Mucho se ha hablado acerca de que las sanciones impuestas a Rusia -tras su invasión a Ucrania- pueden tener un efecto negativo sobre el dólar como moneda de reserva, dado que EE.UU, Reino Unido y la Unión Europea impiden el uso del dólar, euro y libras para el comercio exterior ruso y el manejo de sus reservas internacionales, con lo cual la mitad de las reservas internacionales rusas fueron congeladas.
Esto, a pesar de que los rusos venían acumulando grandes cantidades de oro en sus reservas, porque el mercado internacional de oro no es capaz de manejar tanto volumen sin acceder a dólares. Por otro lado, las exportaciones rusas de petróleo y gas habrían tenido también grandes problemas si no estuvieran explícitamente excluidas de las sanciones. Lo que nos prueba que el dólar y el acceso al sistema financiero más avanzado del planeta son piezas claves para el comercio exterior y las finanzas internacionales. Esto último explica que Ucrania, a pesar de haber sido invadida, se mantiene al día con los pagos de su deuda externa. Sin duda, nadie quiere perder el acceso a los mercados internacionales.
Y a pesar de que a los activistas en los extremos políticos no les gusta el dólar (a unos por las sanciones y hasta sueñan con desdolarizaciones, mientras que otros aseguran que el oro y las criptomonedas son mejores), el dólar está cada vez más fuerte. No obstante, la inflación del último año, el dólar se ha venido apreciando en el mercado de divisas. La cotización subió aproximadamente un 7% frente al euro en el 2021 y se fortaleció aún más al inicio de la guerra en Europa.
De esta manera, los acontecimientos resaltan el rol de refugio que supone la economía norteamericana para los inversionistas asustados por la guerra, lo cual nos demuestra que crisis económicas, pandemias y guerras no afectan la posición del dólar como la principal moneda de reserva a nivel mundial.
Vemos entonces que más del 75% de la deuda externa de países de ingresos medianos y bajos está denominada en dólares. Así mismo, aproximadamente el 60% de las reservas internacionales están en dólares, seguidos por el euro con menos del 25%. Las tres monedas que le siguen en importancia, el euro, el yen y las libras esterlinas, juntas no llegan a tener el peso que tiene el dólar en las reservas internacionales a nivel mundial. Está incluso muy por encima de otras alternativas, como la moneda de China, el renminbi.
¿Será posible que China tenga como objetivo que su moneda tome el lugar del dólar a nivel mundial? No lo creo, dado que ni siquiera estamos seguros si eso es lo quiere el Partido Comunista Chino. Es difícil que el Partido vaya a cambiar su actual dirección, un sistema financiero dominado por bancos y corporaciones estatales, con controles a las transacciones y al tipo de cambio que dificultan el acceso a su mercado a los agentes financieros internacionales. Esta es la política que le ha dado grandes éxitos en cuanto a crecimiento económico y reducción de la pobreza.
Es que para ser una moneda fuerte se necesita que bancos internacionales, corporaciones multinacionales y gobiernos tengan la confianza de operar en la moneda y en el sistema financiero del país emisor de la moneda de reserva, con la tranquilidad de que no hay arbitrariedades que afecten la seguridad jurídica y con un sistema financiero profundo, a través del cual se pueda manejar grandes cantidades de dinero.
También se requiere un gobierno dispuesto a enviar al exterior suficientes activos seguros (como Bonos del Tesoro) para que los actores económicos puedan usar esa moneda para mantener reservas y previamente hemos visto cómo la Reserva Federal y el Departamento del Tesoro de EE..UU. han estado dispuestos a intervenir y prestar dólares en mercados extranjeros para estabilizarlos durante crisis financieras, tal como lo hicieron en el 2008 y en el 2020.
Ser la principal economía del mundo y líderes en el desarrollo y comercialización de tecnología no les hace daño para nada. Por el contrario, todo esto les permite ofrecer un combo ganador de mercados financieros grandes y profundos, seguridad jurídica y el motor de innovación del planeta. Y eso es lo que atrae a los grandes inversionistas a nivel mundial. (O)