Sabemos lo que queremos, sabemos lo que nos gusta, lo que nos inspira. Al iniciar un nuevo año, establecemos nuestras metas y por eso, es emocionalmente desafiante. Sin embargo, es algo solo de temporalidad humana, si llevamos este estilo de vida permanentemente, puliremos la piedra preciosa que hay en cada uno de nosotros.
Nos cuesta mucho porque somos seres contradictorios, hay una parte llena de luminosidad en nuestro comportamiento y otra parte llena de oscuridad. Comenzar con el pie derecho el día no depende de nosotros, muchas veces el inconsciente nos juega una mala pasada. La persona consciente y que aprovecha al máximo la vida es la que elige cómo vivir. La que, incluso sintiéndose triste, actúa como si tuviera esperanza.
Decidir por nosotros mismos es el componente más valioso de la libertad humana. ¡Cuán determinantes son las buenas o malas decisiones que tomamos en la vida! Por eso, muchas veces nos asusta decidir, nos gana la incertidumbre, tenemos temor a dar el siguiente paso.
Ahora bien, si quieres conseguir algo, decide hacerlo. Una decisión es una llave que te permite acceder a un panorama que será un abanico de posibilidades. Es trascendental tener un verdadero compromiso, dejar la procrastinación y comenzar hoy. En cuanto tú tomas la decisión, aparecen las posibilidades. En el tema de las relaciones, las que duran, son las que tienen la decisión de hacerlo y uno de los elementos esenciales es el nivel de compromiso. Ahora bien, la pregunta que debemos hacernos es cuán comprometidos estamos con nosotros mismos. Somos hacedores de nuestro destino, nadie puede definir nuestro potencial, solo nosotros mismos y si creemos en Dios, solo Él.
La vida vuela, este inicio del 2023 me ha hecho reflexionar profundamente sobre lo que quiero para mi vida, que es lo único que tengo bajo control, ni siquiera la de mis hijos, que ya van tomando sus propias decisiones. La premisa es lo que quiero para mí. Por tanto, quiero decidir con base en mis sueños, que pueden ser locos para muchos, pero son míos y con base en mi realidad, que me hace protagonista de mi propia historia.
Es importante establecer claramente qué imagen tienes sobre ti mismo, cuánta culpa cargas, cuánto te entregas en tus relaciones, cuánto disfrutas de tu trabajo. A partir de tener claro tu panorama, tomar decisiones conscientes y asertivas. Quien más se conoce, puede caminar con mayor valentía conociendo cuándo lo puede hacer solo y cuándo necesita ayuda. Incluso el dolor es motor cuando decides transformarlo en aprendizaje.
Al tomar una decisión, es básico establecer no solo un por qué, sino un para qué. Al establecer el objetivo nos enfocamos con certeza en lo que queremos lograr y si lo pensamos bien, las prioridades, seguramente, cambiarán. La revolución no es inmediata ni instantánea, es algo que lograremos con perseverancia y dedicación. Soy de la generación que supo ser paciente y esperar, no me conformo con querer mis logros sin sudarlos. Me gusta el camino, me gusta el desafío y por eso decido disfrutarlo.
Que este 2023 sepamos decidir, que sepamos que la vida es un proceso, no es un evento. Recordando al poeta Antonio Machado, caminante no hay camino, se hace camino al andar.
Que disfrutemos nuestro andar, que vivamos cada paso que demos, tomando las mejores decisiones que podamos.
Buen camino, caminante. (O)