Mi paso por Deportivo Quito
El Quito me enseñó a tomar partido por algo de manera apasionada. Es un grito que contagia. Que te da vida, recarga de energía. Porque la vida también se trata de sufrir, perder y, que duda cabe, de ganar. La nueva directiva, con José Pardo a la cabeza, tiene el reto de manejar al equipo. A toda la Directiva, mucha suerte. Su éxito es el del equipo.

Quien no conoce el fútbol no sabe de amor. Quizás eso explica que en el fútbol no todo se explica. Escribo este informe final de labores, que lo hago público, luego de que el lunes 23 de septiembre de 2024 se inscribió en el Ministerio del Deporte la nueva directiva de Sociedad Deportivo Quito, cumpliendo con el objetivo por el cual fui designado. 

Es difícil explicar la fascinación que causa el fútbol. El Quito es infancia, es barro, es morado en la canilla, es gol, alegría y lágrimas. El Quito es el fútbol profundo que construye su narrativa basada en la épica y en lo simple de las formas. Por eso acepté ser el Representante Legal del Club Sociedad Deportivo Quito.

El Quito no es para cobardes. Por eso, al llegar logramos habilitar al equipo para que pueda jugar el campeonato provincial de su categoría. Solucionar el problema de las deudas de este año y, sobre todo, de las suspensiones. En realidad, las deudas no se solucionarán sino con paciencia y buen fútbol, pero si se solucionó lo que al 2024 correspondía. Eso nos dio la posibilidad de jugar el campeonato sin presiones ni apuros. El Quito tiene algo especial y todos los acreedores pusieron el hombro. ¡Muchas gracias! Esa es la forma sensata de hacer las cosas.

El fútbol es un juego lindísimo y, como dijo Maradona, "la pelota no se mancha". Por eso, la transparencia en el proceso electoral era lo más importante que había que resguardar. Un proceso limpio y largo debido a formalidades (a veces innecesarias, pero que había que cumplir) que el Club debía pasar. Dos asambleas de socios. Un padrón respetando a todos los socios que forman parte del Club y unas elecciones que se cumplió de acuerdo con lo que establecía el estatuto. Se presentaron dos listas, pero una de ellas no cumplió con los requisitos exigidos por nuestra normativa y así lo consideró el Tribunal Electoral. Fueron a votar un buen número de socios activos, legitimando de esta manera el proceso electoral.

Quizás te interese: La perfección aburre

El Quito tiene la humildad de ser un equipo de calle, de barrio, pero el corazón y el alma del más grande. Es ese equipo cercano que parece el de los amigos, ese que se juega en la calle con dos camisetas como arco. Por eso no va a desaparecer, porque el Quito no tiene hinchas, tiene fieles. Las deudas están controladas y con una administración ordenada, no debería haber ningún tipo de inconveniente. Hay esperanza y pronto vamos a salir adelante. Si hay alternativa. 

Este paso por el Deportivo Quito me permitió entender que estar en el estadio es estar en el lugar correcto en el mundo, es lograr tener la capacidad estratégica de no poder pensar en otra cosa. El fútbol son los cánticos, las emociones, el sufrimiento que el deporte genera al hincha, pero sobre todo es el pretexto que junta alrededor de una pelota a padres e hijos, generación tras generación. El Quito es el pretexto. Es el lugar común de las cosas buenas, por eso hay que luchar por los colores.  

Lee también: El amor es un milagro

El Quito me enseñó a tomar partido por algo de manera apasionada. Es un grito que contagia. Que te da vida, recarga de energía. Porque la vida también se trata de sufrir, perder y, que duda cabe, de ganar. La nueva directiva, con José Pardo a la cabeza, tiene el reto de manejar al equipo. A toda la Directiva, mucha suerte. Su éxito es el del equipo. 

Pasé por el Club de mis amores porque los fieles no abandonan. Descubrí que las tristezas se curan con abrazos: abrazos de gol o abrazos con lágrimas por no clasificar a la siguiente fase. Que el fútbol también se encarga de devolvernos la ilusión de sentirnos los mejores por un rato. 

En esta estamos juntos. Porque es lo que cabe. Por todos, por los grandes, por los chiquitos, por el fútbol, poooor el Deportivo Quito. (O)