Es probable que muchos de ustedes conozcan a alguien que, en este último año, ha tomado la valiente decisión de dejar Ecuador. Ya sea para hacer un máster, buscar trabajo o simplemente explorar nuevas oportunidades, la realidad es que estamos siendo testigos de una creciente ola de migración juvenil. Cada vez son más los jóvenes que eligen irse, y esta situación va más allá de una simple fuga de talentos; es, en realidad, un grito de desesperación por un futuro incierto.
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Para entender mejor lo que está sucediendo, vale la pena echar un vistazo a las cifras. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en 2024 hemos visto un aumento del 30% en la salida de jóvenes de entre 18 y 33 años, comparado con el año anterior. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) añade que aproximadamente el 60% de los ecuatorianos que emigran son jóvenes. Esto nos dice mucho: los jovenes simplemente no ven opciones viables en su país y buscan construir una vida mejor en el extranjero.
Pero, ¿qué es lo que impulsa a estos jóvenes a irse? Aquí hay algunos factores que resaltan:
- Falta de oportunidades laborales: A pesar de que la tasa de desempleo en Ecuador se sitúa en un 3.9% en 2024, el subempleo es alarmantemente alto, alcanzando el 20.4%. Además, el sector informal representa el 54.6% de la fuerza laboral. Muchos jóvenes con títulos universitarios se ven forzados a aceptar trabajos que no reflejan su capacidad, lo que les lleva a buscar oportunidades en otros países.
- Inseguridad: La violencia ha ido en aumento, especialmente en las ciudades. En 2023, la tasa de homicidios superó las 40 muertes violentas por cada 100,000 habitantes, convirtiéndose en el año más violento en la historia reciente de Ecuador. Este clima de miedo es algo que muchos jóvenes simplemente no están dispuestos a tolerar.
- Inestabilidad económica y política: En los últimos años, Ecuador ha vivido una inestabilidad política considerable, marcada por cambios en la presidencia y decisiones poco convencionales. Guillermo Lasso asumió el cargo en mayo de 2021, pero en mayo de 2023 activó la "muerte cruzada", una medida que disolvió el parlamento y permitió que Daniel Noboa asumiera la presidencia. Con un mandato que solo durará 18 meses hasta las elecciones de 2025, muchos jóvenes sienten la necesidad de buscar estabilidad en otros lugares.
- Educación y desarrollo profesional: Muchos creen que estudiar y trabajar en el extranjero les brindará mejores oportunidades. Países como Canadá, Estados Unidos y España no solo ofrecen sistemas educativos de alta calidad, sino también mercados laborales amplios y dinámicos que pueden ayudar a los jóvenes a crecer y desarrollarse.
¿A dónde emigran los jóvenes ecuatorianos?
Los destinos elegidos por estos jóvenes suelen ser aquellos que les ofrecen la oportunidad de trabajar y estudiar. Algunos de los más populares son:
- Estados Unidos: Este país ha sido, durante mucho tiempo, un destino atractivo para los ecuatorianos. Ofrece oportunidades laborales y la posibilidad de reunificación familiar, y las visas de estudiante y trabajo temporal son muy solicitadas.
- España: Con una gran comunidad ecuatoriana y el idioma en común, España se ha convertido en un lugar preferido para aquellos que buscan educación superior o empleo en sectores como la hostelería y la construcción. Además, las políticas de integración han facilitado el acceso a la residencia para estudiantes y trabajadores.
- Canadá: Este país ha aumentado su acogida a migrantes jóvenes, especialmente a través de programas de trabajo y estudio. Sus políticas migratorias son atractivas para aquellos que buscan estabilidad y la posibilidad de una residencia permanente a mediano plazo.
- Chile: Como uno de los países latinoamericanos con mejor desempeño económico, Chile atrae a muchos jóvenes ecuatorianos que buscan empleo. Además, su cercanía facilita los viajes de regreso temporal y el mantenimiento de lazos familiares.
La masiva salida de jóvenes ecuatorianos tiene consecuencias significativas para el país. Estamos enfrentando una fuga de talento que impactará el desarrollo económico y social a largo plazo. La falta de jóvenes profesionales y emprendedores limita la innovación y el crecimiento de las empresas locales, así como el desarrollo de nuevos sectores económicos.
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Además, la reducción de la base de contribuyentes jóvenes puede afectar los ingresos fiscales y la sostenibilidad de los programas sociales en el futuro. La migración juvenil también fragmenta el tejido social, dejando familias dispersas y obligando a muchos a adaptarse a nuevas culturas.
La migración juvenil en 2024 es un claro indicativo de que necesitamos cambios profundos. Es urgente no solo abordar los problemas estructurales actuales, sino también ofrecer a las nuevas generaciones razones para creer en un futuro mejor en Ecuador. (O)