¿En qué momento de las últimas dos-tres décadas pasamos a priorizar las sensaciones sobre el sentido, las estimulaciones sobre el entendimiento y las imágenes sobre conceptos? De la socialización y democratización del conocimiento y de la información, a un mero consumo de información por estímulo y costumbre.
Durante mis años de universidad llegó a mis manos un libro escrito por el sociólogo, politólogo e intelectual Giovanni Sartori. Era uno de esos libros que se devoran en una sola noche y que marcó mi interés por la influencia y la comunicación. Se titulaba Homo Videns: la sociedad teledirigida y trataba sobre la influencia de los medios de comunicación, en especial la televisión, en las masas.
Sartori, argumentaba que la televisión y otros medios de comunicación, además de ser grandes innovaciones, modifican radicalmente y empobrecen el aparato cognitivo. Y hoy, con tantos adelantos en las neurociencias, no debe sorprendernos, puesto que sabemos que cada estímulo, pensamiento o aprendizaje, modifica nuestras redes neuronales. Más para bien que para para mal, la llamada neuroplasticidad permite adaptarnos al cambio a lo largo de la vida.
Sartori hablaba de la modificación de la naturaleza de la comunicación y de la transformación del Homo Sapiens (basado en la escritura) a un Homo Videns (basado en imágenes). Pero hoy en día, las imágenes se quedan cortas. Lo que realmente buscamos es estimulación y sensaciones, sea comida, experiencias nuevas que generen emociones más intensas, videos cortos en las diferentes redes sociales, y muchos otros que generan por ejemplo una cierta ansiedad por revisar nuestros celulares y estar actualizados de las novedades o noticias más recientes. ¿Quién no ha sentido alguna vez, aunque sea brevemente, un poco de FOMO, del término en inglés fear of missing out? ¿Estamos sustituyendo sentido por sensaciones?
Dopamina
La dopamina es uno de los neurotransmisores que las neuronas utilizan para comunicarse entre ellas. Es una de las causantes de sensaciones placenteras, nos hace competitivos y nos motiva, influye en nuestro estado de ánimo y está presente hasta cuando nos enamoramos.
Solo un pequeño detalle: la dopamina es sumamente adictiva. Está relacionada con excesos, sean drogas, alcohol, videojuegos, o el estar pegados en nuestro celular buscando inconscientemente esas sensaciones y estimulaciones que generan dopamina. ¿Cada cuánto actualizas tus redes o el portal de noticias?
De hecho, la búsqueda de sensaciones y estimulaciones va mucho más allá: ¿Acaso no somos hoy un poco adictos a ser eficientes?, ¿Quién no ha sentido la placentera recompensa de alcanzar una meta y recibir un bono?, lo cual es sano, pero a veces también nos perdemos en esa búsqueda por lograr más y más, sin un verdadero sentido. Hemos llegado a ser una sociedad sumamente productiva y a consumir grandes cantidades de información, pero no siempre con sentido.
¿Del Homo Videns al Homo Sensus?
Sartori hablaba del Homo Videns como de un humano neoprimitivo: Menos saber, menos pensar, menos poder de abstracción. El Homo Sensus (que los eruditos en latín me corrijan por favor), se refiere a un hombre o mujer basado en estimulaciones y sensaciones.
¿Acaso no es más difícil hoy en día ser profesor o capacitar? Hay que transmitir conocimiento, y además ser entretenedor profesional.
¿Acaso no buscamos más y más estimulaciones para sentirnos bien? ¿Qué sientes cuando no logras obtenerlas?
La Dra. Marian Rojas-Estapé, una gran psiquiatra y escritora a quien admiro, habla también sobre la sustitución del sentido por sensaciones. También argumenta que las sensaciones en sí no son malas, siempre y cuando no sean destructivas al sustituir el verdadero sentido de la vida.
Ese sentido, de manera muy importante, se lo da cada quién a la vida. La Dra. Rojas-Estapé añade también que existe una drogodependencia emocional: necesitamos, cada vez, más emociones intensas para activar nuestros circuitos de motivación en nosotros y los demás.
Lo mejor de dos mundos
¿Qué podemos hacer al respecto? Podemos argumentar que hemos pasado, de ser una sociedad de hombres y mujeres en búsqueda del sentido, a ser hombres y mujeres en búsqueda de sensaciones y estimulación, pero finalmente podemos también tomar lo mejor de dos mundos.
Estratégicamente, en cuestión de educación, coaching, marketing, comunicación y muchos otros, está muy claro: debemos generar, de manera responsable, más emociones, más experiencias, y todo esto en ráfagas cortas y potentes que generen estimulación y sensaciones.
Y a nivel personal, si es que queremos ser felices y tener una vida de bienestar, lo debemos también tener claro: la búsqueda del sentido y el autoconocimiento debe primar. Y de la misma manera, nuestros hábitos, rutinas, comportamientos y creencias, deben ir alineados hacia esa búsqueda de sentido. (O)