El día uno
Emprendedores, ejecutivos, deportistas, empleados, madres, padres, todos vivimos un permanente primer día, un constante arranque, muchos reinicios. Lecciones y aprendizajes, caídas y levantadas, derrotas y triunfos.

Todos hemos vivido ese primer día, el día uno, el inicio de algo que con el tiempo maduró o murió, escaló o se estancó, creció o se transformó. Los emprendedores, los profesionales, las mamás, los papás, los deportistas, los empleados, los soñadores, los que hacen que las cosas pasen lo vivieron, lo vivimos.

Se registra para siempre en la memoria ese día en el que nuestra idea funcionó, ese momento en el que aseguramos la primera venta, la llamada en la que el potencial cliente se convirtió en el primer cliente. Ese instante en el que el recién graduado entró al mundo laboral o cuando el emprendedor recibió ese correo electrónico asegurando el capital que requería para consolidar el equipo y mejorar el producto.

En redes sociales circulan con frecuencia videos de los primeros días de las empresas que hoy son gigantes de distintos sectores, en especial del mundo tech. Cuando las y los fundadores presentaron su primer demo, cuando el software corrió, cuando se mudaron a esa primera oficina (luego de empezar en un garaje o en un dormitorio estrecho, llenos ambos de cajones y sueños por cumplir). Esas imágenes emocionan al menos optimista.

Esa emoción es única. Quienes hemos emprendido, en menor o mayor escala, nunca olvidamos esa llamada, esa reunión o ese primer pago recibido por nuestro servicio o producto. No me imagino lo que pasará por la mente y el corazón de aquellos entrepreneurs que lograron escalar, solucionar un problema regional o global y que ahora miran hacia atrás y pueden contar, con la frente en alto, la cantidad de errores, fracasos y aprendizajes vividos. Debe ser una locura.

También pasa lo mismo en el deporte, en el primer entrenamiento, en el primer kilómetro o el primer gol, en la medalla número uno o en el récord batido. Algo similar ocurre en la carrera de un profesional, desde el día en el que inicia una trayectoria, haciendo de todo, hasta lograr un ascenso y después otro. Tanto deportistas como empleados y ejecutivos que hacen carrera en una organización valoran esa primera vez en la que se dieron cuenta que el esfuerzo tiene recompensa.

En el plano personal, los seres humanos enfrentamos igual varios primeros días, desde las relaciones de pareja, la maternidad o la paternidad, los logros que se disfrutan en silencio, los anhelos mezclado con las frustraciones y una serie de escenarios que van forjando el carácter, amoldando la personalidad y construyendo a la persona.

La vida es eso: un permanente primer día, un constante arranque, muchos reinicios. Lecciones y aprendizajes, caídas y levantadas, derrotas y triunfos. (O)