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Mujeres en STEM: Impulsando la innovación y el desarrollo en Ecuador

Diego Buenaño

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Ecuador tiene la oportunidad de convertirse en un referente en América Latina en la inclusión de mujeres en tecnología y ciencia. Para lograrlo, es fundamental que tanto hombres como mujeres trabajemos juntos en la construcción de un ecosistema STEM más equitativo, innovador y sostenible.

7 Marzo de 2025 11.37

En la era de la transformación digital, Ecuador enfrenta un punto de inflexión crucial, donde la inclusión de mujeres en campos científicos y tecnológicos no solo responde a una demanda de equidad, sino que también fortalece la fuerza laboral calificada y aporta perspectivas diversas para abordar desafíos técnicos y científicos.

Los datos reflejan una realidad innegable. Según el Foro Económico Mundial, Ecuador ocupa el puesto 16 entre 146 países en el Índice Global de Brecha de Género, una posición alentadora en términos generales. Sin embargo, este avance no se traduce de manera equitativa en todos los sectores, y la participación femenina en carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) sigue siendo baja a nivel universitario. Esta desigualdad no solo limita el acceso de las mujeres a oportunidades laborales en industrias estratégicas, sino que también restringe el potencial innovador y competitivo del país al desaprovechar una parte fundamental de su talento.

Un estudio de la ESPOL revela que las mujeres enfrentan múltiples barreras para acceder a carreras STEM, las cuales trascienden las limitaciones económicas. Los estereotipos de género configuran un panorama donde el éxito tecnológico se asocia predominantemente a los hombres, mientras que las mujeres encuentran mayor identificación en áreas como las ciencias sociales. Esta desigualdad se profundiza cuando se trata de mujeres pertenecientes a minorías étnicas, quienes experimentan obstáculos adicionales derivados de factores socioculturales y demográficos que restringen significativamente su participación en estos campos.

En este contexto, surgen iniciativas que desafían los paradigmas tradicionales y promueven una mayor inclusión en el ámbito STEM. Un ejemplo destacado es STEMLovelace, una comunidad de estudiantes de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de la Universidad de Las Américas (UDLA), comprometida con la reducción de la brecha de género en carreras científicas y tecnológicas. A través de eventos, capacitaciones y contenido educativo, como su Podcast, esta comunidad impulsa la participación de mujeres en tecnología y ciencia, ofreciendo espacios de mentoría y networking fundamentales para su desarrollo profesional.

STEMLovelace comprende que la clave para una mayor inclusión no solo está en inspirar a nuevas generaciones, sino en visibilizar referentes y fortalecer redes de apoyo. Su enfoque va más allá de la motivación: busca construir un ecosistema donde las mujeres accedan a oportunidades reales de crecimiento y liderazgo en el sector tecnológico. Un claro ejemplo de este impacto es el trabajo de mujeres referentes que han abierto camino en la industria y han demostrado que el talento femenino es un pilar fundamental para la innovación.

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Una de esas figuras es Ana Gabriela Valdiviezo, ingeniera ecuatoriana y una de las voces más influyentes en la promoción de la participación femenina en tecnología. Con más de 19 años de experiencia en el sector de telecomunicaciones y transformación digital, ha liderado iniciativas como "Niñas y Mujeres TIC.ec" y "Visibilizadas Ecuador", programas enfocados en eliminar estereotipos de género y ampliar las oportunidades para mujeres en STEM.

Su trabajo ha sido reconocido internacionalmente con premios como el "Women that Build Awards" en la categoría Digital Leader 2022, un reflejo de su impacto en la industria. Además, su liderazgo en el Observatorio de la Transformación Digital de Ecuador ha contribuido a generar conciencia sobre la importancia de la equidad de género en el sector tecnológico. Ana Gabriela representa un modelo a seguir para jóvenes ecuatorianas que desean incursionar en este campo y demuestra que el talento femenino es un motor esencial para la innovación.

La baja participación de las mujeres en campos tecnológicos no es una coincidencia, sino la consecuencia de estructuras sociales profundamente arraigadas. Durante generaciones, los estereotipos han reforzado la idea de que las matemáticas y la tecnología "no son para mujeres", limitando su acceso a estas áreas y frenando el potencial innovador del país.

Cada niña que es desalentada de seguir una carrera en STEM representa una oportunidad de talento desaprovechada. Desde una perspectiva empresarial, esto no solo implica una pérdida individual, sino también una reducción en la capacidad de innovación y competitividad de las organizaciones ecuatorianas, limitando su crecimiento en un mundo cada vez más impulsado por la tecnología.

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Organizaciones como la Red Ecuatoriana de Mujeres Científicas (REMCI) y el capítulo nacional de OWSD están construyendo ecosistemas de apoyo fundamentales. Sus programas no solo ofrecen formación técnica, sino que crean redes de mentoring y soporte profesional.

La inclusión de mujeres en áreas STEM no es simplemente una cuestión de responsabilidad social corporativa; es una estrategia esencial para la competitividad empresarial. Diversos estudios han demostrado que los equipos diversos son significativamente más innovadores. Por ejemplo, según un informe de McKinsey & Company, las empresas con mayor diversidad en sus equipos son un 30% más propensas a superar a sus competidores en la introducción de nuevos productos y servicios innovadores. En un entorno global donde la tecnología define las ventajas competitivas, Ecuador no puede permitirse desaprovechar el 50% de su potencial intelectual, es decir, el talento femenino. Actualmente, en Ecuador, solo el 16% de las mujeres acceden a carreras STEM, lo que indica una subrepresentación significativa que debe abordarse para impulsar la innovación y el crecimiento económico del país

Para cerrar la brecha de género en STEM en Ecuador, se requieren políticas públicas efectivas, programas educativos inclusivos y un compromiso del sector privado. Las empresas tecnológicas deben adoptar estrategias concretas para la contratación y promoción de mujeres en áreas técnicas, y las universidades deben fortalecer programas de mentoría y becas para incentivar la matrícula femenina en este tipo de carreras.

Ecuador tiene la oportunidad de convertirse en un referente en América Latina en la inclusión de mujeres en tecnología y ciencia. Para lograrlo, es fundamental que tanto hombres como mujeres trabajemos juntos en la construcción de un ecosistema STEM más equitativo, innovador y sostenible. El momento de actuar es ahora. (O)

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