El sistema económico capitalista se encuentra en el conjunto de funciones económicas, los agentes económicos que cumplen esas funciones y las relaciones que se establecen entre ellos. Las funciones básicas del sistema económico son la producción de bienes y servicios, su distribución y comercialización y el consumo de aquellos. Los agentes económicos desempeñan las funciones del sistema: los empresarios -dueños de los factores de producción-, que organizan el proceso de producción; los consumidores o familias, que demandan los bienes y servicios para satisfacer sus necesidades; el Estado, que interviene en la economía, principalmente para proteger los derechos de propiedad y garantizar la competencia; el gobierno, con la aplicación de políticas y mecanismos para alcanzar el crecimiento.
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Los medios de producción (fábricas, tierras, recursos) son principalmente de propiedad privada. La producción y distribución de bienes y servicios confluyen hacia su oferta y demanda en el mercado, con el objetivo principal de generar ganancias. Esto puede conducir a la concentración de riqueza y poder económico en manos de unos pocos, es decir la desigualdad.
La existencia de funciones y agentes que las desempeñan no define totalmente al sistema económico capitalista. Son las relaciones que se dan entre ellos, en el ejercicio de la producción, intercambio y consumo lo que otorga el carácter al sistema: si las relaciones entre los agentes económicos inducen a la concentración de la propiedad, a la desigualdad en el acceso a los factores de producción, a la injusta participación en la riqueza generada, o a la utilización del Estado en favor de grupos privilegiados, la estructura del sistema no asegura la equidad económica y social de la población.
El sistema capitalista se basa en la idea de que la búsqueda individual de ganancias conduce al bienestar general; esto presiona a la competencia entre empresas para maximizar sus ganancias, aunque puede llevar a la explotación laboral y la degradación ambiental. El capitalismo ha demostrado ser un sistema muy productivo, capaz de generar riqueza y mejorar los niveles de vida.; sin embargo, también ha generado desigualdades económicas y sociales, injusta distribución de la riqueza, inestabilidad financiera y problemas ambientales. De allí que existen presiones y aspiraciones por lograr una reorientación de los objetivos del sistema económico, lo que equivale lograr un cambio de las estructuras.
Existen diversas visiones sobre cómo lograr el cambio de estructuras. Algunas corrientes abogan por reformas graduales dentro del sistema capitalista, mientras que otras proponen transformaciones más radicales, como la socialización de los medios de producción. Como consecuencia, el concepto de "cambio de estructuras" es objeto de debate y de diferentes interpretaciones, todas ellas relacionadas con la adecuación del sistema económico al logro de una sociedad más justa, equitativa y sostenible.
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Los sectores que buscan un estadio de justicia y equidad argumentan que el sistema capitalista, tal como está, perpetúa la desigualdad y la injusticia. Proponen transformaciones en la forma en que se organiza la economía. Se trata de cambiar las relaciones entre los integrantes del sistema, entre productores y trabajadores, por ejemplo, en las formas de propiedad de la tierra, en la participación en la toma de decisiones. Estas transformaciones pueden incluir la redistribución de la riqueza, ya sea por la implementación de impuestos progresivos, el fortalecimiento de los programas de bienestar social o garantizando el acceso a los servicios básicos como salud y educación.
La democratización de la economía es una parte importante de las propuestas de cambios de estructuras que se dan especialmente en países de menor desarrollo relativo. Para ello se propone el fomento de la propiedad cooperativa y la autogestión de los trabajadores, o la regulación de los mercados financieros.
Los cambios en el modelo productivo son probablemente el núcleo de las demandas por un cambio de estructuras, con sus propuestas por la reducción de la dependencia de industrias extractivas y contaminantes, la promoción de la innovación tecnológica al servicio del bien común y el impulso de sectores económicos que generen valor social y ambiental. En ese ámbito se encuentra la sostenibilidad ambiental mediante la transición hacia una economía baja en carbono, la promoción de prácticas de producción y consumo sostenibles y la protección de los recursos naturales. (O)
