La constante evolución tecnológica y digital en la que actualmente vivimos, que está siendo protagonizada por los novedosos recursos de Inteligencia Artificial (IA) generativa, nos proporciona valiosas herramientas para potenciar la comunicación y la creatividad.
Sin embargo, también ha originado una preocupante y amenazante realidad: los 'Deepfakes', como lo fueron en su momento las Fake News o noticias falsas. Se trata de manipulaciones audiovisuales por medio de la Inteligencia Artificial, con la cual se crea contenido falso convincente, generalmente a través de la superposición de rostros y voces en videos y audios.
Aunque los 'Deepfakes' puedan parecer inofensivos, plantean serios riesgos para la comunicación estratégica y la sociedad en general, puesto que representan una distorsión de la verdad y la realidad.
En estos momentos, con la utilización de algoritmos avanzados es posible crear videos falsos de personas famosas, líderes políticos, gobernantes o incluso individuos comunes y corrientes, diciendo o haciendo cosas que nunca hicieron.
Todo esto plantea una amenaza significativa para la credibilidad y la confianza en los medios de comunicación y en la información en general.
Uno de los riesgos más evidentes de los 'Deepfakes' es su potencial para manipular la opinión pública y socavar la democracia. En un mundo donde la información se comparte rápidamente a través de las redes sociales y otras plataformas en línea, un video 'Deepfakes' bien hecho podría desencadenar reacciones simultáneas, provocar conflictos y distorsionar el proceso democrático al influir en la toma de decisiones políticas.
En el Reino Unido ya se dio una primera voz de alerta. Su ministro del Interior, James Cleverly, advierte que los 'Deepfakes' representan una amenaza para las próximas elecciones. Pues, hay suficientes ejemplos de manipulación audiovisual viralizada ante lo cual surgen preocupaciones para buscar medidas para proteger la democracia y poner el tema en la agenda política, en las empresas tecnológicas de Silicon Valley y en los medios de comunicación, para elevar el nivel de debate sobre la Inteligencia Artificial y las implicaciones en la geopolítica.
Y es que, los 'Deepfakes' plantean desafíos éticos y legales significativos, como ¿quién es el responsable cuando un video manipulado se vuelve viral y causa daño a la reputación de una persona? ¿Cómo podemos distinguir entre lo real y lo falso en un entorno saturado de información digital? Estas son preguntas que los expertos en comunicación estratégica y los responsables de políticas públicas debemos abordar con urgencia.
Otro aspecto preocupante de los 'Deepfakes' es su potencial para desestabilizar los mercados financieros y la seguridad nacional. Por ejemplo, un video falso que muestre a un CEO importante anunciando una fake news sobre su empresa, puede provocar la caída masiva del precio de las acciones en la bolsa. Y lo peor, un líder político o gobernante podría declarar una guerra basado en un video fabricado.
Estos escenarios, aunque actualmente hipotéticos, podrían convertirse en realidades alarmantes si no se toman medidas para contrarrestar la propagación de los 'Deepfakes'.
Entonces, ¿cuál debería ser la protección contra esta amenaza emergente? En primer lugar, son fundamentales la educación y la concientización. Las personas deben ser conscientes de la existencia de los 'Deepfakes' y de su potencial para engañar. Además, es crucial desarrollar y mejorar las tecnologías de detección de 'Deepfakes' para identificar y combatir la proliferación de contenido falso.
Asimismo, se necesitan políticas y regulaciones más estrictas para abordar este y otros problemas generados con los avances de la tecnología. Las plataformas de redes sociales y los medios de comunicación tienen un papel crucial que desempeñar en la lucha contra la desinformación y la manipulación digital.
Es imperativo que estas organizaciones implementen políticas de verificación de contenido y trabajen en estrecha colaboración con expertos en tecnología y comunicación para desarrollar estrategias eficaces para la detección y mitigación de los 'Deepfakes'.
Y, por último, la batalla contra esta potencial amenaza es una lucha que requiere la colaboración de todos los sectores de la sociedad, desde gobiernos y las empresas tecnológicas hasta los medios de comunicación y los ciudadanos. Solo mediante un enfoque multifacético y coordinado podremos proteger la integridad de la información y preservar la confianza en el mundo digital en el que vivimos. (O)
