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Si todos nos propusiéramos realizar al menos un pequeño acto de bondad cada día, el mundo sería un lugar más cálido y humano. No se necesita dinero ni un esfuerzo enorme, solo la disposición de mirar más allá de nosotros mismos y dar algo de nuestro tiempo y energía a los demás.

7 Marzo de 2025 12.12

Te has detenido a pensar en cómo un simple gesto tuyo podría cambiar por completo el día de alguien? A veces, sin darnos cuenta, vivimos con prisa y envueltos en nuestras preocupaciones, sin notar que a nuestro alrededor hay personas que necesitan una palabra amable, una mano amiga o simplemente ser tomadas en cuenta. No es necesario hacer grandes esfuerzos ni disponer de mucho tiempo para marcar la diferencia en la vida de alguien. Un cumplido sincero, un pequeño acto de ayuda o cualquier gesto amable pueden generar una cadena de bienestar que beneficia tanto a quien da como a quien recibe.

Cuando ofrecemos ayuda o palabras de aliento, estamos transmitiendo a la otra persona que importa, que alguien la ve y la valora. En un mundo donde muchos se sienten invisibles o abrumados por sus problemas, recibir un gesto de amabilidad puede hacer la diferencia entre un mal día y uno llevadero. No se trata solo de grandes acciones, sino de detalles cotidianos como interesarnos por la vida de un amigo, decirle a alguien que su esfuerzo se nota o simplemente escuchar sin juzgar. Estos actos refuerzan la autoestima de quien los recibe y generan un ambiente más positivo a nuestro alrededor.

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Pero el beneficio no es solo para el otro. Distintos estudios en el campo de la salud mental han demostrado que ayudar a los demás mejora nuestro bienestar emocional. La sensación de hacer algo bueno, de saber que hemos sido parte de la felicidad de alguien, nos genera una satisfacción profunda. Además, fortalecer nuestras relaciones personales, ya sean amistades, familiares o incluso laborales, nos brinda un apoyo emocional que es importante para nuestra propia estabilidad. 

Incluir este hábito en el día a día es más fácil de lo que parece. Preguntar a un amigo cómo está, felicitar a un compañero por su trabajo, agradecer de corazón o enviar un mensaje inesperado puede alegrarle el día a alguien. Lo importante es hacerlo con la intención de hacer sentir bien al otro. Ser amables no significa forzar una actitud, sino ser conscientes de cómo impactamos a los demás.

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Si todos nos propusiéramos realizar al menos un pequeño acto de bondad cada día, el mundo sería un lugar más cálido y humano. No se necesita dinero ni un esfuerzo enorme, solo la disposición de mirar más allá de nosotros mismos y dar algo de nuestro tiempo y energía a los demás. Al final, lo que damos siempre regresa de alguna manera, y esa es la verdadera belleza de ayudar. (O)

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