Un fascinante descubrimiento en epigenética revela cómo la percepción e interpretación de nuestro entorno pueden alterar nuestra biología y adaptarnos a cambios climáticos, infecciones, y más. En resumen: los pensamientos podrían influir en nuestros genes y modificar así a las generaciones futuras.

Ayer estuve en Twitter toda la tarde y miren la joya que encontré:

Traducido a español y con ciertos aportes míos (entre corchetes) para aumentar la posibilidad de
comprensión: "Asustado de compartir esto luego de 10 malditos años esperando pero aquí vamos:
Encontramos que la percepción de la temperatura puede cambiar a las siguientes generaciones
inclusive cuando solamente [existe] 'en la cabeza de los padres' [como pensamiento]".

En otras palabras, la percepción de una condición externa y la interpretación que le damos a ésta
tiene la capacidad de modificar nuestros genes y por lo tanto a nuestros descendientes.

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Si percibimos que la temperatura actual es mayor a la temperatura que sentíamos antes
posiblemente interpretemos que nos encontramos en la mitad de un proceso de calentamiento.
Esta interpretación, que no es más que un pensamiento, modificará nuestros genes y cuando
nuestros hijos sean creados conforme a esta información, ellos, así lo espera la vida al menos,
estarán mejor adaptados para las condiciones climáticas más calientes del futuro.

La percepción del cambio presupone la existencia de memoria. El futuro padre o futura madre que
percibe la temperatura más caliente pueden hacerlo únicamente porque en su memoria tienen
grabada la percepción de una temperatura menor.

No solo aplica, como podríamos suponer, a la percepción de un cambio en la temperatura.

El paper científico al que enlaza el Tweet, que por cierto está escrito para la comunidad científica y
por lo tanto escrito en términos que pretenden demostrar que se hicieron pruebas rigurosas
siguiendo el método científico, es decir, contiene más detalles de los necesarios (advertencia
realizada), dice: "se ha demostrado que las infecciones virales y bacterianas, hambruna y cambios
en la temperatura pueden modificar el RNA de los gusanos".

Es decir, si un individuo se contagia de un virus o bacteria y sobrevive, su cuerpo aprende a
defenderse del agente patológico y transmite el aprendizaje a sus descendientes. O si sufre de
hambre se modifica a sí mismo para que sus descendientes se adapten y puedan vivir en base a una
dieta que incluye un menor consumo de calorías.

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El hombre, a diferencia de los animales más simples, requiere de su mente para poder sobrevivir.
La simple condición de que no tenemos pelaje es suficiente para demostrar esto. Si luego de
percibir que existen animales que no mueren de frio en el invierno e interpretamos usando nuestra
mente que esto se debe a que tienen un abrigo incorporado podremos concluir que si nos cubrimos
con lo mismo que se cubren estos animales podremos obtener el mismo beneficio y no congelarnos
debido a las bajas temperaturas. Le sigue a este aprendizaje la decisión de cazar un espécimen de
la especie observada para quitarle su piel y usarla como vestimenta.

La percepción se realiza principalmente a través del sistema nervioso. En el paper se manifiesta así:
"El sistema nervioso no tiene rival en su habilidad para recolectar, procesar e integrar la
información del ambiente [que le rodea]".

Podemos suponer que los autores del paper han agrupado bajo sistema nervioso no solo los
órganos de percepción y las estructuras nerviosas encargadas de transportar la data percibida al
cerebro para su procesamiento, sino que también a la mente, encargada de identificar la
información e integrarla.

Está es la visión materialista de occidente para la cual la mente proviene de la evolución de la
materia. Visión que se contradice con el descubrimiento mencionado en el paper, creando la
primera incoherencia, pues si la percepción de un cambio de temperatura y su posterior
interpretación cambia la materia (genes) la materia no puede ser el origen de la mente, sino todo lo
contrario.

Si es verdad que el sistema nervioso no tiene rival para recolectar, procesar e integrar la
información del ambiente que le rodea, lo primero a notar es la importancia de mantenerle a éste
sano.

Haciendo todo lo contrario a lo que la vida moderna y la sociedad nos ha empujado a hacer: a
privilegiar el sueño, a controlar el estrés, a cuidar nuestras relaciones, a no exagerar con el café, a
dejar de ingerir alimentos o bebidas que inflaman el sistema nervioso como al alcohol, a meditar, a
eliminar los focos que emiten luz azul, etc.

Requiere de un reconocimiento de las prioridades para luego organizar conforme a ellas nuestro
tiempo.

Y requiere de disciplina para luego de creado el plan, ejecutarlo.

Los beneficios exceden la inversión inicial.

Quizá lo más fantástico del paper sea el descubrimiento que he resumido más arriba pero que
volveré a plantearlo acá: los pensamientos modifican nuestros genes que a su vez son los
responsables de producir la siguiente generación de individuos.

Pero no solo producimos genes que modificarán las características de la siguiente generación de
individuos.

Esto lo sabemos ya.

Cuando percibimos un sonido en forma de voz que dice que repararan la principal arteria de la
ciudad e interpretamos correctamente que habrá demasiado tráfico, propondremos a la persona
con la que tenemos una cita al otro lado de la ciudad vernos en video llamada; haciéndole a la par
un gran favor a nuestro sistema nervioso y al del resto de conductores que no tendrán que
soportar un estresado más.

Volvamos al paper: "La percepción ocurre luego de la activación de neuronas sensoriales en
respuesta a estímulos específicos. La información recibida es interpretada [e] induce cambios en
comportamientos, metabolismo y desarrollo, lo que le permite al animal adaptarse a ambientes
insólitos".

Si nuestra mente percibe la realidad a través de los órganos sensoriales y luego, conforme a sus
facultades de integración e interpretación, determina como se verá el futuro, creará las
condiciones idóneas para la supervivencia del cuerpo, del que ella por supuesto depende para
sobrevivir.

Si, como lamentablemente sucede con la mayoría de personas, el sistema nervioso no se encuentra
pleno y la mente esta ofuscada por pensamientos cuyo origen es la mayoría de veces desconocido
(pero que tiene muchas veces que ver con traumas que nos dejaron nuestros padres o la cultura en
la que vivimos), el método que usamos para crear las condiciones de nuestra vida se verá
contaminado.

Lo que significa que la mayor responsabilidad que tenemos como individuos es contar con un
sistema nervioso sano y una mente clarificada de pensamientos que describen una realidad pasada
posiblemente vinculada al dolor.

Uno de los módulos de mi programa El Soberano Emprendedor se enfoca precisamente en enseñar
a emprendedores a ser dueños de sus pensamientos. A crear la vida que quieren conforme a su
propósito y no conforme a un checklist creado por alguien más.

Antes de terminar quiero hacerte notar algo que quizá se te paso por alto:

Cuando somos dueños de nuestros pensamientos creamos el futuro que queremos.

Cuando no, un futuro de servidumbre a ideas y pensamientos rancios e ignorantes. (O)