Todos hemos visto las historias de que a algún influencer famoso, lo censuraron, hackearon o peor aún: que le cerraron la cuenta. Ouch! Ahora imagina un mundo donde eso jamás te podría suceder, porque tu eres el dueño de esa red social? ¿quieres saber más? bienvenido a la web3.
¿Qué es la Web3?
La Web3, es el salto más grande en la evolución de la comunicación digital. Muy distinta en cuerpo y alma, de la estática Web1, en la que solamente podíamos buscar y consumir contenido. Y de la Web2, donde se originaron los foros, blogs, las modernas redes sociales y que puso fin al anonimato apoyada de los smartphones y PRISM.
El activo más importante de un influencer, es la percepción que su público tiene: seguidores, reputación, estilo de vida, marcas con las que trabaja, etc. Pero nos olvidamos que a partir del momento en que abres gratuitamente una cuenta en cualquier red social, sus términos y condiciones especifican que legalmente ni siquiera tus contenidos te pertenecen.
Es por eso que la Web3, nace con dos cosas en mente: privacidad y descentralización. Es decir, para que las cosas funcionen, nuestros datos ya no tendrán que pasar a través de un puñado de empresas que continuamente nos espían y perfilan. Sino que el tráfico se distribuye por miles de servidores de manera segura, encriptada y anónima.
Los MetaInfluencers
En la Web3 los influencers se transportarán hacia los nuevos metaversos. Donde podrán crear sus propias redes sociales descentralizadas, sin censura y seguras para ellos y sus nuevas audiencias. Con absoluta libertad creativa y la capacidad de monetizar todo su contenido, sin intermediarios y dentro de un ecosistema basado en la confianza y que tiene integrado en su núcleo sistemas de micropagos a través de criptomonedas como: Bitcoin (1 que equivale a $36.380 dólares), Ethereum ($2.217) y hasta la querida DogeCoin de Elon Musk que cotiza en $0.30 por unidad.
Pensemos en estas redes como un OnlyFans “On-Fire”. Y antes de que te horrorices, no estoy hablando solamente de contenido sexy. Me refiero a que, ahora los influencers podrán interactuar con su comunidad y rentabilizar su talento, de la manera que siempre soñaron.
Imagina a Taylor Swift, pidiendo a sus fans 10.000 de sus propias criptomonedas (seguramente sus seguidores me van a odiar, pero vamos a llamarles “swifties” y que tengan el equivalente a 1 dólar) para desbloquear una nueva canción. 400.000 swifties para desbloquear el lanzamiento mundial de su nuevo video, o 900.000 swifties por el NTF (arte digital protegido por blockchain) de la portada de Red (Taylor´s version, of course).
En las primeras etapas (2022-2024) interactuaremos a través de los dispositivos móviles tradicionales. Pero a medida de que más desarrolladores se unan, los dispositivos de realidad virtual y realidad aumentada se harán más pequeños, eficientes y baratos ya no hablaremos solamente de redes sociales propietarias, sino de completos metaversos de celebridades. Donde podrás visitar e interactuar (ver, escuchar, tocar y hasta oler) los objetos que existen en estos universos virtuales. Todos directamente de la creatividad de tu MetaInfluencer favorito.
Como no podía ser de otra forma, Paris Hilton, a quién tradicionalmente se le atribuye ser la primera influencer del siglo XXI e inclusive acuñar el término. También se convirtió en la primera MetaInfluencer al lanzar “Paris World”, su propio metaverso “donde la fiesta jamás termina”. Y ya anunciado que pronto estarán a disposición de sus fans los NFTs que desarrolla en conjunto con las marcas Superplastic y Gucci.
Paris Hilton, en abril del 2021 vendió su NFT "Iconic Crypto Queen" por 1.1 millones de dólares. Y si eso te parece caro, debes saber que el artista digital Beeple, subastó el NFT más caro de la historia en 69 millones de dólares el año pasado.
MetaInfluencer Marketing
A priori te puede parecer que los beneficios de este nuevo universo, solamente serán para los “dueños” de estas redes. Pero como en todo, una vez que se alcance una masa crítica -como la que tenemos en las redes sociales actuales-, la competencia hará que estos nuevos mercados se auto regulen y a diferencia de lo que sucede ahora, haya una distribución equitativa de la riqueza digital.
La calidad del contenido, los productos y servicios, reviews, reputación, la trazabilidad y los precios, serán la base para generar la confianza y fidelización de un nuevo tipo de usuario más poderoso y crítico, que al empezar a pagar por lo que quiere, será muchísimo más exigente con la calidad de lo que obtiene.
“Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”, será el mantra en esta nueva economía. Donde la moneda que definirá el éxito o fracaso de los nuevos MetaInfluencers, no será el poderoso Bitcoin, sino: la confianza. (O)