El 17 de junio de 2022 fue un día particularmente importante para las compañías, los accionistas y el metaverso. Iberdrola, S.A., compañía española del IBEX 35, celebró su primera Junta de Accionistas en el metaverso, demostrando así la posibilidad de hacerlo sin contratiempos. Como era de esperar, ¡fue un éxito! La compañía habilitó un espacio virtual para que los accionistas asistan a la Junta General desde sus terminales, sin necesidad de moverse de donde estén. Los accionistas interactuaron con su avatar personalizado junto al resto de accionistas dentro del espacio creado por la compañía en este nuevo entorno virtual. Antes de la reunión (y después también), los accionistas podían recorrer, representados por sus avatares, las distintas salas donde, además, podían visualizar vídeos sobre la compañía y documentarse sobre sus proyectos más innovadores. Gracias a la implementación del metaverso, el accionista se sumerge en un entorno real que elimina las barreras entre lo físico y lo virtual.
Además del avance tecnológico, Iberdrola también implementó un sistema de votación a través de blockchain. Cualquier accionista que participe en la Junta a través del portal, puede verificar que su voto electrónico se ha registrado correctamente en la red de blockchain. Según la información proporcionada por Iberdrola, “los accionistas sólo deberán escanear su DNI para acreditarse y participar a través de la web. La tecnología blockchain permite el registro de información y asegura la trazabilidad e inmutabilidad de los datos. De este modo, cada voto o delegación recibida a través del Portal de Iberdrola se almacena en la red de forma segura y se encripta garantizando su confidencialidad. Los accionistas podrán votar de forma telemática del 13 de mayo al 16 de junio” de 2022. En vista de que los votos se recibían desde el día de la convocatoria por un período de más de un mes (y sin necesidad de estar en la Junta General, que fue el 17 de junio -una novedad muy interesante, por cierto-), Iberdrola también habilitó el voto a distancia a través de WhatsApp o por el canal de Telegram (a la cuenta Junta Iberdrola).
Como vemos, el alcance del uso de la tecnología es infinito. Otro ejemplo se dio en 2014, cuando Deep Knowledge Ventures, un fondo privado de Hong Kong nombró director a un algoritmo que denominó VITAL (Validating Investment Tool for Advancing Life Sciences). Este algoritmo formaba parte del Directorio y se le consultaba como a cualquier otro director. ¡Increíble!
En este orden de cosas y en otro continente, la compañía nórdica Tieto nombró a un algoritmo al que denominó Alicia T, como parte de su equipo de administradores. Este algoritmo, a diferencia de VITAL que era parte de un directorio, tomaba decisiones como un administrador más.
Como vemos, la implementación de la tecnología no es cosa del futuro, sino del presente. Las oportunidades que esta crea son infinitas para las compañías, aunque la regulación debería adecuarse para permitir su uso. Según Sebastián Heredia Querro (2020), “[S]i algo quedó claro por la crisis global desencadenada por el Covid 19, es que la Economía del Conocimiento y la Digitalización del Estado debieran acelerarse como Políticas de Estado. Para ello, es necesario también que el Derecho se digitalice muy rápidamente, para que pueda últimamente acompañar esta Revolución Industrial 4.0 que ya no tendrá freno, y que, sin dudas, producirá enormes cambios económicos y sociales en todo el mundo”. Es incontestable que para hacer negocios se requiere de herramientas cada vez menos complejas o elaboradas que permitan a los empresarios realizar sus actividades de manera segura, eficiente y sencilla, sin trabas o procesos burocráticos que demoren el emprendimiento.
Los tiempos están cambiando y cada vez hay más tecnología que puede beneficiar a las compañías en sus procesos. En la medida que la digitalización de la economía se acelera y la Inteligencia Artificial se impone en muchos sectores, cada vez será más usual que se utilicen algoritmos, software, metaverso, aplicaciones, etc. Sin embargo, el uso del blockchain, la tokenización de acciones, la posibilidad de llevar libros sociales y contables digitales, etc., son opciones que, en el Ecuador hoy en día, se podrían implementar en el negocio de las compañías para hacerlos más eficientes. Los cambios son brutales y las inmensas posibilidades que se abren son simplemente alucinantes. Por eso, debemos prepararnos para implementar estos desafíos tecnológicos; como el Estado, para poder, a través de la potestad normativa, abrir el camino hacia el futuro. ¡En la tecnología está el poder! (O)