El éxito de la nueva administración será en beneficio de todo el país. Como ecuatoriano le deseo el mayor de los triunfos al gobierno del Daniel Noboa. Mis sinceros deseos que a pesar de las circunstancias adversas, de un terrible problema de inseguridad y una economía en una situación muy delicada, los resultados resulten positivos y favorables.
Para qué estos deseos se cristalicen es necesario que en un gobierno que se inicia con tanta dificultad y con un período tan corto de gestión, se eviten errores que pueden ser muy costosos, pues pueden afectar seriamente un activo que debe cuidar con suma cautela cualquier gobierno: la confianza interna y externa. Es muy importante la experiencia empresarial del nuevo mandatario, su formación académica y su participación previa en la Asamblea Nacional, pero es fundamental que en su próximo accionar distinga que las políticas públicas tienen algunas semejanzas con la problemática privada, pero también muchas diferencias.
Un empresario que busca negociar un determinado proyecto podría transmitir a su contraparte una posición dura que muestre fortaleza y seguridad. Sin embargo, ese mismo empresario en la órbita pública, sobre todo internacional, debe considerar otras variables como la geopolítica y la posibilidad de alianzas de largo plazo, duraderas y sostenibles.
El Ecuador sigue manteniendo como su principal socio comercial a Estados Unidos, siendo además la principal fuente de recursos financieros para la actividad privada y muy importante para la pública. Si se conoce la permanente búsqueda de primacía mundial y búsqueda de mercados de ambos colosos de la economía mundial, Estados Unidos y China, deben evitarse totalmente hacer referencias al otro competidor cuando se pide apoyo a uno de ellos. Hacer presión a uno de esos países y utilizar como referencia a la otra economía para así pedir apoyo financiero, lejos de ayudar complica la relación.
La dinámica de las reuniones con el gobierno norteamericano y con los multilaterales tiene su propia lógica y no siempre coincide con lo que podría ser beneficioso en la órbita privada. Los Estados Unidos representan el 23% del PIB mundial, es decir, casi un cuarto de la producción mundial de bienes y servicios es generado por la economía norteamericana. Toda América Latina representa el 7% del PIB mundial, siendo Ecuador el 1.6% de ese 7% del mundo, es decir, Ecuador representa aproximadamente el 0.001% del PIB del orbe. Con esa magnitud de nuestro país frente a la comunidad internacional y respecto a Estados Unidos, no caben posiciones que desconozcan esta realidad. Es importante ser firmes pero abiertos a lecturas distintas, pues si lo “perfecto es enemigo de lo bueno” es preferible avanzar a cierto ritmo pero sin perder el rumbo y el apoyo internacional.
Si la actitud ecuatoriana no considera estas diferencias de magnitud frente a la economía estadounidense, se corre el riesgo que siendo el Ecuador tan pequeño puede ser alejado de los beneficios que significa tener un aliado de esa significación. Los Estados Unidos son la mayor representación ante el FMI y el resto de multilaterales, por lo que su apoyo termina siendo también un respaldo muy significativo si se busca respaldo del FMI, BM o BID. Por lo tanto, es una relación que debe fortalecerse, profundizarse y sin perder la digna presencia del país en el concierto externo, aprovechar de este tipo de aliados para avanzar.
Los mercados internacionales son muy sensibles ante los mensajes de un gobierno. Si se señala que es necesario la obtención de recursos y se completa el comentario indicando que sin el apoyo no se podría honrar las obligaciones externas, esto puede ser entendido como una potencial moratoria o default de deuda, en cuyo caso el financiamiento para en el país se cerraría por completo. En materia de deuda cualquier negociación debe ser voluntaria entre las partes y amigable “market friendly”. Se requiere absoluto tino en la difusión de estos mensajes.
Una eventual reforma tributaria demanda la visión de reanimar la economía pero también debe considerar atender las necesidades fiscales. Anunciar una rebaja impositiva del IVA para insumos de la actividad de la construcción sin completar esto con un anuncio de un programa económico creíble y completo, puede ser interpretado como un desconocimiento del problema de las finanzas públicas, su déficit, atrasos y demás debilidades. Además, debe indicarse que, tanto en la literatura económica cuánto en la evidencia empírica, se demuestra claramente que aplicar IVA's diferenciados genera distorsiones y no produce efectos positivos. El problema de la construcción es la falta de financiamiento adecuado, un marco normativo en lo legal y labora obsoleto y caduco, altos aranceles, pero no un IVA excesivo, cuando éste es de los más bajos de la región. Cuidado no se entienda bien la realidad económica del Ecuador. El día de mañana, algún agricultor puede argumentar y decir que su sector aporta más al PIB que la construcción, lo cual es correcto y, por lo tanto, él también demandar un IVA del 5%.
El equipo económico tiene que ser proactivo y participativo en estas reuniones. Estar al tanto de las principales cifras y marcar el ritmo de las negociaciones es una señal de confianza a los mercados.
El riesgo país lejos de bajar ha subido y, puede colegirse, es consecuencia de estos errores de política económica. Es refrescante y genera oxigeno la presencia de gente joven y muchas mujeres, con la energía y la creatividad que esto puede conllevar, pero también es esencial que balanceen con la experiencia y las canas de muchos profesionales que podrían servirles de apoyo. Me abstengo de aquello, por si acaso.
Aun no se tiene claro el programa económico, se tienen solo mensajes aislados. Debe difundirse un “todo” con claridad a fin de generar confianza y seguridad por donde se va a transitar. Es necesario ver el bosque y no unos pocos árboles. (O)