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"Estar con alguien que no te ama es lo peor que puedes hacer", me dijo mi psicólogo con cruda sinceridad.

María Isabel Cisneros

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No tengas miedo de dejar ir lo que no te suma y busca relaciones que te nutran y te apoyen. La terapia puede ser una herramienta invaluable para mejorar tu autoestima y aprender a establecer límites saludables.

28 Junio de 2024 14.19

¿Alguna vez te has preguntado qué tan devastador puede ser estar con alguien que no te ama? En una de las sesiones, mi psicólogo me dio uno de los consejos más valiosos que he recibido: “Una de las peores cosas que puedes hacer es estar con alguien que no te ama”. Este consejo puede sonar fuerte, pero es la cruda verdad. No puedes estar con una persona que simplemente no te ama, ya que te dañas a ti mismo, lo cual tiene profundas implicaciones para tu salud mental y emocional. Reflexionar sobre esto me ha llevado a comprender mejor la importancia de las relaciones saludables y el impacto negativo que puede tener una relación sin amor por una de las partes en nuestra vida.

El amor no correspondido y sus efectos.-

El amor no correspondido es una situación dolorosa en la que uno de los miembros de la pareja siente un profundo afecto, mientras que el otro no comparte ese sentimiento. Mi experiencia personal en una relación así me ha enseñado que la falta de reciprocidad puede causar una serie de problemas emocionales, como sentimientos de insuficiencia, baja autoestima, ansiedad y depresión.

Estar constantemente expuesto a señales de falta de atención, amor, cuidado y comprensión demuestra que no eres importante para esa persona. Es agotador y conlleva un desgaste emocional significativo. No solo duele el corazón, sino también el alma, la vida y la mente.

Yo tenía muchos sueños y proyectos al lado de esa persona, pero él no conmigo. En teoría seguíamos juntos, pero en la práctica yo sabía que no me amaba por sus actos. Vivía en incertidumbre, y vivir así no te permite disfrutar de la vida ni estar en paz contigo y con el mundo que te rodea.

La búsqueda de la verdadera felicidad.-

Otro de los puntos que me impactó de lo que me dijo el psicólogo es que la felicidad no te la da una pareja, y es totalmente cierto. La felicidad es estar en paz contigo y con la gente que te rodea, al menos eso es para mí. Recuerdo a un filósofo, Enrique Tamés, quien estuvo en mi programa digital “Una Plática Ligera con María Isabel” y habló de la felicidad a corto y largo plazo, según lo manifestó Aristóteles. La felicidad a corto plazo tiene que ver con el gozo inmediato, mientras que la felicidad a largo plazo se relaciona con la actitud hacia los demás: bondad, compasión y trato respetuoso.

Mi relación solo me daba una felicidad efímera, pero buscaba algo diferente: una relación estable donde la felicidad a corto plazo no se quede ahí, porque luego de esos momentos venían muchos pensamientos negativos y la incertidumbre sobre cómo él se comportaría al siguiente día. Yo buscaba algo estable, pero él claramente no.

En una relación amorosa y saludable, nos sentimos valorados y amados genuinamente, lo que nos permite desarrollarnos plenamente y experimentar una felicidad duradera. La comunicación abierta y honesta es fundamental para mantener una relación sana y establecer una conexión emocional genuina.

La trampa de la esperanza.-

Uno de los mayores desafíos fue dejar de aferrarme a la esperanza de que mi pareja cambiaría y comenzaría a amarme. Esta esperanza, aunque comprensible, resultó ser extremadamente perjudicial. La constante espera y la inversión emocional en una relación sin amor recíproco me impedían encontrar paz interior. Aprendí que los sentimientos de otra persona no están bajo mi control y que permanecer en esa relación solo prolongaba mi dolor.

El valor de una relación sana.-

El consejo de mi psicólogo me ayudó a entender el valor de una relación basada en el amor mutuo, el respeto y el apoyo emocional. En una relación saludable, ambos individuos se cuidan y se apoyan, creando un ambiente seguro para enfrentar los desafíos y disfrutar de las alegrías juntos. Estas relaciones fomentan el crecimiento personal y proporcionan un entorno en el que ambos pueden prosperar.

La falta de amor en mi relación anterior me privó de experiencias positivas y me sumió en un ciclo de negatividad. Actualmente, no priorizo tener pareja, pero tengo muy claro lo que deseo en mi próxima relación y, por ende, en mi próxima pareja. Esta experiencia me ha enseñado lecciones valiosas sobre lo que no quiero volver a experimentar. En una relación, valoro profundamente el respeto mutuo, una confianza sólida e inquebrantable, la solidaridad en momentos difíciles y una conexión emocional genuina.

El proceso de dejar ir.-

Dejar ir esa relación no fue fácil. Tuve que atravesar un proceso de duelo, renunciando a las esperanzas y sueños que tenía para nosotros. Sin embargo, este fue un paso crucial hacia la recuperación y el bienestar emocional. Reconocer que merezco ser amada y valorada fue el primer paso hacia la construcción de una vida tranquila y en paz.

Durante este proceso, el apoyo de familiares y mi psicólogo fue invaluable. La terapia me proporcionó un espacio seguro para explorar mis sentimientos y desarrollar estrategias para mejorar mi autoestima y establecer límites saludables. Mi terapia continúa porque busco ser todos los días una mejor persona.

Para todos los lectores, es crucial entender que estar con alguien que no te ama puede tener consecuencias devastadoras para tu bienestar emocional y mental. Las relaciones deben basarse en el amor mutuo, el respeto y el apoyo. Si te encuentras en una relación dañina, considera buscar ayuda profesional para reflexionar sobre tu situación y tomar decisiones que promuevan tu salud y paz.

No tengas miedo de dejar ir lo que no te suma y busca relaciones que te nutran y te apoyen. La terapia puede ser una herramienta invaluable para mejorar tu autoestima y aprender a establecer límites saludables. Al hacerlo, puedes comenzar a construir una vida más plena y encontrarás el camino correcto hacia el bienestar.

Y recuerda siempre lo que mi psicólogo me repetía: “Si él no te valoró, no significa que tú no seas valiosa”. Es fundamental reconocer tu propio valor y buscar relaciones que te enriquezcan y te hagan crecer como persona.

Para finalizar, quisiera compartir otra enseñanza de mi terapeuta: Aunque siempre una de las partes puede amar más que la otra, el amor debe ser recíproco para que se mantenga o crezca. (O)

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