Desde el nacimiento, la forma de nuestros rostros nos define como individuos: los ojos, la nariz, la boca y sus demás componentes actúan como nuestra primera carta de presentación. Y a medida que crecemos, las fotografías de nuestras caras aparecen en las cédulas de identidad como un indicador de quiénes somos en todas las etapas de la vida. Pero, ¿qué pasaría si no pudiéramos confiar en el rostro de las personas? Pues, ¡felicidades! porque ya cruzamos ese umbral hace algún tiempo, gracias a la inteligencia artificial y su técnica: 'Deep Fake'. Con ella, solo se necesitan cinco fotografías o más de una persona para poder recrear videos realistas usando su rostro.
Poco a poco, todos hemos sido testigos de esta nueva invención. Mi primera experiencia fue en un video del expresidente de EE.UU., Barack Obama, hace cuatro años. En el video se observa a Obama advirtiendo sobre cómo estamos entrando en una era en la que 'nuestros enemigos pueden hacer que parezca que alguien está diciendo algo en cualquier momento'. El mismo rostro, la misma voz y los mismos gestos, debo admitir que al final del video, cuando develaron que no era él hablando, estaba realmente sorprendido. Y hay muchos ejemplos más, como cuando mostraron la versión más joven de la Princesa Leia en la película 'Rogue One' o cuando trajeron de vuelta a la vida a Paul Walker para el final de 'Rápidos y Furiosos 7'.
Hace poco me llegó, en un grupo de WhatsApp, el nuevo comercial de una reconocida marca de zapatos que jugaba con la idea del multiverso del fútbol. El video empezaba con una premisa interesante, ¿quién es mejor jugador, Mbappé o Ronaldinho? El problema es que estos dos astros del fútbol nunca se encontraron para poder compararlo, pero es ahí cuando de repente surge un joven Ronaldinho, en su 'prime', compitiendo con la nueva promesa de Les Blues. Si es que esta técnica solo se aplicara en el mundo del entretenimiento, con el consentimiento de las partes, no habría ningún problema, pero no vivimos en esa clase de mundo.
Esta herramienta también se utiliza para fines bélicos, políticos y hasta pornográficos. Ya no son raros los videos donde aparece el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, afirmando su rendición frente a los invasores o videos donde sale el ruso Vladímir Putin persuadiendo a sus tropas a bajar las armas. También está el caso de los videos falsos que circulan durante las campañas electorales para desacreditar a sus postulantes en redes sociales, pese al intento fallido de las plataformas digitales de regularlos. O el caso de famosas cuyo rostro es pegado al cuerpo de actrices de la industria pornográfica sin su consentimiento, perpetrando su privacidad para fines sexuales.
Pero el más perturbador de todos es el uso del rostro de las figuras públicas fallecidas, como es el caso de Elvis Presley promocionando un auto o el de Audrey Hepburn publicitando una barra de chocolates. ¿Cuáles son los límites para el uso de nuestro rostro? Por desgracia, este tipo de técnicas no tienen una regulación tan rigurosa ya que los herederos tienen el derecho de uso de la identidad de sus parientes después de su muerte. Por lo que es tiempo de promover regulaciones más estrictas para este tipo de tecnologías, porque el uso y el abuso de la imagen de las personas atenta con su memoria. Pero, hasta que exista dicha normativa, mi recomendación sería que limitemos al mínimo la cantidad de fotografías que subimos a nuestras redes sociales.
Lamentablemente, se han puesto de moda las aplicaciones de inteligencia artificial que piden subir entre 10 a 20 fotos de tu rostro, desde diferentes ángulos, para crear piezas digitales de arte. Y aunque en los términos y condiciones de dichas apps se explica que la data no se utiliza para ningún otro fin, también mencionan que usan la información para entrenar a sus algoritmos. Esta 'divertida' moda se utiliza para poner tu rostro en el cuerpo de un Dios, un mago, o un extraterrestre, pero también existe la posibilidad de que se use para estrenar tu carrera en una película XXX, sin tu conocimiento. (O)