América Latina, con su rica biodiversidad y ecosistemas únicos, se encuentra en la primera línea de los impactos del cambio climático. En un mundo cada vez más consciente de la urgencia climática, como líderes empresariales, es imperativo que tomemos la delantera en la descarbonización de nuestra región.

La aceleración de la descarbonización en América Latina no es simplemente una opción; es una necesidad inaplazable. Los informes científicos han sido claros en sus advertencias sobre los riesgos inminentes si no reducimos drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero. Las consecuencias se sienten ya en la forma de eventos climáticos extremos, pérdida de biodiversidad y amenazas a la seguridad alimentaria.

América Latina, con su potencial para la energía renovable, tiene la capacidad de liderar la transición hacia una economía baja en carbono. La inversión en tecnologías limpias, la promoción de la eficiencia energética y la adopción de prácticas sostenibles en la agricultura son pasos cruciales. Estos no solo contribuirán a mitigar el cambio climático, sino que también generarán nuevas oportunidades económicas y promoverán la innovación en nuestra región.

El compromiso de la comunidad empresarial es esencial en este esfuerzo. Las startups y las empresas emergentes pueden ser motores de cambio, ofreciendo soluciones innovadoras y sostenibles. Sin embargo, este compromiso no puede recaer únicamente en los hombros de las empresas. Se necesita un esfuerzo colaborativo, que involucre a gobiernos, comunidades y ciudadanos en general.

Mi experiencia como CEO de BIO4 y ahora de CARBON NEUTRAL+ me ha llevado a comprender la importancia de la sostenibilidad en el núcleo de nuestras operaciones. La responsabilidad empresarial va más allá de las ganancias financieras; implica contribuir positivamente al entorno en el que operamos. Hemos asumido el compromiso no solo de acompañar a las empresas a alcanzar la neutralidad de carbono, sino de superar ese objetivo con iniciativas que impulsen un impacto positivo en el medioambiente y la sociedad.

Hago un llamado principalmente a mis colegas empresarios a unirse en un esfuerzo concertado para acelerar la descarbonización en América Latina. El tiempo no está de nuestro lado, pero la acción colectiva puede marcar la diferencia. Recordemos que “no heredamos la tierra de nuestros padres; la tomamos prestada de nuestros hijos”.

La transición hacia una América Latina descarbonizada es un imperativo moral y económico. Todavía podemos forjar un camino hacia un futuro más sostenible.

*La columna fue escrita por Manuel Ron – CEO de CARBON NEUTRAL+