de esta Ley se irá perfeccionando en el tiempo y por su aplicación se logrará que una autoridad legalmente facultada proteja nuestro derecho a la privacidad de la información y que la administre profesionalmente y con el resguardo adecuado. 

El 26 de mayo es un día clave para el Ecuador, es una oportunidad para que las personas ejerzan su derecho a la privacidad denunciando sobre cualquier atentado contra su derecho de privacidad ya sea esto por llamadas que reciban con su información sin autorización para divulgarlas ya que nadie puede hacer uso de su información personal sin ningún concepto de protección o vigilia.  Veremos en realidad hasta dónde llega a madurarse tanto este derecho como las sanciones punitivas a los infractores.  (O)