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Es momento de fortalecer la economía nacional apoyando los productos y las empresas locales. El futuro de Ecuador no depende únicamente de los políticos ni de sus políticas. El cambio depende de que todos creamos en el valor de lo que producimos.

21 Agosto de 2024 13.07

En la vida, debemos experimentar con diversas opciones para descubrir lo que realmente nos gusta. Esto aplica en todos los aspectos: desde el sabor de una comida, la elección de una marca de ropa, hasta la zona en la que preferimos vivir. En los últimos diez años, numerosas marcas de renombre internacional han ingresado al mercado ecuatoriano, ofreciendo a los consumidores locales la posibilidad de acceder a productos extranjeros, especialmente en los sectores de retail, textil y alimentación.

Con el tiempo, quienes han probado productos de estos reconocidos retailers y fabricantes internacionales han formado su propio criterio sobre sus gustos, preferencias, pero también sobre el tipo de consumidor que desean ser. Mientras tanto, los productores nacionales, que fabrican bienes similares completamente en territorio ecuatoriano, enfrentan desafíos adicionales. Deben lidiar con crisis políticas, económicas y eléctricas, y aun así competir con estas marcas internacionales. Luego está el consumidor que, por gusto personal o, como diríamos coloquialmente, por “farandulería”, prefiere comprar en estas tiendas internacionales. Pero, ¿realmente están siendo conscientes de sus decisiones de compra?

Tomemos como ejemplo el sector textil, un área que conozco de primera mano. 
Si comparamos una camiseta producida localmente con una fabricada en alguna parte de Asia, probablemente la primera diferencia que notemos sea la marca. El posicionamiento de una marca influye significativamente en la elección del consumidor.

Sin embargo, si analizamos la calidad, esta puede ser similar en ambos casos. Pero cuando hablamos de marcas de fast fashion, que han ganado popularidad en Ecuador en los últimos años, la calidad no es su punto fuerte. En cambio, las camisetas producidas en Ecuador tienden a ofrecer mayor durabilidad.

Ahora bien, consideremos las condiciones en las que se fabricó cada camiseta. En Ecuador, se cumplen normas laborales que garantizan jornadas justas, salarios dignos y condiciones de trabajo favorables, además de respetar normativas ambientales. En contraste, las camisetas extranjeras pueden no cumplir con estos estándares. A menudo son producidas en países con normativas laborales laxas, en condiciones infrahumanas, y sin la misma preocupación por el impacto ambiental. 

¿Qué ocurre cuando decidimos comprar un producto local? Al hacerlo, apoyamos a toda la industria nacional: desde el comercio local que emplea a un ecuatoriano, hasta la última fase de la producción, donde también hay un ecuatoriano detrás de la línea de fabricación.

Si trasladamos este mismo análisis a los productos y servicios ofrecidos por las recientes franquicias de cafeterías y alimentos que han llegado al país, sucede exactamente lo mismo. 
Al comprar local, estás contribuyendo a la economía nacional y apoyando a los productos ecuatorianos. Esto es particularmente relevante en un contexto donde estas franquicias internacionales pueden desplazar a negocios locales, que, aunque más o menos conocidos, generan un impacto positivo en la economía. Al consumir productos y servicios de empresas nacionales, fortaleces una cadena de valor ecuatoriana, contribuyendo a la generación de empleo.

Por otro lado, la entrada de marcas internacionales también impulsa a los negocios locales a diversificar sus opciones y mejorar su oferta. Esto enriquece las elecciones del consumidor y le permite descubrir que los productos ecuatorianos no tienen nada que envidiar a las marcas internacionales.

Considero que es momento de fortalecer la economía nacional apoyando los productos y las empresas locales. El futuro de Ecuador no depende únicamente de los políticos ni de sus políticas. El cambio depende de que todos creamos en el valor de lo que producimos.

Es positivo que el consumidor tenga la libertad de probar de todo y elegir lo que más le gusta, pero no debe olvidar que su decisión influye en el progreso del país.

Consume local, cree en Ecuador. (O)

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