Mayor necesidad: ¿Cómo crecer?
Se deben concretar proyectos privados en sectores donde se percibe aún interés internacional a pesar de las circunstancias que han ocurrido como oponerse la ciudadanía a seguir produciendo petróleo en el bloque 43 o a aceptar el arbitraje internacional entre el estado ecuatoriano y empresas extranjeras. El área petrolera sigue siendo un buen negocio en el mundo así como el sector minero.

Se corre un grave riesgo de congelar y concentrar la política económica en la necesaria y sin duda indiscutible estabilidad y dejar “de lado” o postergar el crecimiento económico y el empleo. Los programas de ajuste económico y los acuerdos internacionales con las instituciones multilaterales van perdiendo impacto en la sociedad si no conllevan otros beneficios cuyo principal exponente es el empleo. El discurso de las autoridades económicas empieza a debilitarse si la gente, “al final de día”, no recibe de forma directa un beneficio real de los ajustes impositivos, de la eliminación de los subsidios ineficientes o de los nuevos préstamos externos por más buenas condiciones que éstos registren.

Las explicaciones que van dirigidas a que la ciudadanía entienda que sin un programa económico sólido y debidamente confeccionado la economía no presentará las condiciones para crecer de forma ordenada, pueden caer en el vacío si pasan los años y los índices de pobreza o empleo no mejoran. El Ecuador, tal como va la situación económica, no crecerá a un ritmo aceptable hasta después del 2028, año en el que el país alcanzaría un aumento del PIB del 2.5%, porcentaje que no cubrirá las necesidades que demanda la población. Si estos pronósticos se cumplen, el país no habría crecido por más de una década lo cual conlleva un problema social y político difícil de afrontar y resolver. Sin pretender ahondar las dificultades pero sin poder desconocer un problema grueso, la inseguridad es una amenaza espantosa que cruza transversalmente la economía y la sociedad sin beneficio para nadie que no sean los delincuentes y los grupos de narcotraficantes. 

Para que podamos entrar en una fase de crecimiento económico mayor y que éste se produzca en un plazo corto es fundamental que el sector privado tome un mayor protagonismo y en este ámbito la inversión extranjera podría jugar un rol esencial. Si no se registran avances significativos para que las finanzas públicas moderen el tamaño excesivo de la actualidad y mejoren la eficiencia y la calidad del gasto público, el estado como promotor del crecimiento está muy cercano a ser una fábula muy lejana de ser verdad. Por múltiples circunstancias, entre otras por la voracidad de una burocracia sin freno ni control, se habrá volcado el crecimiento al sector privado sin que el público cumpla rol alguno.

Se deben concretar proyectos privados en sectores donde se percibe aún interés internacional a pesar de las circunstancias que han ocurrido como oponerse la ciudadanía a seguir produciendo petróleo en el bloque 43 o a aceptar el arbitraje internacional entre el estado ecuatoriano y empresas extranjeras. El área petrolera sigue siendo un buen negocio en el mundo así como el sector minero. El gobierno debe empujar la inversión en estos sectores por ser actividades importantes que traen liquidez inmediata y en magnitudes significativas, recursos que circulan en la economía y promueven mayor crecimiento económico. Otros de los sectores es el área energética, donde la hidroelectricidad ofrece alternativas atractivas para cualquier inversionista internacional.

Obras de infraestructura de considerable envergadura como ha sido la reiterada discusión por más de dos décadas de la autopista Quito - Guayaquil, proyecto de más de USD 2 mil millones que puede acarrear un considerable impacto comercial y productivo a lo largo de una vía de aproximadamente 350 kilómetros.

Ya son 24 años de adoptada oficialmente la dolarización, esquema cambiario que ofrece por esencia algunos beneficios como es la eliminación casi total del riesgo cambiario, circunstancia presente en casi todos los países de la región con nuestra excepción lo que de por sí es un atractivo para inversiones extranjeras en cualquier actividad productiva. Dentro de los beneficios reales está la conjunción de la dolarización con la ubicación geográfica del país que lo podrían convertir en un hub financiero de toda la región con beneficios aún mayores a Panamá. La venta del Banco del Pacífico sería una gran puerta de entrada en una meta de esta naturaleza. Habrá siempre sectores que se opongan a esta acción pero el beneficio del país siempre será prioritario.

Sin duda que el Ecuador por todos sus atractivos naturales ofrece en el turismo una actividad atractiva para inversionistas que requiere apoyarla de forma directa y con la fuerza necesaria pero esta actividad, lamentablemente, es una de las más afectadas por la inseguridad que se tiene en la actualidad.

Es por lo anotado imprescindible la identificación de sectores y proyectos que generen liquidez inmediata y en magnitudes importantes como lo fue en su momento la construcción del OCP en el 2001 y 2002 que brindó un impulso económico al país por cerca de 3 a 4 años. En esos años la inversión fue de aproximadamente USD 3 mil millones entre la construcción y la exploración petrolera, cifra que hoy representa cerca de los USD 15 mil millones, magnitud que sin duda impulsaría la reactivación económica de forma importante.

Si descuidamos este objetivo esencial de crecer más rápidamente, la cuenta nos va a llegar con más inseguridad, más delincuencia, más pobreza y menos empleo. Más nos vale tomar acción inmediata en este aspecto. (O)