Si, está enfermo porque ha sido víctima de varias noxas: desmemoria de sus habitantes, ejecutivo dubitante carente de respaldo político con pésimas asesorías y un cúmulo de acciones y pronunciamientos erróneos e innecesarios; Asamblea dominada por conspiradores y obstruccionistas empeñados en conseguir la impunidad de prófugos y delincuentes sentenciados por sus evidentes actos ilegales; descuido gubernamental en la atención a las mayorías pobres y preteridas, crecimiento incontrolado de la inseguridad, del crimen organizado y del narcotráfico; afanes desestabilizadores de esos políticos cebados por la riqueza arrebatada a raudales a la economía nacional y…. otro proceso electoral cuestionado en el que un grupo minoritario, patológicamente entregado a liderazgos corrompidos, venció a una tendencia dividida que, unida, habría triunfado, con holgura, en el proceso electoral.
Amenaza al país un futuro sombrío que se neutralizaría con una explosión de patriotismo y coherencia que podría impulsar, a las jóvenes autoridades elegidas, a esforzarse por efectuar una gestión honesta que redunde en el bienestar de la colectividad y en el fortalecimiento de su prestigio, como vínculo para una elección ulterior a una representación de más alta jerarquía, alejada de la influencia de los líderes antiguos que ensuciaron el nombre de ese movimiento político.
Trabajar por la patria engrandece, aprovechar el trabajo para enriquecerse, con dinero ajeno, envilece A engrandecerse jóvenes políticos, la patria es eterna, los líderes que se apoyan en la ilicitud, pronto caen; no se junten en su caída, supérense por el bien del país, de sus familias y por el honor de sus hijos.
Se acerca el 2025 y las elecciones presidenciales; la fecha se volatiliza con la desesperación y premura para destituir al Presidente de la República que entusiasman a los que tanto mal hicieron: unos como gobernantes, otros como terroristas e invasores.
El gobierno sufrió una apabullante derrota electoral, su poca preocupación por combatir la pobreza, la falta de puestos de trabajo, la carencia de medicinas en los hospitales, el entorpecimiento en la atención de los servicios públicos, las ofertas incumplidas, las amenazas lanzadas al viento y los múltiples exabruptos presidenciales han desfigurado su imagen.
La Asamblea, convertida en nido conspirativo, no ha cesado en el denodado esfuerzo de buscar perdón y olvido para ese numeroso grupo de inescrupulosos que se sirvieron del Estado para cambiar su estatus social y económico, mediante actuaciones dolosas por las cuales han sido glosados, sentenciados, han recibido medidas cautelares o han fugado.
La gobernabilidad del país requiere la continuidad del Presidente de la República con una actitud drásticamente diferente, valiente y creativa, que le lleve a rodearse de asesores capaces, experimentados y a dejar de lado a ese círculo de colaboradores cercanos, de triste desempeño, que estructuraron un escudo de ciegos aduladores.
El país está enfermo y necesita medidas terapeúticas emergentes ante la intemperancia de los asambleístas que tratarán de convertir, al restante tiempo de gobierno, en un calvario y culminar con la destitución presidencial. Es indispensable que el Presidente plantee, con decisión, gallardía y patriotismo, la muerte cruzada, para frenar las actitudes innobles y obstruccionistas de sus denodados detractores. Ha honrado al primer poder del Estado, podrá enrumbar, sin obstáculos, al país. Debe hacerlo. (O)