Mientras la batalla por el poder político ha mantenido en vilo a la sociedad ecuatoriana desde hace buen tiempo, copando todos los medios e inundando las redes sociales, la economía a la cual se buscan salidas, da señales de estar en un proceso de degeneración mucho más amplio y complejo del que se ha venido observando.
El círculo que empieza a apretar a la dolarización podría ser narrado de manera sintética como sigue: la balanza comercial y en general de pagos ha tenido en el excedente petrolero a uno de sus más importantes pilares. Con todo lo que se ve y lo que podría ocurrir en un futuro cercano, este pilar parece que tendrá una fractura que lo llevará a ser un demandante de dólares antes que un aportante (es decir, la balanza entre el petróleo que exporta el Ecuador y los combustibles que importa pasaría a ser negativa); y, esto ocurre en un tiempo en el cual la posibilidad de tener ingreso neto de capitales no parece posible, por lo cual, de mantenerse sin cambios los demás elementos que configuran el sector externo (los camarones dan razón para preocuparse), serán las reservas internacionales las que cierren la brecha, lo que significa que tenderán a caer en su valor bruto.
Todo esto, lleva a plasmar un sector monetario contractivo por la falta de inyección primaria de dinero proveniente del influjo de dólares del exterior, situación que convive con una presión alcista de las tasas de interés y la consecuente restricción de crédito (credit crunch) dentro de una realidad de menor velocidad de circulación del dinero y un menor multiplicador de su creación secundaria, todo lo cual pronostica una mayor morosidad y una liquidez básica limitada. El impacto se verá en un pobre y mediocre crecimiento del PIB cuyo deterioro vendrá además, o antes, por un efecto directo de la contracción de la producción petrolera.
El otro ramal de impactos camina por el lado fiscal, cuyo desfinanciamiento (que tiene causas endógenas y otras fuera de control o exógenas) encontrará severas restricciones para su cobertura pues no hay un mercado interno que le ayude; el externo está casi seco (por razones propias y una realidad internacional de contracción monetaria) y depende, otra vez, de los organismos multilaterales que miran con recelo el problema político y los recortes en los ingresos permanentes del fisco. Ahí, nace la posibilidad extrema de buscar un mecanismo monetario adicional para sostener el gasto público y, ese mecanismo tiene efectos inimaginables en su capacidad de destrucción.
Miremos con un poco mas de detalle este circuito:
1.-SECTOR FISCAL
1.1.-Conocemos sus dificultades, aunque algunos no la quieren ver o por lo menos se sienten comprometidos con una aparente recuperación de su composición, que puede tener algunos ángulos evidentes, aunque, en el fondo la estructura da señales de una profunda corrosión. Me explico. El año 2009 da inicio a esta larga etapa de déficits fiscales consecutivos, crecientes, que ya tomaron las características de crónicos y cuesta muelas sacárselos de encima. Es cierto que en los dos últimos gobiernos se han hecho esfuerzos serios por corregirlo, con resultados que traían la esperanza de su curación. Han sido años en que el Ecuador tuvo el gran apoyo de los multilaterales, hoy convertidos en los mayores acreedores, especialmente el FMI que llevó la batuta a niveles desconocidos y permitieron salir con vida-es decir con el sistema monetario preservado- en el año 2020, cuando la paralización brutal de las economías en el mundo puso de cabeza a todas las organizaciones políticas del planeta.
1.2.-La brecha fiscal del Ecuador en el 2020 era de tal magnitud (en algún momento se la calculó superior al 12% del PIB) que no existía posibilidad alguna de cubrirla salvo con la renegociación de los bonos basura que se contrataron en la larga administración de Correa y la aplicación de un programa con el FMI, que le ofreció el apoyo con un crédito de un poco mas de 6.500 millones de dólares. Banco Mundial, BID, CAF entre otros hicieron lo suyo, en tanto el esfuerzo nacional de corregir el desbalance mitigaba su tamaño.
1.3.-Estamos en el 2023 y nuevamente las cosas lucen parecidas al año 2019, es decir gran parte del esfuerzo hecho (2020-2021-2022) parece diluido. Se ve un retroceso que, si bien tiene causas diferentes, en el fondo confirma la profunda fragilidad de los equilibrios fiscales. ¿Qué pasó? Al empezar este año, el presupuesto del gobierno ofrecía un déficit de unos 2.700 MM (MM significa millones) de dólares, que deparaba un buen nivel de maniobra para las finanzas públicas, aunque y, a pesar de que se había reestructurado el mayor porcentaje de la deuda pública que podía ser negociada, el saldo de las amortizaciones totales para el año requerían de un poco más de los 4.400 MM de dólares. Es decir, mal sumadas estas dos cuentas era necesario encontrar 7.100 MM de nuevos recursos, algunos-pocos creo- en el mercado interno, que ya tiene restricciones evidentes como la situación apretada de la caja del IESS, la reducida liquidez del sistema financiero, entre otros y, no tiene acceso a los mercados internacionales, salvo, una vez más a las tesorerías de los multilaterales.
1.4.-A esta fecha-28 de julio del 2023 se estima que el déficit del presupuesto puede llegar a los 5.200 MM (digamos un poco menos del 5% del PIB) causado por: menores recaudaciones tributarias por una economía menos dinámica y reducciones en algunos impuestos, principalmente ISD y Renta (980 MM); caída del precio y de la producción de petróleo con un efecto en la renta fiscal (830 MM); desestimiento de venta de activos financieros como son Sopladora y Banco del Pacífico (1.220 MM); aumento de sueldos, principalmente de profesores y nuevos policías (entre 200 y 300 MM); y, como respuesta a estas carencias se deberá aplicar la necesaria reducción de la inversión pública que venía atada a las operaciones con los activos hoy sacados de la negociación (800MM). A todo lo cual se debería agregar las necesidades imperiosas y urgentes de atención a la seguridad nacional así como las medidas de prevención del anunciado fenómeno El Niño.
1.5-Esto lleva al gobierno a requerir unos 9.600MM de financiamiento bruto global para cerrar el presupuesto (9% del PIB, valor que coincide con el tamaño de su rol de sueldos) que, la verdad no parece alcanzable. Algo se tendrá que hacer y uno de los caminos, cuando ya no existe espacio para el endeudamiento (además, con los multilaterales no hay opción de renegociación) o para incrementar los impuestos, sería eliminar o focalizar algunos subsidios que en conjunto fácilmente superan los 12.000 MM (derivados del petróleo, pensiones, vivienda, luz, discapacitados, pobres, y un largo etc).
1.6.-Ahora bien, si esto no es posible por sus objetivos sociales, lo cual salvo los combustibles tiene sentido, el camino iría hacia la búsqueda de algún mecanismo heterodoxo de orden monetario (una especie de moneda de uso exclusivo para fines fiscales) y/o la reapertura legal para la utilización de las reservas internacionales, cuyo nivel actual también se encuentra amenazado, como lo veremos más adelante. Claro, algunos dirán, con alguna razón que el gobierno tendrá también que recortar gasto o aumentar su morosidad.
2.-SECTOR EXTERNO
2.1.-En esta área y más precisamente en el campo petrolero, los números muestran una tendencia muy desagradable. Volvamos al 2019, año en el cual el Ecuador alcanzó a producir 194MM de barriles (que si bien no es un record histórico es uno de los mejores desde casi inicios del siglo) que significa una tasa diaria de 530 M (M significa miles) barriles. En el año 2022 apenas si se logró 175MM de barriles o lo que es lo mismo 480M diarios. En resumen hay una caída de 18MM de barriles por año o lo que es lo mismo un poco menos de los 50M diarios que, calculados al precio medio del 2022 (85.84 por barril, que en lo que va del año que corre fue 20 dolares menor pero, que, para buena suerte de país, en los últimos días ha recuperado parcialmente su precio), dan como resultado 1.545 MM de dólares de pérdida en el valor de producción.
2.2.-Si lo vemos por el lado de las exportaciones, la visión es más complicada pues, en barriles cae de 140MM en 2019 a 117MM en 2022, diferencia de 23 MM que implica casi 2.000 MM de dólares menos en el saldo petrolero, pues el aumento del consumo de derivados y de importaciones hace su trabajo complementario.
Esto sucede por diversas razones: inhabilidad empresarial pública, marco legal poco atractivo para la participación privada, falta de financiamiento, efectos naturales (derrumbes, crecidas de ríos), acciones violentas de indígenas, sabotajes, corrupción, a lo que se suma el agresivo crecimiento de la demanda de combustibles por precios controlados, contrabando y narcotráfico que es el otro factor que carcome las finanzas petroleras, perfora las fiscales y agrede la balanza de pagos.
2.3.-No se puede olvidar la declinación natural de los campos petroleros maduros que les lleva a tener una pérdida estimada de su producción del 14% anual, que significa entre 60M y70M barriles diarios cada año y que sólo se los puede restituir con nuevos pozos, mantenimiento de otros e incorporación de campos nuevos (ITT es un ejemplo preciso), lo cual significa disponer de un suficiente fondo de inversión petrolera cuyo aportante es el Presupuesto del Estado.
2.4.-A todo esto habrá que sumar el efecto del dictámen de la Corte Constitucional, que ha aprobado la realización de una consulta sobre la explotación del campo 43 (ITT), que de aprobarse reducirá aún mas la producción de petroleo en otros 50M barriles diarios (20MM de barriles al año), que sumados a los ya perdidos (desde el 2019) podría llevar la producción diaria a los 430M barriles por día o 157MM al año, que dejarían un remanente para exportar de sólo 100 MM de barriles.
2.5.-Estos 100MM de barriles, en las condiciones de precio del primer semestre de este año, generarían un ingreso de 6.400 millones de dólares, probablemente insuficientes para cubrir el valor de las importaciones de combustibles.(En 2022, las importaciones fueron 7.400 MM de dólares)
2.6.-Obviamente, si todos los demás componentes de la balanza de pagos se mantienen (con la esperanza de que las exportaciones privadas sigan mostrando resultados prometedores, aunque algo ya molesta especialmente en los camarones) y, dentro de ella las balanzas financieras y de capitales enfrenten las restricciones del mercado internacional, es decir no puedan compensar las pérdidas de flujos que vienen por el comercio y servicio de la deuda, el indicador de ajuste será la Reserva Internacional cuyo saldo podrá retornar a niveles que demuestren ser insuficientes para cubrir situaciones imprevistas, que a su vez pueden convertirse en el alimento que impulsen las expectativas negativas y compliquen el panorama.
2.7.-Podrìamos concluir este capítulo utilizando las cifras que un distinguido colega trabajó sobre los conceptos que explican las variaciones de las Reservas Internacionales(RMI) del primer semestre del 2023 que confirman la composición de la problemática externa. Las RMI cayeron casi 1.500 MM de dólares (18%), cuyos determinantes básicos fueron operaciones del Sector Público: el Servicio neto de la deuda pública demandó 1.583 millones de dólares, mientras el monto neto de giros públicos al exterior lo hizo en 737 millones. Las transacciones comerciales y todos los giros privados lograron compensar parcialmente al alcanzar un monto neto positivo de 829 millones. 2.8.-El lado bueno dentro de este mal resultado es la inexistencia de fuga de capitales.
3.-SECTOR MONETARIO-FINANCIERO
3.1.-De lo dicho antes sale el perfil de este segmento que no tendrá un flujo creciente de recursos proveniente de las fuentes primarias y encontrará limitaciones para mantener su política de financiamiento del crecimiento. Se producirá un freno al crédito, una lucha por la liquidez disponible con tasas al alza por la disputa o competencia entre los intermediarios financieros para captar esos recursos y cubrir la demanda de crédito, un deterioro de la cartera con la evidencia de que los activos de riesgo están insuficientemente protegidos en algunas instituciones.
3.2.-Todo esto lleva a un circuito destructivo de valor que tiene efectos de un multiplicador de impactos negativos, dentro de una dolarización en la cual la creación secundaria de dinero no tiene un respaldo de liquidez directa pues se ha convertido en activos compuestos por cartera e inversiones.
4.-CRECIMIENTO Y EMPLEO
4.1.-Todos estos ingredientes conducen a una Perspectiva de Crecimiento deteriorada que podría volver a tener implicaciones en el empleo, la estabilidad social y por supuesto a alterar el comportamiento de algunos indicadores entre los cuales se podría apreciar una contracción de las importaciones y un alivio del sector externo, pero a costa de una sociedad magramente creciente.
4.2.-Vale recordar, que la dolarización, al ser un sistema de caja, en procesos restrictivos los impactos se concentran en términos cuantitativos: cae el empleo, cae por supuesto la producción, se alteran las cadenas de suministros en fin se achica la economía, de una forma más profunda de lo que se ve en economías que disponen del instrumento cambiario.
5.-LAS ANGUSTIAS
5.1.-En esas circunstancias, la presencia de un “Estado Angustiado” que no tiene salidas financieras de plazo inmediato se concentrará en buscar opciones que pueden romper el sistema monetario aún cuando se las disfrace de una forma de aplicación voluntaria. Obviamente, el camino de la focalización y racionalización de subsidios, siendo mucho mas conveniente, por ceguera política e incomprensión pública, no sería aplicable.
5.2.-Todo esto en un ambiente político intolerante, incapaz de llegar a acuerdos y con unas devoradoras ansias de poder. ¿Llegó la hora 25? Espero que no ocurra. Sería muy doloroso y por eso se necesita conciencia para evitarla. De otra manera puede ser que el juego haya terminado. (O9