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Pregunto: ¿a quién queremos imitar? ¿Al que busca alternativas y piensa en un mejor futuro? ¿O al que evade cualquier oportunidad de empleo y prefiere quedarse estático porque "lo malo no es el trabajo sino el tener que trabajar"?

11 Abril de 2025 11.07

¿Qué tiene de malo querer superarse, pagar responsable y puntualmente las cuentas, y planificar la vida en función de proyectar un mejor futuro para nuestros hijos? Lo pregunto porque esa es la lectura personal que tengo de Doña Florinda, el personaje de la Vecindad del Chavo, quien ha sido utilizada a conveniencia de un sector político para retratar la arrogancia, el clasismo y el sectarismo y, con ello, fomentar el odio del que ese mismo sector se autoproclama víctima.

Se está sembrando malintencionadamente un ambiente de neurosis colectiva en el que se trastoca todo tipo de valor positivo de un ser humano y es tal la manipulación del discurso, que el ser "florindo" se ha intentado posicionar como un demérito social. 

Y sin embargo, ¿qué pecado comete Doña Florinda? ¿Es pecado querer dar lo mejor a su hijo? ¿Es pecado pagar puntualmente la renta del sitio donde vive? ¿Es pecado administrar con inteligencia los recursos disponibles para tener una mejor calidad de vida? ¿Es pecado apostarle al emprendimiento (recordemos que en un momento de la saga ella sola instaló un restaurante)? Pero además, y pese a la descripción acomodaticia que pretenden hacer de ella, Doña Florinda se integra a su ámbito social y participa solidariamente con el resto de los moradores de la vecindad en eventos que organiza el barrio. Así se la ha visto en varios capítulos de la serie.

No sé en qué momento se mandó a buscar una soga para colgar en una plaza pública a Doña Florinda y los florindos, y, al mismo tiempo, empezó a generarse un sentimiento de que es más 'chévere' alinearse con lo que encarna Don Ramón quien, paradójicamente a Doña Florinda, no paga sus servicios, se esconde de sus acreedores, detesta trabajar, pasa leyendo el periódico todo el día, no tiene iniciativa y descarga su ira en otros.

Pregunto: ¿a quién queremos imitar? ¿Al que busca alternativas y piensa en un mejor futuro? ¿O al que evade cualquier oportunidad de empleo y prefiere quedarse estático porque "lo malo no es el trabajo sino el tener que trabajar"?

Para mí, la respuesta es evidente y ante ello me declaro pública y orgullosamente florindo. (O)

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