El 2022 ha sido uno de los años más volátiles de la última década. El índice referencial S&P 500 ha visto una caída cercana al 18% hasta la fecha y el Nasdaq 100 ha visto una caída de casi el 27% hasta la fecha. Las grandes acciones de crecimiento también han recibido una paliza, con muchas caídas del 40 al 70% ytd. Todos estos acontecimientos nos han llevado a preguntarnos, ¿qué hacer con nuestras inversiones en estos periodos de volatilidad extrema?
Diversos factores están causando volatilidad en los mercados y, por tanto, generando nerviosismo en los inversores. Dicho comportamiento continuará hasta finales del año y, posiblemente, durante los primeros meses del 2022, lo que demandará ajustes en las estrategias de diversificación de los portafolios de inversión.
Al respecto, es importante tomar en cuenta que la diversificación no garantiza mayores rendimientos del portafolio ni asegura ganancias, pues su objetivo es generar el potencial suficiente para mejorar el rendimiento del portafolio ante diversos escenarios, en relación al nivel de riesgos de una estrategia.
Para diseñar un portafolio correctamente diversificado se debe invertir en diferentes activos, tales como acciones, bonos, dinero en efectivo (cash) o inversiones en productos básicos (commodities), cuyos retornos históricos no se hayan movido en la otra dirección por un largo periodo de tiempo. De esta manera, aunque una parte de nuestro portafolio este perdiendo valor es muy probable que las otras porciones ganen o no pierdan al nivel de la porción devaluada.
Otro aspecto importante es diversificar ante cualquier tipo de inversión. Por ejemplo, si se decide invertir una gran porción del capital solo en acciones se debe separar por industrias, sectores y países; por otro lado, si se decide invertir en bonos, es importante separar entre corporativos o de Gobiernos y seguir esa lógica en los demás activos financieros.
Durante crisis del 2008 y 2009, el 85% de los sectores del mercado global cayeron siguiendo la misma tendencia, aun así, los portafolios diversificados registraron menores pérdidas, tal como se evidencia en el ejemplo de 3 portafolios de igual valor pero con diferente estrategia de inversión. El primero es un portafolio cash (100% dinero), el segundo un portafolio diversificado (70% acciones, 25% bonos y 5% inversión a corto plazo) y el tercero es un portafolio invertido en acciones (100% acciones). Como se muestra en el Gráfico 1, durante la caída de los mercados en el 2008 y 2009, el portafolio diversificado perdió menos que el portafolio invertido solo en acciones y durante la recuperación superó fácilmente al portafolio cash y obtuvo retornos cercanos al portafolio de solo acciones. La diversificación ayuda a manejar el riesgo, pero no quita exposición ante el crecimiento de los mercados.
Gráfico 1
Efectos de diversificación durante la crisis financiera del 2008
Antes de diversificar se debe tener clara la estrategia de inversión, principalmente el horizonte de tiempo, el riesgo aceptado y el retorno objetivo. En este sentido, en el Grafico 2, se puede apreciar la variación de retorno promedio de los últimos 50 años considerando la mezcla de activos financieros y sus pesos en el portafolio.
Gráfico 2
Retornos y tipo de portafolios
Los pasos clave de la diversificación
Para obtener portafolios ganadores el trabajo no termina con la diversificación, se deben seguir 3 pasos importantes: monitorear, re balancear y refrescar.
Monitorear periódicamente es una de las principales tareas del inversor, se debe medir el impacto de sucesos u noticias a corto plazo y poder corregir a tiempo cambios en la estrategia
El rebalanceo es el proceso de calibración de las ponderaciones de activos financieros en el portafolio. Esta acción se recomienda hacerla tras las revisiones periódicas anuales. Si una porción del portafolio llega a perder 10% (o cifra previamente establecida en la estrategia) se debería re balancear esa porción disminuyendo su participación y sumándola a una porción ganadora.
Refrescar constantemente el portafolio ayuda a seguir en la tendencia del mercado y conseguir los objetivos planteados. Son dos los motivos para refrescar el portafolio; circunstancias propias financieras y cambios en los mercados. Por ejemplo, si el inversor cuenta con más recursos y, por tanto, su situación financiera está en mejores condiciones se debería realizar un ajuste en su estrategia de inversión, que podría incluir más inversiones y mayores riesgos. El mercado también puede cambiar, por ejemplo, un portafolio con exposición a la industria petrolera debería considerar un cambio en su estrategia a largo plazo por la tendencia de cambio al uso de energías alternativas limpias.
En conclusión, alcanzar los objetivos planteados a largo plazo requiere equilibrar el riesgo y la recompensa. Analizar y elegir la combinación correcta de activos en las inversiones y luego reequilibrar y monitorear periódicamente, estas elecciones marcaran una gran diferencia en los resultados obtenidos. (O)
Nota: Algunos términos se los presenta en inglés, a fin de que el lector se familiarice con la jerga financiera.