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Columnistas

La imagen de este artículo costó 7 litros de agua

Esteban Vivar

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Las imágenes generadas por inteligencia artificial se convirtieron en parte del día a día digital. Desde retratos al estilo Studio Ghibli hasta muñecos de acción hiperrealistas, las redes sociales están llenas de versiones fantásticas y surrealistas de personas comunes. Sin embargo, detrás de cada una de estas imágenes hay un costo ambiental que pocos consideran: el uso excesivo de agua.

4 Abril de 2025 17.08

El proceso de generar imágenes con IA implica el uso intensivo de servidores en centros de datos. Estos servidores procesan enormes cantidades de información en muy poco tiempo, lo que genera calor. Para mantener el equipo a una temperatura adecuada y evitar fallos, es necesario enfriarlo constantemente. Una de las formas más comunes de refrigeración es el uso de agua, ya sea en sistemas de enfriamiento directo o en sistemas de aire acondicionado industrial.

Un estudio de la Universidad de California estima que los centros de datos de IA en regiones cálidas pueden llegar a consumir entre 2 y 10 litros de agua por imagen generada. Esto se debe a que la refrigeración por evaporación, una de las técnicas más utilizadas, requiere agua para enfriar el aire caliente que circula en los sistemas de servidores. En Estados Unidos, grandes instalaciones de empresas como Google, Microsoft y Amazon pueden consumir hasta 15 millones de litros de agua al mes.

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Según un informe de The New York Times, el centro de datos de Google en Dalles, Oregón, consumió aproximadamente 1.200 millones de litros de agua. Mientras tanto, en áreas como Phoenix, Arizona, el consumo hídrico se convierte en un problema grave dado el estrés hídrico de la región.

Actualmente, dos tendencias están impulsando el uso de inteligencia artificial en redes sociales: los filtros de estilo Studio Ghibli y los generadores de muñecos de acción. Transformar una foto común en una obra al estilo de las películas de Miyazaki puede parecer inofensivo, pero cuando millones de personas lo hacen al mismo tiempo, el impacto ambiental se convierte en un problema serio.

Si una sola cuenta puede generar hasta 50 imágenes al día siguiendo estas tendencias, el consumo de agua diario asciende a 500 litros. Ahora, multipliquemos esto por el número de usuarios que siguen estas modas globalmente: estamos hablando de millones de litros de agua por día. Paradójicamente, este desperdicio ocurre en un contexto de crisis hídrica mundial, donde cada gota cuenta.

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Un estudio de Nature Climate Change en 2024 estimó que las imágenes generadas por IA representan el 20 % del tráfico en algunas redes sociales populares, lo que incrementa el uso de centros de datos hasta en un 30 %. Además, se calcula que, si las tendencias continúan, el impacto ambiental de estas prácticas podría duplicarse en los próximos cinco años.

Lo que parece inofensivo tiene un costo acumulativo gigantesco. Algunos centros de datos se encuentran en áreas con estrés hídrico, lo que agrava aún más la situación. Empresas tecnológicas están buscando alternativas como enfriamiento por aire o energía renovable, pero la demanda de generación de imágenes sigue en aumento, superando la capacidad de adaptación sostenible.

Algunos expertos sugieren que una mayor transparencia en el costo ambiental podría hacer que los usuarios reflexionen antes de generar contenido innecesario. Las plataformas como Facebook y TikTok podrían incorporar advertencias sobre el impacto ambiental de usar filtros o generar imágenes con IA. Sin embargo, mientras el algoritmo siga privilegiando el contenido visual llamativo, el problema solo se agravará.

Estamos tan inmersos en la era del contenido inmediato que olvidamos preguntarnos sobre el costo oculto de nuestras acciones digitales. ¿Qué elegirías en un desierto, un vaso de agua o un like? (O)

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