A partir del mes de agosto de 2024 está planificado el cierre del bloque petrolero Ishpingo, Tambococha, Tiputini (ITT), ubicado en el Yasuní. El ITT es uno de los principales campos operados por Petroecuador con una producción de 57 mil barriles diarios. El cierre del ITT significa que las exportaciones de petróleo caerán, y por tanto una disminución de los ingresos fiscales por un valor aproximado de USD 1.200 millones anuales.
Además del cierre del ITT, la producción petrolera se ve disminuida por el retraso para licitar la reactivación de los pozos cerrados en la Amazonía y gestionar los concursos para licitar los campos de gas natural. De igual forma, afecta en la producción el deterioro natural de las características productivas de los pozos y la no incorporación de nuevas reservas por la falta de exploración.
Entre enero y abril de 2024 la producción petrolera fue de 58,3 millones de barriles de petróleo, que están por debajo de los niveles de hace tres años, que en ese mismo periodo fue de 59,1 millones de barriles, lo que perjudica a las necesidades de ingresos por parte del estado. Cabe indicar que en el año 2023, en este mismo periodo la producción fue similar a la del año 2024, sin embargo no es comparable, debido a que en el 2023 se apagaron pozos por daños en los oleoductos.
En un mundo cada vez más competitivo, el crecimiento económico sostenible es un desafío para Ecuador; nuestro país es rico en recursos naturales y con potencial en sectores como la agricultura, la minería y el turismo. Sin embargo, existe una gran dependencia del petróleo; esta dependencia ha dejado a Ecuador vulnerable a las fluctuaciones de los precios internacionales y ha limitado el desarrollo de otros sectores económicos.
En la matriz energética mundial actualmente siguen dominando los combustibles provenientes de la refinación de los hidrocarburos, luego, el uso del carbón, seguida en un 21% del gas natural, luego las energías renovables; la hidroelectricidad ocupa en el mundo el 2.2% de la matriz energética. Por tanto, el petróleo va a seguir prevaleciendo por muchos años como vector principal en la generación de combustibles. Según la Agencia Internacional de la Energía, la transición energética para reemplazar los combustibles fósiles no se generará de inmediato; por ende, el consumo de petróleo no disminuirá en el mediano plazo.
En Ecuador, actualmente el 80% de la producción del crudo le corresponde a Petroecuador y el 20% a consorcios privados. En 20 años no se han licitado nuevos campos para exploración, el ITT es el último y más nuevo el cual se desarrolló en el año 2016; se han incrementado el número de pozos, pero no el número de campos y reservas, lo cual afecta directamente en la producción actual de petróleo.
Nuestro país aprovecha la estructura actual de PETROECUADOR y se exige más producción, esto causa una declinación de los campos (deterioro acelerado de la producción), sin embargo, no se ha generado nueva inversión para nuevos campos de exploración petrolera. La inversión para mejorar la producción petrolera en el país es mínima, las empresas públicas no disponen de los recursos y las privadas prefieren no arriesgarse.
Toda vez que la empresa estatal no dispone del presupuesto para la explotación y generar exploración de nuevos campos, es necesario generar reformas estructurales que permitan generar inversión en la industria petrolera, como son: Reformar la Ley de Hidrocarburos, formar alianzas público-privadas, consorcios o contratos de asociación con los contratistas, que permitan nuevas inversiones para incrementar la producción de los campos petroleros que están en operación. Facultar inversiones privadas para explorar nuevos campos de petróleo y gas natural, trasfiriendo el riesgo de exploración de nuevos campos a la empresa privada.
Igualmente es importante incrementar el presupuesto de la estatal petrolera, para inversión en las refinerías y en la gerencia de transporte, para disminuir la erosión que afecta directamente a la gestión actual de los campos.
Actualmente no existe una política energética que busque reponer un barril de petróleo extraído con un descubrimiento de nuevas reservas. De igual forma, es importante evitar el manejo político de este sector y establecer políticas a mediano y largo plazo, con el objetivo de mejorar la producción y por otro lado incorporar reservas petroleras. Es necesario reflexionar que una vez que se encuentran las reservas, toma entre 4 a 5 años el desarrollo de un campo petrolero, esto sin contar los tiempos que toma la licitación y concursos.
Por tanto, promover la inversión privada mediante contratos de participación, modernización de los procesos de licitación y garantizar la seguridad jurídica, es prioritario para evitar la caída de la producción petrolera. A nivel mundial la industria petrolera está retomando el modelo contractual de participación que permite delegar la actividad petrolera desde el estado a las empresas privadas, es este el camino que debe considerar el Ecuador con el objetivo de generar inversión. (O)