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Aprender jugando
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Más que diversión: Cómo el juego moldea la mente de los niños.

Silvia Tapia

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Debemos motivar a los niños a aprender y la mejor forma es jugando, es uno de los primeros pasos para abrir su ventana al conocimiento; un tubo, una caja de cartón, un poco de masa, hacer una madriguera hecha con cobijas, son recursos y espacios que promueven el juego y por tanto el aprendizaje, brindándoles mejores oportunidades de crecimiento.

7 Marzo de 2025 11.51

El carnaval, con su explosión de agua, harina, huevos, espuma y risas, nos recuerda una verdad fundamental: jugar es inherente a la experiencia humana. Desde la infancia hasta la adultez, el juego nos acompaña se transforma, pero siempre presente.

Jugar es una de las principales actividades, al menos en la infancia y la adolescencia, y es la etapa en la que los adultos suelen decir: ¡ya para! ¿no te cansas de jugar? La respuesta es simple: NO.

¿Por qué a los niños les gusta tanto jugar?

Más allá de la diversión y las oportunidades de socialización, el juego es la principal vía de aprendizaje del mundo que nos rodea, y nos permite ver cómo nos adaptamos a él. Piaget y Vygotsky posiblemente son los teóricos más connotados en el tema y explican cómo mediante el juego los niños potencian su inteligencia (desarrollo cognitivo) y su interacción social. 

Cuando un niño juega se desencadenan una serie de eventos que estimulan todo su sistema nervioso, se activa la corteza prefrontal, el hipocampo, la corteza occipital y otras estructuras y aunque no podemos verlo sucede constantemente. La neurociencia se ha encargado de estudiarlo y nos explica cómo el juego se convierte en un gran estimulador del cerebro. 

Conocer los objetos, sus características, propiedades y funciones permite que el niño pueda crear representaciones mentales (simbolismo) , manipular esa información y transformarla mediante la creatividad, para expresarla a través del juego. Cada vez que te sirves una taza de té imaginario con un niño, finges conducir un auto durante una carrera o cuando un dinosaurio esté a punto de pisarte y debes escapar del lugar corriendo tan rápido como Sonic, estás estimulando su cerebro y favoreciendo su capacidad de aprendizaje, sin contar con el vínculo emocional que generas.

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El aprendizaje lecto escritor y de cálculo se basa precisamente en el simbolismo: asociamos signos (letras) a sonidos (fonemas) y también objetos con números. De este modo acciones como crear, moverse, hablar, seguir la secuencia de la trama, emocionarnos, seguir reglas son operaciones que comparten el juego con el aprendizaje y el aprendizaje con el juego.

Cada vez que le pedimos a un niño/a que deje de jugar, o le pedimos que se quede quieto estamos coartando su estimulación cerebral y por tanto su capacidad de aprendizaje. Monge, M. et al. en su artículo "La importancia del juego en los niños" afirma que el tiempo juego de los niños está disminuyendo peligrosamente debido a múltiples factores como la inmersión en los medios electrónicos, las largas jornadas laborales de los padres, un mayor contenido de aprendizaje desde el preescolar y un mayor enfoque en las actividades académicas estructuradas.

Debemos motivar a los niños a aprender y la mejor forma es jugando, es uno de los primeros pasos para abrir su ventana al conocimiento; un tubo, una caja de cartón, un poco de masa, hacer una madriguera hecha con cobijas, son recursos y espacios que promueven el juego y por tanto el aprendizaje, brindándoles mejores oportunidades de crecimiento.

Como ves, el juego es un asunto serio. (O)

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