El Pensamiento Estratégico es el pensamiento enfocado en lo vital para el crecimiento, sostenibilidad e incluso supervivencia futura de una organización. El pensamiento estratégico produce conceptos ganadores e ideas claras sobre lo que debe y no hacer para tener éxito en el futuro, de ahí que es un insumo fundamental para la toma de decisiones y escogencias acertadas que componen una estrategia exitosa.
El Pensamiento Estratégico es algo que se aprende y cultiva con la práctica. Algunas consideraciones al respecto son las siguientes:
Primero, el Pensamiento Estratégico parte de definir el ¿Para qué?, ¿Qué es lo queremos que suceda?, ¿A dónde queremos ir? El Pensamiento Estratégico es un pensamiento enfocado a los objetivos, metas, aspiraciones y sueños a lograr a un tiempo determinado.
Segundo, el Pensamiento Estratégico distingue entre entornos que son realidades cercanas en tiempo con abundante información conocida y disponible y muchas certezas de lo que puede ocurrir. Y, por otra parte, escenarios que son realidades lejanas en tiempo con poca información conocida y disponible y llenos de incertidumbres de lo que realmente va a ocurrir. Dependiendo de la velocidad de cambio en la industria o sector entre 1 a 2 años marcan la diferencia entre ambos. Para el Pensamiento Estratégico: los entornos se conocen y entienden mientras que los escenarios se imaginan y visualizan.
Tercero, el Pensamiento Estratégico valora que hay claramente 3 negocios que deben ser pensados e incorporados en las decisiones: el actual donde se desempeña la empresa, el emergente que es el nuevo negocio que empieza a rivalizar con el actual y el futuro que se vislumbra puede acabar con el negocio actual. Así por ejemplo que todos podemos fácilmente reconocer, en la industria automotriz los autos de combustión interna son el negocio actual, los autos eléctricos el negocio que emerge y la movilidad sin necesidad de autos el futuro que puede dejar a los autos como un artículo de colección.
En cuanto a los entornos, Pensar Estratégicamente mira los eventos actuales más allá de los eventos, interpretando el contexto de forma amplia, advirtiendo las oportunidades y amenazas. Dándoles un sentido a los hechos y entendiendo el impacto futuro que tendrán para las organizaciones. También captando los “Insights” que están por dentro de esas realidades, así como los cambios en las conductas que se están gestando, desde lo imperceptible y pequeño hasta los grandes movimientos.
Y mira las noticias diarias e informaciones que se presentan en los diferentes medios de comunicación, de manera desapasionada, distinguiendo lo importante de lo irrelevante, profundizando el análisis de la cancha donde se gana o pierde la partida de los negocios: la microeconomía, los clientes, los precios, en los servicios, los canales y la tecnología.
En cuanto a los escenarios, Pensar Estratégicamente mira con atención las tendencias que se vislumbran se van a quedar, vigila las nuevas innovaciones y tecnologías que surgen, acude a los centros de pensamiento y expertos que están formulando teorías y nuevas interpretaciones del mundo, identifica cambios en los paradigmas y los rumbos que éstos están tomando, visualiza futuros posibles de la industria y el negocio.
Cuarto, Pensar Estratégicamente con efectividad exprime la racionalidad, acude a la ciencia de datos, a la simulación, a la inteligencia artificial y la machine learning. A la vez que admite que la racionalidad es limitada, que el pensamiento está anclado en paradigmas, enmarcado en “reglas personales” de lo que es correcto e incorrecto y los intereses. De ahí que los pensadores estratégicos reservan tiempo en la agenda para pensar, cuestionar sus supuestos, marinar sus ideas y contrastarlas con terceros y contra información dura y pura.
Quinto, Pensar Estratégicamente acude a la intuición, a la asociación y el juicio de la información que surge de la experiencia. La intuición es muy válida en entornos de alta incertidumbre. El experto en estrategia Carlos Téllez afirma que “La intuición es una habilidad de los mejores estrategas de hoy”, recomienda a atrevernos desde la intuición educada por la información.
No hay nada más potente para Pensar Estratégicamente, que hacerlo en un grupo diverso de género, educación y experiencia que valore las ideas de otros, sistemáticamente y basado en preguntas difíciles y desafiantes.
Veamos algunos pocos ejemplos de preguntas gatilladoras: ¿Cuál es el concepto ganador que el negocio ofrece? ¿Cuál es la historia que comunica? ¿Qué problema soluciona mejor que nadie? ¿Qué problemas del mundo podría resolver? ¿Qué causas podría liderar? ¿Y si comenzara de nuevo, qué distinto haría? ¿Qué oportunidades de negocios en los próximos años le ofrece el envejecimiento de la población? ¿Cómo va a enfrentar la mega inflación de los insumos? ¿Cuál es el tipo de infraestructura en la cuales las personas van a querer trabajar como consecuencia de la pandemia? ¿Qué nueva tecnología va a reemplazar a la actual de su empresa? ¿Quiénes serán los competidores en cinco o diez años? ¿Como va a afectar al consumo el crecimiento del canal discounter? ¿Qué productos van a querer los consumidores que buscan una vida saludable? ¿Cómo va a ser la movilidad cuando no haya Petróleo? ¿Qué va a necesitar la población de más de 100 años?
Desarrolle en los pensadores estratégicos el talento que les ayuden a pensar con una mirada puesta en el futuro: aptitud analítica, imaginación, autonomía intelectual, capacidad de abstracción, curiosidad y flexibilidad intelectual. Bien se podría parafrasear a Peter Drucker afirmado hoy que “En toda empresa de éxito, encontraras alguien que pensó estratégicamente”. (O)