En el mundo empresarial, en constante cambio, enfrentamos el desafío de ser efectivos en la competencia actual mientras nos preparamos para el futuro. Las decisiones estratégicas que tomamos hoy no solo influyen en nuestro rendimiento actual, sino que también definen nuestro camino hacia un futuro exitoso.
Para lograr el éxito a largo plazo, necesitamos una visión clara de lo que queremos que sea nuestra empresa y cómo planeamos llegar allí. Esto implica una combinación de innovación, una estructura organizacional sólida y una comprensión profunda del mercado y sus cambios.
Una pregunta clave para cualquier empresario es: ¿Cómo competimos hoy? Aquí es donde se define la ventaja competitiva de nuestro negocio. Es crucial decidir si competiremos en costos o si buscaremos diferenciarnos.
Recientemente, conocí a Harsh Jain, un empresario del sector textil en India. Conversando con él, me di cuenta de que los retos que enfrentan en su negocio son similares a los del sector textil ecuatoriano. Harsh me compartió que la intensa competencia en costos que enfrenta su negocio es una parte inherente de competir en un mercado global. A pesar de los desafíos, su empresa ha encontrado éxito al centrarse en ofrecer productos de alta calidad y sostenibles, atrayendo así a un nicho de mercado que valora estos atributos. Sus principales clientes se encuentran en el Reino Unido, Estados Unidos y Europa, lo que demuestra la capacidad de su negocio para atraer a un mercado internacional a pesar de la intensa competencia en precios.
En nuestra conversación, Harsh reveló que, en India, el salario mínimo de un trabajador es aproximadamente cuatro veces menor que en Ecuador. Además, en Bangladesh, donde provienen algunos de sus principales competidores, los salarios son incluso menores que en India y con jornadas de trabajo más extenuantes, lo que convierte a la competencia en costos en un desafío extremadamente complejo.
El negocio de Harsh ha tenido que adaptarse a esta realidad. Al igual que el sector textil ecuatoriano, se encuentra en un mercado altamente competitivo, donde con un mayor número de jugadores buscando satisfacer la demanda del mercado, la competición en costos puede llevar a que los beneficios de estas empresas lleguen a cero, e inclusive incurran en dumping, conllevando la quiebra de los mismos.
Tomando como referencia el caso de Harsh y su negocio textil en India, un mercado aún más competido que el ecuatoriano, ellos ya no compiten en costos, se han diferenciado de sus competidores, tanto locales como extranjeros. La estrategia para mantener su negocio a flote y no involucrarse en una guerra de precios, como sí lo hacen empresas del mismo sector en mercados asiáticos, es enfocarse en la sostenibilidad y obtener certificaciones ecológicas, atractivo para su nuevo nicho de mercado.
Harsh también mencionó que en India se están estableciendo políticas para fomentar el consumo interno. Es irónico, pero muchas de las telas producidas en India se exportan a fabricantes de ropa en China y luego regresan a India para venderse en el mercado local. Se están desarrollando iniciativas para promover que todo el proceso se realice internamente.
Esta experiencia contrasta con la situación en Ecuador, donde aún falta que se valore más lo que se genera internamente. Aunque enfrentamos desafíos similares en términos de competencia en costos, hay una oportunidad significativa para diferenciarnos.
La lección es clara: para sobrevivir en mercados altamente competitivos como el textil, no basta con competir en costos. Es fundamental encontrar un nicho que valore la calidad, la sostenibilidad y el valor único del producto. Identificar y dirigirse a este nicho es esencial.
En conclusión, el éxito en el sector textil, así como en otros mercados similares caracterizados por una alta competitividad tanto interna como externa, requiere una combinación de diferenciación, identificación de nichos específicos y adaptabilidad a las condiciones cambiantes del mercado. Las empresas deben reconocer la importancia de no solo competir en costos, sino también de ofrecer algo único que sea valorado en un mercado específico, como en el caso estudiado, ha sido la calidad, sostenibilidad y producción ética. Estas estrategias aseguran la relevancia y rentabilidad en el presente, y preparan a las empresas para el crecimiento y la viabilidad a largo plazo en un entorno globalizado. (O)