A un poco menos de seis años del 2030, aún no está claro ni bien entendido el llamado a la acción a los líderes mundiales, países, estados, empresas y organizaciones, para adoptar uno o más de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), establecidos en el 2015 por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con el propósito de poner fin a la pobreza, proteger al planeta y mejorar las condiciones de vida y perspectivas de las personas en todo el mundo.
Una de las intenciones principales de esta gran iniciativa global es proteger y salvar a nuestro planeta del efecto invernadero y la cada vez más creciente oleada de calor, que tiene 1,2 grados Celsius más que en la era preindustrial, y que, según estudios y datos científicos, alcanzará los 2,8 grados en este siglo, convirtiéndolo en un mundo más peligroso e inestable.
Lo poco que se ha logrado hasta ahora corre el riesgo de estancarse en medio de la crisis climática que vivimos, las fluctuaciones económicas, los conflictos bélicos y la pandemia del coronavirus. A eso, se han sumado además la falta de propuestas de los gobiernos y las turbias promesas generadas por algunas compañías, que incluso tratan de bloquear la transición hacia un mundo libre de emisiones contaminantes por los combustibles fósiles.
Pero, si el mundo no ha entendido en todos estos años ese llamado a la acción, ¿cómo pueden adoptar los ODS y actuar? Es allí, que se requiere un mayor poder de difusión y comunicación, motivo por el cual, organizaciones como la Asociación de Directivos de Comunicación (Dircom), de España; la consultora Prodigioso Volcán, de ese mismo país; la fundación Gabo, de Colombia; la Global Alliance for Public Relations and Comunicación Management; entre otras más de 100 organizaciones y personajes públicos, están promoviendo la incorporación de un nuevo Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS), que sería el No. 18, por una Comunicación clara, ética y responsable.
Sus promotores, a los que se suma este servidor y su agencia MEDIÁTIKA de Relaciones Públicas y Comunicación Estratégica, consideran que este nuevo ODS permitirá acelerar los 17 restantes. Igualmente, ayudará a cerrar la brecha que existe entre la intención y la acción. Impulsará acciones individuales, promoverá iniciativas de transformación y fomentará la toma de medidas a nivel mundial y en cada país, para garantizar un mejor liderazgo, más recursos y soluciones inteligentes.
Este ODS 18 reivindica el derecho a entender y que la administración, los gobiernos y las empresas deben asegurar la conexión de las personas y la inclusión en la construcción de un mundo diferente y mejor.
Este es un derecho que debemos amparar frente a un mundo donde el ecosistema mediático es radicalmente distinto al que existía hace diez años, donde la inteligencia artificial no estaba contemplada.
Las metas que persigue el ODS No. 18 hasta el 2025 son convertir en claros, sencillos y asequibles los mensajes que emiten las instituciones y las empresas, a través de un lenguaje claro, visual y páginas digitales fáciles de utilizar.
Además, aumentar la capacidad de conexión, especialmente en las zonas despobladas y rurales. También, incrementar las habilidades digitales de la población y poner a disposición alternativas analógicas si es necesario.
Para el 2030, las metas del ODS No. 18 son promover el respeto entre las personas, la escucha activa, la empatía y la tolerancia. Incorporar el derecho a entender de las personas mayores y demás públicos vulnerables ante una pantalla. Desarrollar un Código de buenas prácticas sobre algoritmos éticos y privacidad. Establecer indicadores de confianza para la lucha contra las fake news.
Asimismo, hacer seguimiento de las encuestas sobre el estado de conocimiento e información clara sobre la Agenda 2030. Y finalmente, debe quedar clara la autoría de textos con inteligencia artificial en cualquier medio o plataforma.
Esta propuesta fue ratificada en el último Foro Mundial de Relaciones Públicas, organizado por la Global Alliance for Public Relations and Communication Management, realizado en Chennai (India), a finales del 2023. Allí, se reflexionó sobre la desconfianza que existe en la actualidad y se llegó a establecer que la comunicación es la herramienta más poderosa para abordar y gestionar los problemas sociales más desafiantes y que están contemplados en la Agenda 2030. (O)