Forbes Ecuador
fmi barco a flote
Columnistas

El dilema de Daniel Noboa: mantener el barco a flote con el FMI

Freddy Cevallos

Share

¿Qué más ha hecho el Gobierno además de subir impuestos? ¿Se ha planteado modernizar el aparato burocrático? No vemos ninguna señal en ese sentido, sino lo contrario: en el presupuesto de 2024, el monto para alimentar la burocracia es, incluso, superior a la de 2023

21 Junio de 2024 14.53

El salvavidas financiero que el Ecuador decidió aceptar del Fondo Monetario Internacional (FMI) era un recurso de última instancia que el Gobierno de Daniel Noboa tuvo la fortuna de lograr, gracias a maniobras político-económicas que le permitieron mantener el barco a flote. El presidente, incluso, fue más allá, como la aplicación del incremento del IVA al 15%, cuando el FMI se iba a conformar con el 13%. Pero, ¿y ahora qué más debe hacer para no tocar el fondo de la paciencia del Fondo?

El Servicio de Rentas Internas (SRI) ha reportado que en mayo de este año la recaudación de impuestos como el IVA, ISD e Impuesto a la Renta aumentó en un 12.9%, en comparación al mismo mes de 2023. La receta, al parecer, está comenzando a dar resultados y los nuevos recursos comienzan a fluir hacia la caja fiscal, pero eso no puede estar aislado. El FMI siempre pide ajustes en cuanto al mejoramiento de la calidad del gasto y que los países tomen decisiones para generar caja y servir la deuda que contraen. Se trata de un negocio financiero y así hay que entenderlo. 

Y, sin embargo, ¿qué más ha hecho el Gobierno además de subir impuestos? ¿Se ha planteado modernizar el aparato burocrático? No vemos ninguna señal en ese sentido, sino lo contrario: en el presupuesto de 2024, el monto para alimentar la burocracia es, incluso, superior a la de 2023 en más de 200 millones de dólares. No se ve que se haga un trabajo estructural de cambio en la propia línea del FMI.

Eso resulta, indudablemente, arriesgado no solo porque continúa sin solución ni freno al despilfarro de los recursos públicos que se destinan a entidades públicas cuyo aporte como un servicio para el ciudadano es, por lo menos, inidentificable, sino también porque la paciencia del Fondo tiene un fondo y la racionalización del gasto es una de las exigencias de este multilateral para lograr un acuerdo con el Ecuador.

Frente a ello, ¿tenemos a un presidente que es 100% presidente, o tenemos a un presidente-candidato que procura no tocar temas sensibles para evitar impactos en su nivel de aceptación y en su proyección para las próximas elecciones? Sin importar cuál sea la respuesta a eso, Noboa no puede perder de vista que el no hacer nada para compensar el esfuerzo ciudadano de pagar más impuestos, así como no hacer nada para lograr un equilibrio fiscal que le permita al país honrar su deuda, solo puede conducir, en el fondo, a tocar fondo, con Fondo Monetario o sin él.  (O)

10