En marzo de 2022, Elon Musk, uno de los hombres más poderosos del mundo señaló en una entrevista[1]: que no deberíamos intentar que las personas vivan más tiempo, ya que esto causaría una “asfixia” a la sociedad. Este es solo un ejemplo de cómo las personas mayores son estereotipadas como una carga para la sociedad, una creencia generalizada que tiene un impacto negativo grave.
Según un informe reciente de la Organización Mundial de la Salud sobre el edadismo o ageismo (edadismo: se refiere a los estereotipos, prejuicios y discriminación hacia los demás o hacia uno mismo en función de la edad), una de cada dos personas tiene actitudes ageistas hacia los adultos mayores, lo cual provoca en este grupo etario una peor salud física y mental, mayor aislamiento y soledad, mayor inseguridad financiera, menor calidad de vida y una muerte prematura. Se calcula que unos 6.3 millones de casos de depresión en todo el mundo, son atribuibles a la discriminación por edad2.
Las personas mayores tienen grandes necesidades de atención médica y servicios sociales, pero lo que a menudo se pierde en la conversación, es cuánto contribuyen las personas mayores a la sociedad. Como cualquier persona más joven, compran, utilizan servicios (que emplean a personas), pagan impuestos y durante décadas aportaron, nos dieron vida, nos levantaron, nos empujaron, nos inspiraron. Entre otros varios roles, las personas mayores cuidan niños; cuidan a los nietos. ¿Qué sucedería con nuestra economía si, de repente, no hubiera abuelos disponibles para cuidar a los nietos? ¿Cuántos padres tendrían que luchar para encontrar otras opciones de cuidado, o tendrían que faltar al trabajo porque no pudieron encontrar alternativas? Las personas mayores también brindan en ciertos casos, atención a cónyuges o amigos. Como aquella esposa que asume más y más responsabilidades dentro y fuera del hogar, a medida que su esposo comienza a debilitarse. Puede que ella no se considere a sí misma como una cuidadora, pero sin ella, ¿Qué sería de él? ¿Quién haría las compras, los recados, quién lo llevaría a citas médicas? Otros miembros de la familia no siempre están disponibles para ayudar.
Y el marido que cuida de su esposa con Alzheimer, quien, de un momento a otro ya no recuerda qué día de la semana es, desconoce en qué mes o año estamos, si ha comido o no y, a veces, no recuerda ni lo que acaba de comer; hace la misma pregunta una y otra vez porque se olvida la respuesta al instante. Él es quien se asegura de que se vista, coma bien, tome sus medicinas, la acompaña al baño, así como al médico. Sin él, ya no podría vivir en casa, sino que tendría que ingresar a una residencia. Gracias a él, ella puede permanecer en un entorno familiar el mayor tiempo posible. Gracias a él, ella no es una “carga” para el sistema de salud.
Pensemos sólo por un momento en que el proceso de envejecimiento, es absolutamente natural y, verlo de cualquier otra manera que no contenga nuestra mirada compasiva, respetuosa y orgullosa, sería una peligrosa declaración contra natura con posibles repercusiones inimaginables, como ocurre siempre que entramos en choque con el orden natural. Termina siendo un disparate denostar la tercera edad, a la cual nos dirigimos todos y, con ello, también cercenar la esperanza de los jóvenes respecto a su derecho al júbilo, de que trata el trabajar toda una vida para acceder a una decente jubilación.
En lugar de tener una visión catastrófica de los adultos mayores en la sociedad, deberíamos tener un enfoque de gratitud hacia ellos, por todo lo que han dado y siguen contribuyendo. (O)
[1] https://www.foxbusiness.com/lifestyle/lonely-elon-musk-humans-shouldnt-live-longer-asphyxiate-society2https://www.un.org/development/desa/ageing/uncategorized/2021/03/ageist-attitudes-held-by-half-of-the-worlds-population-cause-serious-social-and-economic-ills/