Ecuador depende en gran medida de la explotación petrolera, tanto para la salud de sus cuentas externas como para los ingresos fiscales del Estado. Lamentablemente es una actividad que tiene muchos riesgos, entre ellos los riesgos de derrames de petróleo, que son de impacto elevado y baja probabilidad de ocurrencia. Sine embargo, cuando los derrames ocurren, dejan huellas imborrables en los ecosistemas y las comunidades.
Los derrames de petróleo afectan principalmente a la región amazónica, donde se encuentra gran parte de la infraestructura petrolera del Ecuador. El crudo derramado contamina ríos y suelos, poniendo en peligro la biodiversidad y afectando a especies en peligro de extinción. Además, comunidades indígenas que dependen de los ríos para su sustento se ven gravemente afectadas, perdiendo acceso a agua potable y alimentos. Esto ocurrió en 1987 cuando el oleoducto se rompió por un terremoto.
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La tragedia se repitió. La noche del 13 de marzo del 2025 hubo un masivo derrame de petróleo en el Sistema de Oleoductos Transecuatoriano (SOTE) que contaminó el río Esmeraldas, del que los cantones Río Verde, Atacames y Esmeraldas se abastecían de agua para potabilizarla. Inicialmente cerca de 300 000 personas de la provincia de Esmeraldas, una de las provincias más pobres del país, quedaron sin acceso a agua segura. El impacto total puede ser mucho más grave que el acceso al agua. La exposición a sustancias tóxicas del petróleo se ha relacionado con enfermedades respiratorias, problemas en la piel y otros trastornos de salud.
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Es fundamental que el gobierno ecuatoriano y las empresas petroleras adopten medidas más estrictas para prevenir estos desastres. Desde el punto de vista del transporte de crudo, todo recae ahora en las manos del estado luego de que la concesión del Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) expiró recientemente y los operadores privados no consiguieron una extensión para su operación. Esto quiere decir que todo el esfuerzo, incluyendo la inversión necesaria en la construcción de varios desvíos requeridos para evitar derrames en el SOTE y OCP ahora tiene que ser cubierto exclusivamente por la empresa pública Petroecuador. (O)