Un producto poco conocido se proyecta con trascendencia en los mercados de productos químicos. Revienta la demanda y dispara los precios. Se trata del LITIO (Li) conocido como el “oro blanco”. Elemento de color blanco-plata que forma parte del grupo de metales alcalinos. Su nombre significa “piedrecita” por haber sido descubierto en un mineral. Es el elemento sólido más ligero, blando y blanco. No se encuentra libre en la naturaleza por su carácter altamente reactivo.
Los usos del litio son diversos y numerosos. Se utiliza en la fabricación de baterías recargables más eficientes (celulares, laptops, tabletas). En la elaboración de cerámicas y vidrios resistentes. En cierto tipo de lubricantes. En la preparación de medicamentos para tratamiento de alteraciones del estado de ánimo, como el trastorno bipolar. En la mejora de la resistencia y durabilidad de los metales. Uno de sus atributos más relevantes es el uso en vehículos eléctricos -en crecimiento geométrico- reduciendo la contaminación (efecto invernadero y otros contaminantes).
Más de la mitad de las reservas mundiales de litio se encuentran en Sudamérica. Y particularmente en Bolivia, Argentina y Chile, en ese orden, que forman el llamado “Triángulo del litio”. En Bolivia se habla de 21 millones de toneladas métricas, en Argentina de 19.3 y en Chile de 9.6 (datos de 2.020). Otras reservas, de menor magnitud, se encuentran en Estados Unidos, Australia y China. Al momento los mayores productores de litio son Australia, Chile, China y Argentina. Los países sudamericanos tienen una ventaja especial: su litio es de salar -no de minerales-, lo que implica procesos más simples y económicos.
La extracción de litio tiene sus complejidades. Se inicia con labores de exploración y perforación. Estudios geológicos y geofísicos, perforaciones para analizar muestras con litio. La extracción proviene de dos fuentes: salmueras o aguas subterráneas con litio disuelto - que son las que predominan en Sudamérica- y minerales. Se realizan perforaciones de pozos y se bombea el material a piscinas de evaporación.
El concentrado de litio obtenido se somete a un proceso de purificación para obtener un compuesto de alta pureza, carbonato o hidróxido de litio…. listo para la fabricación de los diversos productos.
Peligros y proyecciones
No todo es color de rosa en la vida del litio. Su producción conlleva algunos riesgos, por lo que algunos sectores rechazan la explotación abierta y sin políticas de resguardo. El más agudo refiere a la contaminación ambiental y la afectación a biodiversidad, debido a la degradación de los suelos y la contaminación de las aguas, mismas que se utilizan en forma intensiva.
Por si esto fuera poco, el riesgo de incendios y explosiones de las baterías de litio por manipulación inadecuada, es elevado. Podría añadirse la toxicidad del litio cuando se ingiere, inhala o absorbe por la piel.
Existe adicionalmente una dimensión social negativa en la explotación del litio. Tiene que ver con los derechos de las comunidades que viven en las zonas de extracción. Se han denunciado casos de usurpación de tierras y escasa o nula participación de las comunidades. Este tema -que no depende del litio en sí- añade un punto conflictivo al tema de la sostenibilidad del metal.
No se puede hablar del litio sin mencionar su valor geoestratégico. La transición energética que vive el mundo, eleva la importancia de este producto. Está llamado a sustituir parcialmente a los combustibles fósiles, por eso algunos analistas lo llaman “el nuevo petróleo” o “el petróleo del futuro”.
Autoridades de EU no han ocultado su interés por explotar esos recursos en América Latina. La jefa del Comando Sur, Laura Richardson, que visitó Argentina hace poco, destacó la relevancia de las reservas en el triángulo de litio. “Nos queda mucho por hacer”, “tenemos que empezar nuestro juego” (lo dijo también en relación a otros recursos primarios), remarcó.
Tan importante es la explotación del triángulo del litio, que se ha desatado una disputa sorda entre Estados Unidos y China a nivel mundial, por acceder a los recursos, que significa acceder a nuevos escenarios de poder. Saben además de la existencia de una demanda insatisfecha de litio. Y del ascenso vertiginoso de sus precios.
Un desafío doble se plantea al hablar de la explotación del litio. Se trata, por una parte, del respecto a las comunidades donde se encuentran las reservas. Y por otra, el cuidado supervisado del medio ambiente. No se puede pensar para su explotación sino en empresas social y ambientalmente responsables. Sean del estado, sean privadas o sean mixtas. Chile, por ejemplo, se encuentra trabajando en esta línea. (O)