Ayer terminó una temporada deportiva inédita en la historia de la humanidad. Esta arrancó en junio pasado con la Eurocopa y la Copa América, continuó con los Juegos Olímpicos de 2024 y cerró con los Juegos Paralímpicos, también en la capital francesa. Si a esos eventos se suman eventos anuales como la Vuelta a España o el US Open, podemos decir que el deporte ha estado más presente que nunca en el día a día de la especie humana.
Estas competiciones nos dejaron escenas inolvidables, en las que se confirma que la realidad siempre supera a la ficción. Cada uno de nosotros puede hacer memoria y recordar en segundos las victorias de diferentes deportistas. Para los ecuatorianos fueron semanas de orgullo, con medallas de oro, plata y bronce, tanto en los Olímpicos, como en los Paralímpicos. Nuestros deportistas hicieron historia y mostraron que con planificación, esfuerzo, constancia y mucho amor propio se alcanza la gloria, se tocan las estrellas y los seres humanos se convierten en leyendas.
En este contexto los Juegos Paralímpicos son, sin duda, el mejor ejemplo de cómo enfrentar la adversidad, de cómo lograr lo impensado y de demostrar a todos que nada o casi nada es imposible. Las atletas ecuatorianas Kiara Rodríguez, Estefany López y Polet Méndez, medallistas en París, encarnan ese espíritu deportivo marcado por la búsqueda de la excelencia sin importar ningún obstáculo.
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Los Paralímpicos conmueven. No importa la disciplina, ni el escenario. Esos seres humanos que compiten y luchan son héroes y los mejores ejemplos de lo que significa la verdadera inclusión.
Los orígenes de los Paralímpicos están en 1948, cuando el doctor Ludwig Guttmann organizó una competencia deportiva para veteranos de la Segunda Guerra Mundial con lesiones en la médula espinal en el Hospital de Stoke Mandeville, en Inglaterra. Esta competencia fue conocida como los Juegos de Stoke Mandeville y era parte de la rehabilitación de los soldados heridos. El punto clave es que coincidió con los Juegos Olímpicos de Londres de ese año.
Con el tiempo, los Juegos de Stoke Mandeville ganaron popularidad y en 1960 se celebraron en Roma los primeros Juegos Paralímpicos oficiales, inmediatamente después de los Juegos Olímpicos. Estos primeros Juegos Paralímpicos incluyeron a 400 atletas de 23 países. Desde entonces, se cumplen cada cuatro años siguiendo el mismo calendario que los Juegos Olímpicos y con una amplia gama de discapacidades físicas y mentales.
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En París 2024 participaron alrededor de 4.400 deportistas provenientes de más de 180 países. Estos atletas compitieron en 22 deportes y nos enseñaron el valor de la vida. En una coyuntura en la que parece que todos competimos por saber a quién le va peor, basta ver a estos seres humanos esforzándose al máximo para darnos cuenta que muchas veces nos ahogamos en un vaso de agua. (O)
