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El inversor inteligente elige el mejor negocio entre la variedad de opciones. Hay que tener cuidado en no invertir en acciones de empresas cuyo eslogan apelen a las emociones, o por lo menos que no sea esta la razón principal de la decisión.

28 Agosto de 2024 14.25

a.- La Opinión de un Gigante:  En la edición N. 18 de la revista Forbes Ecuador, su portada contiene el rostro de Warren Buffett, el más importante inversionista de los últimos tiempos, cuya cartera de inversiones de Berkshire Hathaway estaría valorada aproximadamente en US$332.000 millones; muy por encima de un gigante como Ray Dalio. En el interior de la mencionada edición, hay un muy interesante artículo de Buffett, que recomiendo su lectura para aquellos que desean conocer más de inversiones o ya han tomado dicho camino.

 W. Buffett, gran lector, indica que uno de los libros más importante en su vida, el de cabecera, es “El Inversor Inteligente” del inglés Benjamin Graham y Jason Zweig: “Leí y releí El inversor inteligente, de Benjamin Graham, unas 12 veces… Es un filosofía increíblemente sólida, muy bien escrita y fácil de entender.” señala Buffett.

 b.- Diferencias entre Especular e Invertir: Esta columna se enfoca en presentar un breve resumen de dicho valioso libro, considerado la Biblia de los inversionistas. 

Invertir es sencillo indican los autores, si la persona está dispuesta a aprender. Un inversor es una persona que invierte capital, asumiendo riesgos calculados, con la expectativa de obtener ganancias (ya sea para fines de jubilación, fondos de estudios universitarios, incremento de riqueza, etc.).

En el mundo de la bolsa, hay dos términos de uso común: inversión (posibilita la seguridad del retorno del capital y rendimiento) y, especulación (no brinda seguridad, es de alto riesgo) por consiguiente un inversor inteligente se centra en inversiones a largo plazo, mientras que un especulador se enfoca en la rentabilidad a corto plazo. La gente que invierte gana dinero para sí, la gente que especula gana dinero para su agente de bolsa, sentencia Graham.

El inversor inteligente toma decisiones en base a una profunda investigación previa, a efectos de no sufrir pérdidas, estudiando la empresa en la que desea invertir, su historial de ganancias y pérdidas, protegiéndose al invertir.

Wall Street se beneficia y enriquece de la especulación y no de la inversión, así, esta recomienda tácticas que han funcionado de manera reciente, estimulando dichos caminos, pero a la final, al igual que en los casinos, se apuesta a la especulación y, por consiguiente, siempre gana la casa, la cual tiene claro que las probabilidades casi siempre juegan a su favor. Los especuladores, digamos los apostadores, apuestan a la suerte; los inversionistas inteligentes no apuestan, sino que investigan asumiendo riesgos calculados. El inversor inteligente se adelante al mercado, tomando decisiones perspicaces; pero ¿qué ocurre cuando existe una baja en el mercado?, el inversor inteligente se protege comprando más acciones, y espera pacientemente que el precio se recupere, para en ese momento venderlas.

El inversor inteligente diversifica su cartera, pero no enfocándose en acciones del exterior; sin embargo, si está el inversor en un país en el que la moneda local se está devaluando constantemente, invertir en acciones del exterior puede ser una inteligente decisión. 

Los autores alertan que la percepción y la realidad pueden estar muy separadas y ser distintas, por eso el inversor inteligente profundiza en su análisis y decisiones. El inversor inteligente también realiza mucha práctica, ya que no existe una certificación o curso que capacite para el efecto. 

 Las propias emociones como las de los demás, así como los rumores, no deben influir en las decisiones del inversionista. El precio de las acciones en bolsa no debe ser lo principal, sino al contrario, enfocarse en la parte intrínseca del negocio, es decir conocer a profundidad la empresa que está detrás de cada acción, en su valor subyacente, esto es, tener un pensamiento crítico y reflexivo.

c.- Recomendaciones de los Autores al Invertir: Los autores recomiendan diversificar sus carteras, invirtiendo en compañías grandes, que tenga un historial constante de generación de rendimientos, en los que sus pasivos sean razonables frente a los activos de la empresa, así brindan las siguientes premisas a efectos de inversiones en países ricos, lo cual, extrapolándolo a nuestra realidad local, son muy válidas premisas: c1.- Invertir en empresas con objetivos claros a largo plazo. c2.- Calidad de la gestión de la empresa (si esta paga altos rubros a los dueños o carece de solidez financiera) no es recomendable invertir en ella. c3.- Evitar empresas con un valor de mercado menor a dos mil millones de dólares. c4.- Optar por empresas cuyo activo corriente sea dos veces su pasivo corriente. c5.- Las empresas deben tener previsto beneficios bursátiles, para por lo menos los próximos diez años. c6.- Las empresas debieron haber pagado dividendos sistemáticamente por lo menos en veinte años. c7.- Debe haber existido un incremento mínimo, de por lo menos un tercio de los beneficios por acción, en los últimos diez años.

Con estas herramientas, las personas inexpertas podrían navegar por las inciertas aguas del mercado de valores; así, el inversor defensivo podrá disminuir el riesgo e incrementar sus posibilidades de rentabilidad, recomiendan los autores.

Hay dos tipos de inversor, el emprendedor y el novato o defensivo. El inversor emprendedor en cambio, se implica o involucra más en la gestión de su cartera, supervisando activamente las inversiones y ajustando constantemente la composición de esta. Para este tipo de inversionista, los autores recomiendan invertir en acciones cuyas empresas estén dirigidas por los propietarios y no por gestores, ya que hay más posibilidades que los primeros realicen negocios por el bien general, es decir, tanto de ellos como de sus inversores. Indican que, no hay que dejarse llevar por las palabras de los propietarios, sino más bien por los números de la empresa, que son lo que objetivamente hablan.

El inversor inteligente elige el mejor negocio entre la variedad de opciones. Hay que tener cuidado en no invertir en acciones de empresas cuyo eslogan apelen a las emociones, o por lo menos que no sea esta la razón principal de la decisión.  De igual suerte, no hay que dejarse llevar por la opinión pública.  Nunca los sentimientos deben ser los factores para decidir en invertir. Se debe tener presente que, no existen ganancias eternas. Es preferible invertir en empresas menos glamurosas pero que tengan rendimientos constantes, así como invertir en el jugador revelación y no en el más brillante, ya que este pudiera ser una burbuja. Un inversor inteligente sabe que el mundo de las inversiones pudiera ser visto como aburrido, pero es preferible que botar a la basura el dinero vía la especulación (cantos de sirenas) o en inversiones apresuradas emocionales y poco reflexivas; siendo así, el inversor inteligente es quien sabe tomar las decisiones más acertadas y favorables, esto es, sabe muy bien cuándo comprar y cuándo vender.  (O)

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