Inteligencia artificial: entre beneficios y riesgos para la capacidad humana
Encontrar un equilibrio entre aprovechar los beneficios de la IA y preservar nuestras capacidades humanas únicas es un nuevo reto para la humanidad. Debemos utilizar la IA como una herramienta para potenciar nuestras habilidades, no para reemplazarlas.

La inteligencia artificial (IA) ha emergido como una fuerza transformadora en la sociedad contemporánea. Promete revolucionar la forma en que vivimos y trabajamos. Pero,  junto con las informaciones sobre sus  beneficios, surgen preocupaciones sobre el impacto  en las capacidades humanas fundamentales. 

Los estudios científicos acerca de la IA  señalan que la creciente confianza  en los algoritmos para tomar decisiones y resolver problemas conlleva importantes riesgos para nuestras propias habilidades para pensar críticamente, para crear e innovar. 

Una gran corriente explora  los peligros potenciales de la IA en la toma de decisiones humanas, la creatividad, la curiosidad y la capacidad de encontrar nuevas formas de abordar los desafíos.

El historiador y filósofo Yuval Noah Harari (Israel, 1976)  sostiene la existencia de  peligros que la Inteligencia Artificial (IA) puede causar a la humanidad, si no se adoptan los controles necesarios oportunamente. (Ethic).

Es crucial comprender los riesgos y encontrar formas de preservar y fortalecer nuestras capacidades humanas únicas. Una  dependencia excesiva de la IA  podría llevar a una atrofia de nuestras propias capacidades cognitivas. La toma de decisiones automatizadas puede disminuir nuestra capacidad para evaluar situaciones complejas y considerar múltiples perspectivas. La generación de contenido por IA puede limitar nuestra creatividad y originalidad. Y la búsqueda de información a través de algoritmos puede reducir nuestra curiosidad y capacidad para descubrir nuevas ideas.

La disminución de la creatividad por  dependencia excesiva de la IA para generar ideas y contenido podría atrofiar nuestra capacidad para pensar de forma original. Al tener herramientas que producen resultados rápidos y "perfectos", podríamos perder la motivación para explorar nuestras propias ideas

En efecto, la IA tiende a basarse en datos existentes, lo que podría limitar la generación de conceptos verdaderamente novedosos. El hombre podría caer en la repetición de patrones y tendencias, en lugar de romper barreras creativas, y con ello afectar la imaginación y la intuición. Al ser lógica y basada en datos, la IA no posee imaginación ni intuición en el sentido humano. Estas cualidades son esenciales para la innovación y la resolución de problemas complejos. Se requiere reforzar nuestra capacidad para confiar en nuestra propia intuición y juicio, especialmente  frente  situaciones ambiguas o con información incompleta. Es un imperativo preservar la capacidad de pensamiento crítico y de análisis.

Si la IA resuelve todos nuestros problemas, podríamos perder la curiosidad y el deseo de explorar lo desconocido. El placer del descubrimiento y el aprendizaje auto dirigido podría verse disminuido.

Pero no todo es negativo, existen ventajas de la IA para la creatividad y la cognición humana:

La IA puede automatizar tareas tediosas, liberando tiempo para que los humanos se concentren en aspectos más creativos. Las herramientas de IA pueden generar ideas y sugerencias, que pueden servir como punto de partida para la creatividad humana, para desafiar los límites de nuestra imaginación, para inspirar el pensamiento de nuevas maneras, visualizar conceptos abstractos y explorar mundos virtuales, ampliando nuestros horizontes creativos. Por tanto, se podrá analizar grandes cantidades de datos para identificar patrones y tendencias,  útiles para  tomar decisiones más informadas.  

El avance actual de la  inteligencia artificial  muestra la evolución de la toma de decisiones basada en el  análisis de grandes cantidades de datos complejos, a una velocidad y escala sin precedentes. Con la creación de modelos predictivos sofisticados que anticipan escenarios futuros con mayor precisión, se facilita la toma de decisiones proactivas en lugar de reactivas  Esta capacidad de análisis integral proporciona una visión más holística y precisa, pues reduce sesgos humanos y mejora la calidad de las decisiones en diversos campos.

 Encontrar un equilibrio entre aprovechar los beneficios de la IA y preservar nuestras capacidades humanas únicas es un nuevo reto para la humanidad. Debemos utilizar la IA como una herramienta para potenciar nuestras habilidades, no para reemplazarlas. Adela Cortina, filósofa,  analiza el deber ético de las tecnociencias y la libertad en la era digital: "tomar decisiones conjuntas implica hacerlo desde un «nosotros» sin exclusiones, que, valiéndose de los sistemas inteligentes, busque las respuestas adecuadas.(Ética o ideología de la inteligencia artificial?, Ethic, 2025). (O)