Los factores de producción, de acuerdo con la teoría económica, determinan el crecimiento de un país (capital, tecnología, trabajo y tierra). Mientras más de cada uno de ellos tiene una nación mayor es el crecimiento esperado. Sin embargo, los factores de la producción están evolucionando, las redes sociales se han convertido en el lugar donde cualquiera puede crear riqueza generando contenido exclusivamente para estas plataformas. Con la introducción de la economía basada en el contenido y la publicidad basada en los ingresos, el orden entre los factores de producción ha cambiado. Los bienes más buscados son seguidores, reconocimiento y audiencia ya que estos determinan si puedes generar riqueza o no. Esto nos ha llevado a una economía digital que aún se puede clasificar usando la clásica teoría de los factores de la producción. ¿Para qué? Con una adecuada clasificación podemos planificar estructuras empresariales, individuales que permitan generar ingresos basados en la propiedad de estos nuevos factores digitales.
- El papel de las redes sociales como nueva tierra
La tierra o los bienes raíces digitales son ahora las plataformas sociales como YouTube, Facebook, TikTok, entre otras. Estas plataformas se han convertido en la tierra que necesitamos para que los negocios operen. En ella se almacenan nuestro contenido y fundamentados en estas plataformas podemos operar dinámicas empresariales que nos permitan generar ingresos. A diferencia de la tierra física que limita el espacio y los recursos, las redes sociales ofrecen un espacio prácticamente ilimitado donde la creatividad y la innovación pueden florecer sin restricciones físicas. Podemos ser dueños de estos factores participando del capital de estas empresas, la mayoría cotiza en bolsa. Aunque también podemos desarrollar nuestros propios “campos digitales” en los cuales otros quieren desarrollar sus productos.
- Tecnología como capital humano
La tecnología en esta nueva economía no se refiere a herramientas y dispositivos tecnológicos como computadoras y celulares. La tecnología se refiere fundamentalmente a la capacidad del individuo para atraer y mantener una audiencia sobre la cual generar ingresos. Al conocimiento innato y habilidad de las personas para conseguir seguidores. El número de seguidores y la interacción con el contenido son indicadores directos del éxito en esta economía, por eso, la tecnología es el nivel de conocimiento humano que nos permite generar demanda por nuestro contenido, apetito por el servicio que ofrecemos, por nuestra manera de comunicar y de atraer a las audiencias. Tu número de seguidores es la evidencia de tu capacidad para entender, comunicar, transmitir, atraer interés y monetizar; es tu tecnología. Podemos ser dueños de la tecnología usando nuestro conocimiento innato de las realidades humanas para mediante prueba y error encontrar una manera de comunicar que genera demanda en las audiencias globales.
- Capital financiero y su accesibilidad
El capital es el dinero necesario para comprar las herramientas que necesitas para transmitir tu conocimiento: un teléfono, conexión a Internet y herramientas de edición. La barrera de entrada se ha reducido significativamente en comparación con las economías tradicionales donde la maquinaria requería cientos de miles de dólares de inversión. Esta reducción de barreras de entrada que el progreso en la economía digital sea más accesible para cualquier persona, independientemente de su edad y condición económica. Además, ciertas plataformas de financiamiento colectivo y micro inversiones facilitan la obtención de capital inicial para nuevos creadores de contenido. Muchos ya somos dueños del capital necesario para monetizar nuestra tecnología en esta economía digital, es cuestión de poner ese capital a rendir frutos monetarios invirtiendo tiempo en ello.
- Trabajo y tiempo en la creación de contenido
El trabajo se ha transformado en términos de flexibilidad y creatividad. Ya no necesitamos trabajar turnos de ocho horas en la fábrica, ahora desde casa podemos editar contenido y subirlo a las redes. En la economía digital el trabajo se ha convertido en el tiempo que se requiere para transformar la tecnología, nuestro conocimiento transformado en contenido, en un producto o servicio digital. Esos vídeos en bruto transformados en atractivos productos finales requieren tiempo. Este tiempo puede verse reducido a medida que nuestro conocimiento se vuelve más sofisticado y somos más eficientes o si contratamos a expertos que hagan estos trabajos más eficientemente que nosotros.
La economía agraria del Siglo XXI
En pleno Siglo XXI hemos vuelto a una estructura agraria. Así como anteriormente se alquilaban tierras para producir productos agrícolas, ahora asociándonos con plataformas de redes sociales podemos generar productos y servicios digitales. Estos productos basados en nuestro conocimiento permiten tanto al dueño de la tierra como al productor tener un beneficio monetario. ¿Qué venderían las plataformas sin contenido?
La economía agraria en línea también debe seguir un orden virtuoso, al igual que dentro de las estructuras empresariales regulares, debemos desarrollar nuestro propio conjunto de virtudes, valores y limitaciones. Mentir a nuestros seguidores, comprar seguidores falsos o denigrar nuestra dignidad personal por conseguir seguidores puede contribuir a la satisfacción de nuestras necesidades básicas pero detendrá nuestro crecimiento en virtudes. Es fundamental que los creadores establezcan y mantengan altos estándares éticos, no solo para asegurar el éxito a largo plazo, sino también para contribuir positivamente a la sociedad.
Estamos al comienzo de una revolución industrial en línea. La inteligencia artificial (IA) promete revolucionar aún más la economía agraria en línea al automatizar tareas repetitivas y mejorar la eficiencia en la creación de contenido. La IA puede ayudar en la edición de videos, la gestión de redes sociales y la personalización del contenido para audiencias específicas, liberando más tiempo para que los creadores se centren en aspectos creativos y estratégicos
La IA tendrá las mismas repercusiones en la economía agraria en línea que la revolución industrial tuvo en la economía agraria tradicional. Esta revolución definirá a la sociedad en su conjunto:la educación, la economía, las relaciones humanas, la salud y el conocimiento, y, en última instancia, las aspiraciones últimas de las personas.
Debemos entender las transformaciones que se dan en el mundo digital y aprovechar las oportunidades que generan para la generación de beneficios económicos derivados de la propiedad que podemos desarrollar de cualquiera de los factores de la producción que utiliza esta boyante economía digital. (O)
