Las 5 claves para ser un líder multiplicador
Ignacio Mazo vicepresidente de BTS
Ignacio Mazo vicepresidente de BTS
Un buen liderazgo es una de las claves más importantes para conseguir extraer todo el potencial del talento en una empresa. De hecho, el 76% de las compañías reconoce que existe una relación directa entre el liderazgo y el crecimiento de la productividad, tal y como refleja una encuesta elaborada por el Institute for Corporate Productivity.
Esta era, caracterizada por una diversidad sin precedentes en los equipos y una creciente expectativa hacia la sostenibilidad y la ética empresarial, demanda un liderazgo que aproveche la inteligencia colectiva y que también multiplique y potencie a cada persona en su organización. La ausencia de una mentalidad de multiplicador, caracterizada por centralizar decisiones y limitar la innovación interna, puede paralizar a las empresas, creando culturas organizacionales que desmotivan y perjudican la retención de talento.
Evidentemente, nadie se levanta con ganas de disminuir el talento. No se hace de manera consciente. Sin embargo, ciertos hábitos potencian entornos y culturas en las que no se pueden desarrollar todas las habilidades. Y es muy importante esa relación entre liderazgo, productividad y resultados.
Una forma de abordar esto en las organizaciones es a través de una experiencia inmersiva basada en situaciones reales en el marco del modelo “Multiplicadores-Disminuidores”. En esta experiencia, basada en el concepto de Liderazgo Multiplicador de Liz Wiseman, los líderes pueden entender y practicar la mentalidad de los líderes multiplicadores, afrontando desafíos empresariales del mundo real, pero en un entorno seguro. Así, los participantes adquieren nuevas capacidades para hacer crecer a sus equipos y desarrollar una cultura empresarial en la que el intercambio de ideas y conocimientos es muy sencillo y donde es muy fácil identificar las actitudes, de empleados o líderes, que están suponiendo el efecto contrario al deseado, es decir, un efecto disminuidor.
Las consecuencias de adoptar un liderazgo multiplicador son transformadoras. Permiten generar ecosistemas organizacionales donde cada miembro se siente valorado, desafiado e inspirado para aportar de manera significativa al éxito colectivo.
Al empoderar, inspirar y desarrollar a cada miembro del equipo, los líderes multiplicadores no sólo fomentan la innovación y la productividad, sino que también construyen las bases de una cultura organizacional firme, resiliente y orientada al futuro, con una gran capacidad para retener y atraer talento.
*La columna fue escrita por Ignacio Mazo, vicepresidente de BTS. Lidera la Práctica de Liderazgo y Coaching en Latinoamérica y para la región sur de Europa