La clave del éxito de Roger Federer
Esta perspectiva que comparten estas inspiradoras figuras sobre la importancia de la resiliencia y la capacidad de levantarse después de los fracasos subraya que la verdadera clave del éxito se encuentra en la perseverancia.

Roger Federer es uno de los tenistas más grandes de todos los tiempos, a lo largo de su carrera ha ganado 20 títulos de Grand Slam, más que cualquier otro tenista masculino hasta la fecha. Pasó un total de 310 semanas como el número uno del mundo, incluyendo un récord de 237 semanas consecutivas. Estos logros le han asegurado un lugar en la historia del tenis y lo han convertido en una figura icónica del deporte.

Hace unos días, en lo que es ahora ya un discurso que se ha viralizado en redes sociales, Federer le dio consejo a la promoción 2024 que se graduó de la universidad de Dartmouth. En este discurso, Federer impartió sus experiencias y consejos a los egresados, revelando algo sorprendente acerca de su trayectoria a la cima del deporte: de los 1,526 partidos individuales que jugó, ganó casi el 80% de ellos. Esto parece casi obvio considerando su récord; sin embargo, en esos partidos solo ganó el 54% de los puntos jugados. Esto significa que Federer perdió casi la mitad de los puntos que jugó.

En sus palabras: "Incluso los tenistas mejor clasificados apenas ganan más de la mitad de los puntos que juegan. Cuando pierdes cada segundo punto en promedio, aprendes a no obsesionarte con cada tiro. Te enseñas a pensar: 'Okay, cometí una doble falta... es solo un punto.' 'Okay, llegué a la red y me pasaron otra vez... es solo un punto.' Incluso un gran tiro, un remate de revés que termina en el top 10 de ESPN - eso también es solo un punto."

Esta mentalidad es crucial para el éxito en el tenis y en la vida. La habilidad para no aferrarse a los errores y para no dejarse llevar por los éxitos momentáneos permite a uno enfocarse plenamente en lo que uno está haciendo. Esta capacidad para superar contratiempos y seguir adelante es lo que realmente define a un campeón.

Federer continuó su discurso profundizando en esta idea:

"Cuando estás jugando un punto, tiene que ser lo más importante en el mundo. Y lo es. Pero cuando está detrás de ti, está detrás de ti. Esta mentalidad es crucial, porque te libera para comprometerte completamente con el siguiente punto… y el siguiente después de ese… con intensidad, claridad y enfoque."

La verdad es que, sin importar el juego que juegues en la vida... a veces vas a perder. Un punto, un partido, una temporada, un trabajo... es una montaña rusa, con muchos altibajos. Y es natural, cuando estás abajo, dudar de ti mismo. Sentir lástima por ti mismo. Y, por cierto, tus oponentes también tienen dudas. No lo olvides nunca. Pero la energía negativa es energía desperdiciada. Quieres convertirte en un maestro en superar los momentos difíciles. Eso, para mí, es la señal de un campeón."

La lección de Federer es clara: la perfección es imposible. Incluso los mejores del mundo enfrentan fracasos regularmente. Lo que distingue a los verdaderos campeones es su capacidad para perseverar frente a los desafíos y continuar mejorando. Parecería que Federer nos reta a pensar que el verdadero talento es tener la capacidad de desprendernos de los fracasos anteriores, tratar cada reto inmediato con toda nuestra energía y mantenernos humildes y persistentes en el camino. 

Esta filosofía de progreso en lugar de perfección es un concepto compartido por muchos grandes pensadores a lo largo de la historia. El estoico Séneca dijo: “No es porque las cosas sean difíciles que no nos atrevemos; es porque no nos atrevemos que son difíciles”, Thomas Edison dijo: “No he fracasado. He encontrado 10,000 maneras que no funcionan” y Nelson Mandela expresó un sentimiento similar: “No me juzgues por mis éxitos, júzgame por cuántas veces caí y me volví a levantar”. Esta perspectiva que comparten estas inspiradoras figuras sobre la importancia de la resiliencia y la capacidad de levantarse después de los fracasos subraya que la verdadera clave del éxito se encuentra en la perseverancia. (O)