Para que un emprendedor o empresa sean competitivos, deben contar con pilares internos que les permitan estar en una mejor posición que su competencia frente al mercado.
Hay varios macro factores de nuestro Ecuador que nos dan ventajas comparativas a todos y que podrían ser aprovechadas, como: la luminosidad del sol, la ubicación geográfica, la mega biodiversidad por metro cuadrado, etc; pero ¿qué tal si la ventaja se construyera sobre la tecnología?
Para lograrlo, es necesario que cada empresa construya una infraestructura interna que le permita aprovechar la tecnología global:
- Estrategia y cultura: La transformación digital debe ser parte de los objetivos de la empresa.
- Experiencia del cliente: Los medios digitales deben ser utilizados para construir una relación con sus clientes.
- Organización: El equipo humano de la empresa debe estar capacitado para la digitalización y tener flexibilidad para adaptarse a esos cambios.
- Productos y servicios: Engloba la transformación de los productos y servicios para ser digitalizados, y el uso de los canales digitales para comercializarlos.
- Tecnología: Acceso y aplicación costo eficiente de las tecnologías necesarias para afrontar los retos.
- Procesos: Los procesos internos de la cadena de valor de la empresa son susceptibles de ser mejorados, aplicando herramientas de digitalización.
Con esto creado, una de las vías para generar esa ventaja es acumular procesos y generar insumos en base a la información que recogemos de nuestro cliente, es decir crear algoritmos que con inteligencia artificial nos permitan entender mejor y anticiparnos a las necesidades e intereses del cliente.
Con esto en marcha, definitivamente, nuestros emprendimientos y empresas podrían entender mejor a la demanda, anticiparse a sus intereses, predecirlos y generar productos y servicios evolutivos y centrados en el cliente.
Imaginemos que pudiéramos predecir, dependiendo del tipo de cliente, el tipo de solución que necesite, eso reduciría nuestros costos de venta pero además nos permitiría tener certezas en aprovisionamiento, flujos de efectivo, entre otros.
Esto es algo que puede hacerse en cualquier industria y en cualquier país; por ejemplo, en Ecuador conozco dos empresas que sin ser multinacionales ya están a ese nivel, en la predicción de demanda con inteligencia artificial.
Esto quiere decir que teniendo desarrollado una infraestructura interna con los 6 puntos explicados previamente, han llegado a crear algoritmos que se alimentan de la información del cliente y que son utilizados para aumentar diametralmente la exactitud en la venta y en la determinación de la demanda futuro.
Entre las 2 empresas cuentan con 35 algoritmos, que generan recomendaciones que han permitido que estas empresas sean las líderes en ventas de sus categorías y tengan un altísimo nivel de recomendación con nuevos clientes.
Para que estos algoritmos sean alimentados estas empresas cuentan con sistemas de captura de información para la toma de decisiones que ha permitido que cuenten con un promedio de 90% de acierto en la predicción de demanda promedio de los algoritmos.
Una de ellas ha llevado a cabo un proceso de integración tecnológica usando inteligencia artificial que le ha permitido generar información relevante para el apoyo en las decisiones de su equipo comercial y de marketing. Mejorar la claridad en su análisis basado en datos, incrementar la oportunidad de predecir la demanda de sus hoteles y barcos e incluso aumentar su capacidad de predicción del potencial de cierre de sus clientes interesados a través del análisis del perfil del cliente; todo esto usando algoritmos de aprendizaje continuo, les ha representado una mejora importante en la eficiencia de sus procesos de venta y promoción, promoviendo su liderazgo en la la industria.
El gran desafío para los empresarios y emprendedores innovadores ecuatorianos está en entender y aprovechar de la tecnología emergente para que sea un catalizador de los procesos internos y así generar altísimas eficiencias en el cumplimiento de los objetivos (ventas, márgenes, etc.).
Que tienen en común los dos ejemplos mencionados, líderes organizaciones con visiones claras, equipos talentosos y una alineación completa que permite que la tecnología sea una herramienta para la competitividad y no un fin en sí mismo. (O)