¡Que coman pastel!. Esta popular frase, pronunciada por María Antonieta, reina de Francia, después de escuchar que sus súbditos no tenían pan para comer, fue una de las chispas que encendió la Revolución Francesa. El mal manejo de su reino y la falta de empatía con su pueblo llevó a que, el 16 de octubre de 1793, la joven monarca fuera enjuiciada, condenada por traición y guillotinada en la actual plaza de la Concordia, donde nace la avenida de los Campos Elíseos. En 2024, la misma oración, usada en un video de Tiktok por una influencer, ha encendido un debate que pide las cabezas de los ricos y famosos.
US$ 75.000 costó la entrada a los 'Met Gala', un evento que se realiza cada año en EE.UU. y que es considerado 'los Oscar de la moda'. A sabiendas o pecando de ignorante, una joven tiktoker, cubierta de flores y adornando su video con la 'plebe' de fondo (detrás del cordón de seguridad), imitó la famosa sentencia en un audio y los comentarios no se hicieron esperar. Mirando desde el Distrito 12, refiriéndose al distrito más pobre de la serie 'Los Juegos del Hambre'. Una ola de videos mostraba los extravagantes vestidos y trajes de los famosos, contrastados con las imágenes del genocidio de Palestina que ocurría al mismo tiempo.
Este incidente, aparentemente aislado, se transformó en la gota que rebasó el vaso en varios frentes. #Blockout2024 fue la campaña usada para bloquear las redes sociales de las celebridades que no se pronunciaron explícitamente sobre estos sucesos. Pero, esto no terminó aquí. Las nuevas generaciones están mostrando síntomas del hartazgo de la hipocresía discursiva, no solo de los famosos, sino del mundo en general. Cansados del lavado de imagen verde de las empresas que aseguran estar tomando una posición pro-ambientalista, mientras la temperatura de la Tierra sigue creciendo a pasos agigantados, ha llevado a que sus protestas se vuelvan cada vez más frecuentes y agresivas.
Otra batalla se da en el sector económico. Las fluctuaciones del mercado inmobiliario muestran que los jóvenes en América se rindieron en su sueño de tener un hogar, por lo que las acciones de las empresas destinadas para nómadas digitales, es decir, para aquellos que quieren viajar por el mundo en lugar de establecerse en algún punto, están en aumento. Podría estimarse que este problema ha llevado a que muchos de ellos reconsideren la idea de casarse o de tener una familia numerosa.
Su poder adquisitivo también ha disminuido. Por ejemplo, en el caso del dólar existe la ilusión de que hay estabilidad monetaria debido a los bajos niveles de inflación. Sin embargo, el poder adquisitivo o el valor de la moneda frente a los productos o servicios que las personas desean comprar, ha disminuido a lo largo de los años. Según el Buró de Estadísticas Laborales de EE.UU., un dólar en 1920 valía lo mismo que US$ 26,14 hoy en día. Esto, sumado al creciente número de casos de 'downsizing' tecnológico o reducción de personal, pronostica un futuro financiero complejo para el gen Z o Alpha promedio.
Como cerdos al matadero marchamos en la actualidad hacia el fin del mundo. Pese a esto, nuevas voluntades nacen todos los días en el Ecuador y el mundo que podrían apaciguar los inevitables efectos. Niños y niñas deberán radicalizar su discurso para ser escuchados. Este contexto imagina un nuevo tipo de consumidor, uno que sea cada vez más demandante sobre el impacto de los productos y servicios que adquieren; y menos crédulo frente a las mentiras que ciertas empresas y compañías promulgan.
Liberté, Égalité y Fraternité fueron las consignas vitoreadas hace 235 años en Francia. Ahora, la maquinaria parece estar calentando los motores del cambio, frente a un sistema que nos acerca, día a día, más al borde del precipicio. Una suerte de 'causa - efecto' para preservar el derecho de existir. Entre tanto, la pregunta no es ¿cómo?, sino ¿cuándo sucederá nuevamente?
(O)