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'The Eras Tour' a Quito. Cerramos todo el parque Bicentenario, hacemos que la llegada solo sea a través del Metro -que en mis sueños ya funciona-, se arma un mega escenario y hacemos que nuestros países vecinos vengan aquí.

16 Octubre de 2023 08.56

Muchas personas en redes sociales han hablado sobre el “efecto Taylor Swift", que se refiere a una pequeña amnesia que ocurre después del concierto y que hace que no recuerdes algunas partes del show o incluso, no recordar que estuvieron ahí. Saben que estuvieron por los videos y fotos, pero algo en su cerebro, por la gran emoción del momento, hace que lo elimine de su memoria. 

Pues debe ser que ese efecto también me afectó a mi, porque no recuerdo haber asistido a ninguno de sus conciertos, o los de Beyoncé, o de Lady Gaga, tampoco recuerdo el de Coldplay, ni de Harry Styles. Debe ser eso, o debe ser que ninguno pisó suelo ecuatoriano. 

En octubre del 2022, Taylor Swift lanzaba su último álbum de estudio, Midnights. Solo un mes después anunció 'The Eras Tour', su gira mundial que iba a iniciar en 2023. Hay algo extraño que les pasa a los artistas anglosajones cuando hablan de “gira mundial”, porque se olvidan de la parte sur del planeta y solo giran por Estados Unidos, Canadá y si hay suerte, Europa. Y ahí estamos los sudamericanos, viendo cómo se acaban las giras más increíbles sin haber llegado a nuestra tierra. 

No debería quejarme tanto, este año ha sido muy bueno para ver artistas en el país. Bueno, en Quito y Guayaquil. Yo he gastado los ahorros del chanchito en ver a Ana Torroja, Julieta Venegas y Los Auténticos Decadentes con la Mosca Tse-Tse -porque no me iba a perder la oportunidad de gritar a todo pulmón la del campeón del mundo ¡MUCHAAAACHOS!

Pero la envidia es más fuerte y, al ver los conciertos que llegan a México, Argentina o Brasil me dan ganas de comprar todos los boletos de avión necesarios para ver a esos grandes artistas que se olvidan de los pequeños países - aunque mi billetera y mi gato no me lo perdonarían-. Entonces, ¿qué debería hacer?, ¿qué deberíamos hacer como país?, o ¿qué deberían hacer los artistas?.

La cosa está complicada, porque sí, hemos traído cantantes increíbles y no llenamos ni la mitad del teatro, o coliseo. Como Tokischa, no soy su fan, pero fui a su concierto -su presentación fue muy buena- y, a pesar de ser uno de los referentes de la música urbana actual, no llenó ni el 40% del recinto. Y ahora esperamos a Marco Antonio Solis, Carlos Vives y Roger Waters, pero si estos conciertos no se llenan, cómo puedo soñar que traigan a Taylor Swift, artista que espera recaudar US$ 1.400 millones cuando finalice su tour en agosto de 2024. 

Si tenemos en cuenta que solo la construcción de su escenario costó aproximadamente US$ 150 millones, podemos entender que traer su tour nos puede ser bastante caro. Y si no somos capaces de llenar el estadio, estaríamos en problemas.

También pienso que tener solo tres millones de habitantes en la capital no suena muy alentador para las grandes compañías de promoción. Pero, podríamos ser el punto medio entre algunos otros países que tampoco van a ver Swift.

Imaginen si traen 'The Eras Tour' a Quito. Cerramos todo el parque Bicentenario, hacemos que la llegada solo sea a través del Metro -que en mis sueños ya funciona-, se arma un megaescenario y hacemos que nuestros países vecinos vengan aquí. 

Eso no solo nos va a ayudar a pagar los costos de los artistas, también ayuda con la economía local. ¿Cuántas personas vendrían desde Colombia, Perú e incluso Bolivia o Venezuela?. Esto significaría un empuje al sector turístico con la venta de comida, bebidas, merchandising y la propia publicidad de la ciudad. E imaginen lo bonito que sería ver el nombre de la carita de Dios junto a Madrid, Ámsterdam y Buenos Aires en el cartel de promoción de los conciertos de Harry Styles. ¡Ya me emocioné!

Por el momento, creo que el país no está en las mejores condiciones económicas, ni de seguridad para enfrentarse a un evento de esta magnitud. ¿Es mi culpa por nacer en Ecuador y tener gustos tan anglosajones? -gracias globalización-. Supongo que lo último que me queda es ir al cine, comprar una entrada de 6$ y cantar como si estuvieran en primera fila “It's me, hi. I'm the problem, it's me”. (O)

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