No es tiempo de simplezas. El bullying sí existe
Si eres docente también para y reporta los casos que observas en las aulas de clase. Lo que no es viable es callar y dejar que los acontecimientos pasen y vivir con el mito de que la violencia entre pares es un tema normal.

El pasado 2 de mayo se conmemoró el Día Internacional contra el Bullying o Acoso Escolar, este día tiene el fin de crear conciencia sobre el respeto que todo niño, niña y adolescente merece. 
Según la OMS el bullying es un desafiante problema de salud pública global, que sucede en la vida real y muy cerca de nosotros, entre los datos que existen se sabe que de cada tres estudiante uno sufre de acoso.

Hoy en día, se valida que prácticas que antes estaban normalizadas de maltrato entre iguales, ya no son hechos aislados y que se los cataloga como abuso. Y es importante etiquetarlos como tal, por ello este día tiene el objetivo de promover y prevenir el bullying a través de un diálogo abierto y la observación de situaciones que pueden estar afectando a nuestros niños, niñas y adolescentes.

Entre las tantas manifestaciones que la víctima presenta hay tres que destaco a continuación:

Quienes sufren de acoso presentan:

  1. Mayor riesgo de problemas de salud mental
  2. Dolores de cabeza
  3. Dificultad de adaptación en el ámbito escolar

Estos ejes centrales son signos de alerta, que como padres debemos observar. Cambios repentinos de gustos y aficiones. Cuando se trata de salud mental también se refiere a cuadros depresivos.

En quienes ejercen el bullying o son acosadores se sabe que en el 90% de los casos existe también diversos problemas, vinculados con violencia intrafamiliar, abuso sexual y otros aspectos que deben ser tomados en cuenta y también ser intervenidos.

Las alarmas existen y quienes somos docentes tenemos la fortuna de ser los espectadores privilegiados de lo que sucede en el ámbito escolar, por tanto, no podemos callar si vemos señales de alerta.

 Por otro lado, los padres quienes podemos también detectar los cambios de conducta, debemos estar atentos y dar el tiempo suficiente a estos aspectos que involucran el desarrollo socioemocional de nuestros hijos, con ello no debemos descartar la importancia de temas como el rendimiento académico y el aprendizaje, pero sí tomar en cuenta que la salud mental y el bienestar son aspectos primordiales para un desarrollo óptimo.  Por tanto, si todavía te suena a un mito o consideras que a tu hijo no le va a pasar, es momento de hacer un cambio conceptual y aceptar que el acoso existe y que, como padres es necesario darse el espacio y las pausas necesarias para atender diversas situaciones que pueden estar afectando a los niños, niñas y adolescentes. El trabajo puede esperar, date tiempo para observar, evaluar y atender aquello que ves le está afectando a tu hijo o hija en el ambiente escolar.

¿Cuándo estar alertas?

  1. Cuando existen pensamientos o planes de autolesión
  2. Alteraciones emocionales. Desesperanza
  3. Agitación, aislamiento social y cambios de comportamiento como mayor irritabilidad

En el punto uno se hace referencia al suicidio, hemos visto en nuestro país casos de varios jóvenes que debido al acoso escolar han tomado la decisión de quitarse la vida.

Pausa, para y analiza los cambios que has observado en tus hijos e hijas. Si eres docente también para y reporta los casos que observas en las aulas de clase. Lo que no es viable es callar y dejar que los acontecimientos pasen y vivir con el mito de que la violencia entre pares es un tema normal. (O)