Cuando el reloj marcó las 00:00 detuvimos la celebración y nos dirigimos a la sala de emergencia de la clínica más cercana. Un agudo cólico renal afectaba a Silvia, superando su umbral de dolor.
Sus riñones son expertos en hacer cálculos. Cálculos que como pareja no fuimos capaces de hacer. Nosotros también estábamos en emergencia y no lo vimos venir.
Después de la hospitalización, la pareja que conformábamos no salió con vida. Nuestra relación terminó en medio de la pirotecnia de fin de 2018 o de comienzos de 2019 y del cólico renal.
Hoy es 1 de agosto de 2024. El reloj marca las 20:00. Toco el timbre de la casa de mis hijos. Llego, junto a mi novia, a celebrar el cumpleaños de Silvia, la mamá de mis hijos, mi ex. Ellos corren hacia la puerta y de un brinco terminan entre mis brazos, que después abrazan a Silvia y la felicitan.
Saludo a Marcela, mi mamá y a Aurora, la suya, a Carlos, el esposo de mi mamá, a Marcos, el novio de Silvia, a Mauricio, el hermano mellizo de Silvia, a Ivonne, su esposa y a Isabel y Juan Nicolás, sus hijos, a Nina, mi prima, a Luis, su esposo y a sus dos hijos, Nina y Luis. Todos convocados a la celebración como años atrás.
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Un divorcio divide, disuelve, separa, aparta. Termina con la cuenta de los aniversarios que nunca más van a suceder. ¿Qué hace un divorciado en el cumpleaños de su ex? ¿Qué hace su ex invitándolo a su cumpleaños?
Un cumpleaños une, se festeja, se comparte, reúne. Continúa la cuenta de un aniversario más de la vida que esperamos que suceda. ¿Qué hace Silvia invitándome a su cumpleaños? ¿Qué hago yo festejándolo con ella?
Una relación que termina nunca está exenta de errores. Los entendidos dicen que la responsabilidad en la pareja es compartida. Más allá de eso, tuvimos dos aciertos, con nombres y apellidos, por los que cambiaríamos todos los demás: Luisana y Santiago Boloña Monge.
¿Por qué no celebrar el aniversario de la mujer con la que comparto la responsabilidad de cuidar esos aciertos que me dieron vida a mí?
Son las 21:00, mientras Silvia y su hermano soplan las velas y piden sus deseos, me cuestiono, ¿qué es la familia, sino personas que celebran unidas entre sonrisas? ¿Qué es la familia sino personas que te impulsan cuando no quieres seguir, que se equivocan, por las que te preocupas y se preocupan por ti y deseas que siempre soplen la vela de un año más con una sonrisa?
¿Silvia sigue siendo mi familia?
Silvia y yo terminamos nuestra relación de pareja. Pero solo borramos la palabra pareja y decidimos mantener la palabra relación. Dicen que a las personas se las conoce en el divorcio. Hoy, Silvia y yo nos conocemos y nos une una amistad y lo que mejor hicimos juntos.
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Recuerdo cuando me llevó gotas naturales, junto con una tarjeta escrita por mis hijos, para ayudarme a encontrar calma en semanas de turbulencia. Recuerdo haberle dado la mano en algún apuro. Estoy orgulloso que mis hijos vean que los padres, que no supieron ser pareja, saben ser amigos.
Hoy mi familia es diferente a la que soñé de niño, pero no por eso menos bella. No es la familia tradicional, pero no por ello deja de ser un ejemplo.
Mi familia es numerosa: mis hijos, mi novia, sus hijos, mis padres, mi hermana, el esposo de mi mamá, y cómo no, la mamá de mis hijos.
Para estar en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, y en una celebración de cumpleaños, no es necesario ser pareja. Somos familia.
Cuando el reloj marca las 22:30, la reunión continúa, yo me despido. Los riñones de Silvia siguen siendo expertos en hacer cálculos. Espero que sanen. Como es necesario sanar después de un divorcio para celebrar un cumpleaños con tu ex. Espero que nunca necesite de un riñón ajeno. Pero, si así fuera, le daría uno de los míos. (O)