La problemática a la que nos enfrentamos como sociedad está determinada por el crecimiento de la población y un excesivo consumo demostrando que el ser humano es incapaz de administrar y gestionar residuos de manera eficiente y eficaz. Lo anterior ha impulsado a los países a tomar medidas urgentes para frenar el origen y los problemas que surgen por la incontrolable generación de basura, obligándonos a conocer cómo consumimos, cómo se fabrica un producto y cuál es la responsabilidad de los productores en el ciclo de vida de sus productos.
En la década de los 90, Europa estableció una política ambiental enfocada en la Responsabilidad Extendida del Productor (REP) para disminuir el impacto ambiental de la generación de residuos sólidos asignando a productores o importadores la obligación de implementar y financiar acciones para recuperar sus productos al final del ciclo de vida que, dependiendo de su volumen o composición, generan mayores o menores afectaciones al ambiente y a la salud humana. En el 2012 esa normativa ambiental también llegó a Ecuador y desde entonces se ha fortalecido incorporando progresivamente productos con metas de recolección que van en aumento.
Hasta el 2023, algunos productos y metas de recolección fueron: neumáticos usados con una meta del 55%; plásticos de uso agrícola con una meta del 65%; pilas usadas con una meta del 5%; aceites lubricantes usados y envases vacíos: 20% y 10% respectivamente; baterías de ácido plomo 80%; residuos de aparatos electrónicos y eléctricos (RAEE) 0.5%; lámparas de descarga y lámparas LED con el 3% y 0,5%.
Otras cifras que resultan interesantes de cara a la normativa REP son las presentadas por el Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica (MAATE) con corte 2022 en las que los productores e importadores aprovecharon y dieron tratamiento adecuado a 13,6 millones de neumáticos, 6.000 toneladas de desechos plásticos de uso agrícola, 1,3 toneladas de pilas usadas, 13 millones de galones de aceite usado y 15.000 toneladas de baterías de plomo-ácido, evitando así la contaminación de suelos y aguas en Ecuador.
De cara al futuro, uno de los desafíos que tienen los productores e importadores radica en lograr que las empresas destinen el presupuesto necesario para cumplir con lo que la ley establece, evitando sanciones y multas que podrían incluso llegar a afectar la producción o importación de productos que deban cumplir con la normativa REP, a la vez que fortalecen sus propios objetivos de sostenibilidad. De la mano de ese presupuesto, es necesario revisar cuál de los modelos de gestión es el más apto para la realidad de cada empresa con la finalidad de ser más eficientes e impactar de manera positiva en la reputación empresarial tan necesaria ya que cada vez más los consumidores buscan productos y empresas sostenibles.
¿Cómo cumplir con el principio de Responsabilidad Extendida del Productor? Los mecanismos para aplicar estas normativas pueden ser diversos, desde la conformación de un modelo de gestión individual, a uno asociativo con otros competidores o desde asumir los costos de la implementación hasta trasladarlo al consumidor final, quien es el que se beneficia del producto. Por otra parte, y gracias a la vinculación y cumplimiento de estas normativas, el empresario o emprendedor también pueden aprovechar innovando en el diseño de nuevos modelos de negocio para captar nichos u oportunidades en el futuro como por ejemplo productos reparados como una opción más económica o el florecimiento de soluciones relacionadas al reciclaje de materiales.
En conclusión, normativas como la REP han venido para quedarse y fortalecerse, por lo que empresario ecuatoriano debe estar dispuesto y atento a cumplir con lo que está vigente y prepararse para nuevas y necesarias implementaciones que se vendrán en el corto y mediano plazo. Si bien es cierto el cuidado del ambiente exige una gestión y recursos adicionales por parte de las industrias, también es cierto que los resultados que se alcancen en el largo plazo generarán bienestar y sostenibilidad para la sociedad y el país. La pregunta que debemos hacernos entonces desde las empresas es: ¿estamos listos para asumir esta responsabilidad por el bien del país, del ambiente y la salud de los ecuatorianos y del mundo? (O)