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Las empresas que implementan gobierno corporativo mejoran sus estándares. De hecho, la gobernabilidad de las empresas públicas requiere que se lleve un proceso mucho más estricto de pesos y contrapesos, ya que todos los recursos que se utilizan y todos los beneficios que se obtienen pertenecen al Estado, es decir a todos los ciudadanos.

1 Febrero de 2023 14.36

Cuando se ideó el primer Código de Gobierno Corporativo para Ecuador, nos hacía ilusión que las Empresas Públicas lo tomen como ejemplo y referente. Esta ilusión, llena de inocencia y candidez, podría hacerse realidad si el Gobierno quisiera profesionalizar el manejo de este tipo de Empresas. El gobierno corporativo es una práctica usada a nivel mundial, que ha sido contrastada y recomendada en todos los países del mundo como guía y contrapeso a la administración de empresas con el fin de lograr (i) transparencia en el manejo del negocio; (ii) eficiencia en el manejo de los recursos; y, (iii) un producto o servicio de calidad. Todas las empresas, públicas o privadas, buscan ese fin. 

Sin embargo, en el país de los intereses creados las empresas públicas son la razón de ser por la que muchos políticos se “sacrifican por el país” con sueldos irrisorios para servir a la Patria. “There´s no such thing as a free lunch”, dice un adagio popular gringo. Por eso, como apreciamos con los últimos escándalos, en la práctica tener influencia en este tipo de compañías se ha vuelto un buen negocio y, lamentablemente, se han utilizado como un botín político para repartirse cargos y escandalosas sumas de dinero. Toda empresa debería cumplir con un fin, que es el de cumplir con su objeto y obtener utilidades. Lamentablemente cuando no hay controles, las empresas se vuelven propensas a favorecer a contratistas amigos, redondear los sueldos a través de coimas, a que se enquisten prácticas corruptas, etc. Para evitar esto y lograr un servicio eficiente, las prácticas de gobierno corporativo intentan profesionalizar a las empresas y establecer mecanismos que permitan mejores controles a las compañías para volverlas más eficientes y transparentes. 

Las empresas que implementan gobierno corporativo mejoran sus estándares. De hecho, la gobernabilidad de las empresas públicas requiere que se lleve un proceso mucho más estricto de pesos y contrapesos, ya que todos los recursos que se utilizan y todos los beneficios que se obtienen pertenecen al Estado, es decir a todos los ciudadanos. Por eso, es necesario implementar estándares de Gobierno Corporativo para proveer de mecanismos para proteger los intereses de las empresas y monitorear la creación de valor y el uso eficiente de los recursos. Qué necesario podría ser contar en un Directorio con profesionales de alto rango, con gente honesta que se debe a sí mismo y no al ministrito de turno. 

Como escribimos en su momento en las Normas ecuatorianas para el Buen Gobierno Corporativo, el marco de Gobierno Corporativo debe, entre otras: (i) Asegurar que haya una revelación adecuada y a tiempo de todos los asuntos relevantes de la compañía, (situación financiera, desempeño, etc.); (ii) Asegurar la guía estratégica de la compañía, el monitoreo efectivo del equipo de dirección por el Directorio y las responsabilidades de dicho cuerpo colegiado. (iii) Asegurar que los mecanismos de control interno y externo se lleven de manera eficaz. (iv) Asegurar que las prácticas corporativas se lleven bajo estándares éticos y de transparencia.

Por eso es necesario atacar el problema de fondo de las empresas públicas. No son un botín político. Hay que hacer correctivos para que se vuelvan eficientes y transparentes. Si existiera voluntad política, sería suficiente. Pero es el mismo Gobierno (el de turno) y los mismos políticos (los de turno) los que deberían hacer ajustes. Si las cosas se hicieran con responsabilidad, se debería tomar la decisión de implementar estándares de gobierno corporativo y así evitaríamos, por ejemplo, que los directorios sean designados por políticos cuyo interés es exprimir con contratos mal habidos a estas empresas, se establecerían comités de contratación, de sueldos, fiscalización, etc. 

Si el Gobierno tuviera la intención, podría aprovechar el momento para implementar prácticas de gobierno corporativo en las Empresas Públicas. Eso sí, se afectarían muchísimos intereses y se encausarían muchísimos recursos. Justamente de eso se trata. Solo es cuestión de voluntad. Aunque a veces eso es justamente lo más difícil de conseguir. Nunca es tarde para reestructurar estas empresas que tanto bien le hacen al país.  (O)

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