Forbes Ecuador
Ventas.
Columnistas
Share

El confinamiento, las restricciones para viajar y la disminución de ingresos en los hogares ecuatorianos favorecieron a la industria nacional.

21 Julio de 2021 14.21

La reactivación económica se traduce en aumento de la confianza y autoestima de los ecuatorianos. Una vez arrancado el plan de vacunación la economía ha empezado a reactivarse. Hay mayor concurrencia de personas en los restaurantes, locales comerciales, parques, etc. 

Esto se debe también al esfuerzo que han hecho muchos empresarios por volverse atractivos para sus clientes con promociones y descuentos. Entre ellos, el sector turístico quien pese a ser el más golpeado fue el primero en brindar a sus clientes promociones de 2x1 en estadías, upgrades de habitaciones o descuentos de hasta el 65%. Estas formas de activarse no sólo permiten generar empleo sino que influyen en el estado de ánimo de las personas. 

Nuestro país tiene una naturaleza única; ahora más que nunca debemos aprovechar sus parques nacionales, cascadas, lagunas y más para tomar un respiro y empezar esta segunda mitad del año con más positivismo.

Estos bellos lugares son perfectos para mantenernos seguros del Covid-19, conocer nuestro país y contribuir con pequeños negocios o emprendimientos en estas áreas turísticas. Podemos entonces apoyar la reactivación económica mientras renovamos nuestra energía. 

Esto quiere decir que una persona que está con mejor estado de ánimo está más dispuesta a gastar. Si como ecuatorianos tenemos esperanza y seguridad en nosotros mismos, empezamos a despejar esa neblina de miedo y comenzamos a ver oportunidades para salir adelante. Como resultado, el disfrutar más del día a día se traduce en un aumento de ventas para distintos comerciantes. Los empleados públicos que han regresado a sus oficinas saldrán a comer con sus compañeros, muchas empresas que hicieron recorte de horas de trabajo podrán volver a horarios normales y el hecho de volver a tener clases presenciales también mueve distintas áreas comerciales. 

El confinamiento, las restricciones para viajar y la disminución de ingresos en los hogares favorecieron a la industria nacional. Post-confinamiento vemos que muchas marcas de ropa ecuatorianas han crecido al igual que los productos de belleza. Cuando nos limitaron el poder comprar en el exterior pudimos conocer y apoyar marcas locales. Algunas han mejorado su calidad, presentación y hasta su forma de atraer clientes. Se volvieron, por ende, llamativas para distintos grupos sociales, en especial al segmento joven. Este renacer de la industria local es también un baño de autoestima para creer en nosotros y sentirnos orgullosos de lo que somos. 

En varias ocasiones pensé que lo que nos diferenciaba de los colombianos no era la calidad de sus rosas, ni sus capacidades artísticas o su creatividad en el área textil; lo que realmente nos diferenciaba era el patriotismo. Sin embargo, la pandemia dentro de sus consecuencias positivas nos permite reinventarnos y revalorarnos. 

Hoy en muchas decisiones preferimos “lo nuestro” por convicción y no solo por obligación. Las nuevas generaciones junto a la tecnología permitieron mejorar la calidad de los productos y dándole importancia al concepto de economía sustentable lograron ganar terreno. 

Puedo decir que ya estamos reactivando ese orgullo ecuatoriano y es que cómo no sentirnos contentos si al comprar un producto hecho en Ecuador por nuestros indígenas como es la marca Armadillo, contribuimos al desarrollo de comunidades normalmente olvidadas. Además estamos orgullosos de llevar una prenda tan nacional con un toque moderno en nuestra vestimenta. 

Aquella reactivación emocional considero que es más fuerte e impactante a largo plazo que solo una reactivación económica. El lograr esto hubiera tomado años pero el aislamiento y los distintos tipos de crisis nos volvieron resilientes. Esta es la gran lección para las nuevas generaciones que han vivido esta transformación. Es posible alimentar nuestro espíritu en momentos difíciles y con esto lograr una dinamización de la economía de forma duradera y sustentable.  (O)

10