En los últimos años Apple, una de las compañías de mayor valor en el planeta, ha estado poco a poco entrando en el negocio del dinero. Empezó en el 2014 con su aplicación de billetera electrónica Apple Pay, para después lanzar en el 2016 su tarjeta de crédito Apple Card en alianza con Goldman Sachs. Y con el paso del tiempo también ha empezado a dar crédito a través del esquema del esquema Compra ahora, paga después, además de ofrecer una cuenta de ahorros. Le está yendo mejor en su incursión en el negocio minorista que al gigante de Wall Street, que es también su aliado estratégico: Goldman Sachs.
Esto también ha obligado a sus competidores a prender las alarmas. No solamente Google, sino que los grandes bancos estadounidenses también se encuentran en una carrera para posicionar su propia billetera digital, además de Paypal, la primera fintech exitosa y la más grande firma financiera netamente digital, que también se ve amenazada por el posicionamiento de Apple. Es que esta empresa va adelante en la carrera de todos los bancos tradicionales y del sector fintech para posicionarse en el negocio de billeteras digitales.
Además, con el control sobre las aplicaciones que están presentes en su plataforma de software, logró hacer muy difícil a los usuarios instalar otra aplicación de pagos digitales que no sea la de Apple. Este poder también se ha usado en otros ámbitos, dado que logró frenar el poderío de un líder de la publicidad online como Facebook, causando una afectación en la valoración de sus acciones. Como vemos, Apple no ha tenido problema en usar su control sobre su ecosistema para crear oportunidades para sus productos.
Es que se ha convertido en algo más que una empresa de aparatos electrónicos. La empresa que en el 2007 creó la categoría de teléfonos inteligentes, revolucionando no sólo la tecnología sino también la manera como interactuamos entre humanos pasó -gracias al iPhone- de vender US$ 19 mil millones en el 2006 a US$ 156 mil millones en el 2012, aumentando más de 7 veces sus ventas de equipos.
Después, vinieron otros productos como el iPad, Apple Watch y los Airpods, que, si bien tienen un aporte importante en ventas, no han tenido el impacto cultural que ha tenido el iPhone. Sin embargo, desde lo estratégico, han cumplido un rol importante: han ayudado a profundizar la fidelización de los clientes a la marca y ampliado la cantidad de equipos que existen dentro de un mismo ecosistema, con el iPhone como el producto estrella, con ventas que representan el 52% del total, que en el 2022 fueron de US$ 394 mil millones.
Pero Apple no se ha quedado disfrutando su liderazgo en el hardware, sino que está buscando consolidarlo con servicios digitales. Desde el 2018 también ha empezado a revelar servicios digitales de entretenimiento tales como Apple Arcade, Apple Music, Apple Books y Apple TV+, e incluso servicios financieros, que se suman a servicios que existían desde antes como iTunes e iCloud. Y este sutil cambio de estrategia ya se nota en los ingresos, dado el crecimiento que ha tenido la rama de los servicios digitales, cuyos ingresos pasaron de US$ 53 mil millones en 2020 a US$ 78 mil millones en 2022, un aumento de casi el 50% en solo 2 años. Esto no solo ha significado una mejoría de los ya de por sí saludables márgenes de Apple, sino que está llevando a los analistas a apreciar nuevas métricas, como por ejemplo el número de suscriptores. Más cercano a modelos de negocios como el de Netflix que a un productor de equipos tradicional.
Esto es muy interesante teniendo en cuenta que los 2 mil millones de iPhones activos a nivel mundial son un gran mercado potencial. Son usuarios que ya están en el ecosistema de Apple y a los que es posible venderles otros servicios. De esta manera, ha pasado de manufacturar equipos a ofrecer servicios de streaming, publicidad y banca. Es tan poderosa que hasta ha jugado un papel protagónico en la llegada de Lionel Messi a la MLS, dado que Apple es dueña de los derechos de transmisión de la liga estadounidense y le conviene generar contenidos para sus plataformas. Y todo esto le ha ayudado a llegar a los 1000 millones de suscriptores en este 2023.
Hay que pensar que Apple maneja una de las parcelas de terreno más importantes del mundo moderno: la pantalla del teléfono celular más popular en los países desarrollados. Es decir, controla lo que ven los ojos de los millones de consumidores con alto poder adquisitivo alrededor del planeta y está usando este poder sobre la mente de estos consumidores para seguir creciendo como empresa.
Con este cambio estratégico, Apple demuestra estar a la vanguardia en lo que se refiere a monetizar lo más preciado en la economía digital actual: la atención del consumidor. (O)