¿Es realmente un coach deportivo o simplemente te está vendiendo una tabla de entrenamientos?
Un coach auténtico estudia el rendimiento de cada persona, identifica áreas de mejora y diseña un plan único que permita alcanzar metas específicas.

Hoy en día, los clubes deportivos están en pleno auge, especialmente aquellos que ofrecen entrenamientos "personalizados" diseñados para ayudar a los atletas a alcanzar sus metas. A primera vista, parecen una excelente opción para quienes buscan mejorar su rendimiento y aumentar su competitividad. Sin embargo, detrás de esta tendencia se esconde una realidad preocupante, ¿realmente estos clubes están brindando un servicio de calidad o simplemente cumplen con lo mínimo indispensable?

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Muchos atletas han experimentado frustraciones al tratar de encontrar un lugar donde reciban un apoyo genuino en su desarrollo. En lugar de encontrar ese acompañamiento, lo que a menudo obtienen es una decepción. El servicio "personalizado" que algunos ofrecen no es más que una ilusión. En lugar de crear planes de entrenamiento adaptados a las necesidades y objetivos individuales, se limitan a copiar rutinas de otros, hacer ajustes superficiales y colocarlas en las tablas de los atletas. Este enfoque no solo carece de profesionalismo, sino que demuestra un evidente desinterés por el verdadero progreso y rendimiento del deportista.

Un verdadero coach deportivo debe ser mucho más que un simple proveedor de planes de entrenamiento. Su rol va más allá de subir un archivo semanal o mensual y esperar que el atleta lo siga. Un coach auténtico estudia el rendimiento de cada persona, identifica áreas de mejora y diseña un plan único que permita alcanzar metas específicas. Además, su labor incluye un acompañamiento constante, lo que implica estar pendiente del bienestar del atleta, preguntando cómo se siente, ajustando el plan cuando algo no funcione o si se presenta una lesión, entre otras cosas.

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Lamentablemente, muchos clubes deportivos no ofrecen este nivel de compromiso. Solicitar retroalimentación o un análisis del rendimiento es visto, en ocasiones, como una petición "excesiva". Pero, ¿realmente es mucho pedir que un coach evalúe el progreso de un atleta cuando está pagando por un servicio?

El verdadero problema no reside únicamente en la falta de personalización, sino en la carencia de empatía y humanidad. Un coach deportivo debe preocuparse por sus atletas como personas, no solo como clientes. Es fundamental establecer una comunicación constante, ya que un buen coach no ve a sus atletas únicamente como una fuente de ingresos, sino como compañeros en un camino donde sus metas también se convierten en las suyas.

Al final del día, lo que realmente marca la diferencia no es cuánto se cobra, sino cuánto se invierte en el éxito de quienes confían en ti. ¿No deberían los clubes deportivos poner más énfasis en el bienestar y el desarrollo integral de sus atletas? (O)